Camila Infanta S.
Factores climáticos además de la salida masiva de personas luego de las cuarentenas a actividades al aire libre serían las principales causas de el rebrote de una enfermedad poco común, pero de gran gravedad si es que no se trata a tiempos. Se trata del llamado Tifus de los Matorrales, una patología que lo único que comparte con la fiebre tifoidea es que se trata de una bacteria, pero con tratamientos y síntomas completamente diferentes.
El Tifus de los Matorrales se desarrolla en humanos mediante la mordedura de un pequeño ácaro que vive en el suelo y la vegetación baja, y que transmiten los roedores silvestres.
A comienzos de este año, la expansión de esta enfermedad mantuvo en alerta sanitaria principalmente al sur del país. Entre el 14 de enero al 14 de febrero de 2023 se reportaron 36 casos sospechosos de Tifus de los Matorrales en La Región de Los Lagos, lo que significó un aumento del casi 450% sobre la media de casos notificados durante los 8 años anteriores. De hecho, el Ministerio de Salud emitió una alerta epidemiológica debido a este brote.
El académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias U. Austral de Chile y coinvestigador del informe, dr. Gerardo Acosta, comentó que en el trabajo se destaca "la importancia que tiene en la comunidad científica internacional los estudios que hemos desarrollado en Chile sobre esta enfermedad. Además, nos da luces de los riesgos de contagio a los que se enfrentan los habitantes y turistas que visitan las áreas silvestres".
Para ello, el informe -que incluye a académicos de diferentes universidades- recomienda realizar actividades al aire libre sin contacto directo con la vegetación y el suelo, usar ropa larga y pantalones, además de tratar de usar botas y la ropa con el insecticida permetrina (0,5 %). Se sugiere además usar repelente de insectos que contengan DEET u otros principios activos registrados por el Organismo Ambiental Agencia de Protección.
¿qué hacer?
La dra. Katia Abarca, profesora titular de Medicina UC e investigadora Responsable del proyecto Fondecyt Regularson explicó a este medio que los síntomas de esta enfermedad son completamente diferentes a la fiebre tifoidea. "Si bien también es una bacteria y tiene tratamiento antibiótico, son bacterias muy diferentes. Uno se da cuenta porque la piel se contrae por la mordedura y forma una mancha negra con la piel necrosada, como de un centímetro diámetro. No se siente la mordedura, pero sí transmite la bacteria a la piel. Esto se acompaña de fiebre, mucho dolor de cabeza y un exantema en todo el cuerpo con manchas rojas".
La especialista explica que se diagnostica a través de un PCR y de un examen clínico sobre los síntomas.
Su tasa de letalidad es del 7% si no son tratados adecuadamente.