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Las vacunas, exámenes y protocolos para este invierno

Con la llegada de la época invernal es necesario conocer las distintas medidas para evitar enfermarse sin prevenir.
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Cristian Aguayo Venegas

Con la llegada de la época invernal, se vuelve fundamental poder dar valor a las vacunas y exámenes disponibles para la población con el objetivo de reducir las posibilidad de enfermarse con uno de los virus que está en circulación.

"Cada año se realiza la Campaña de Invierno que considera una amplia difusión de la vacunación contra la Influenza, la que se encuentra dirigida a grupos de riesgo de sufrir complicaciones graves", afirmó Daniela Barriga, enfermera y académica de la USS.

"Dentro de los grupos que si o si deben vacunarse para la temporada invernal son el personal de salud, personas de 65 años o más, embarazadas, niños y niñas entre los 6 meses hasta quinto año básico más los padres y madres de lactantes prematuros de menos de 37 semanas de gestación", agregó.

"Asimismo, otro grupo importante son las personas con enfermedades crónicas entre los 11 y 64 años, en específico, que tengan condiciones como asma bronquial, Epoc, fibrosis quísticas, fibrosis pulmonar, hipertensión y diabetes, entre otras", complementó.

"Bajo la misma línea, se ha trabajado con fuerza en la estrategia "Vacúnate en dupla" realizando vacunación de influenza como de covid-19, considerando que no existe ninguna contraindicación para su administración el mismo día", sostuvo.

Exámenes

"Si bien, no suelen indicarse exámenes específicos urgentes, es importante mantener una adecuada inmunidad y nivel de vitaminas. Es por ello que, se refuerza a personas con requerimientos específicos nutricionales, como pueden ser las personas mayores, quienes, dependiendo de su estado de salud, se les pueden indicar complejos vitamínicos", aseguró Barriga.

"Lo que sí es relevante es que la población se mantenga en control en las distintas edades, donde es indispensable que los niños asistan al control de salud infantil. Mientras que, para el caso de los adolescentes y adultos, se realizan exámenes médicos preventivos (Empa) con los que se pueden pesquisar factores de riesgo y presencia de enfermedades que predisponen complicaciones durante el invierno", afirmó Paola Pinilla, enfermera y académica de la Ucsc.

Protocolos

"Sobre las medidas que hay que tomar en cuenta para evitar enfermedades respiratorias, una de las más importantes es evitar la contaminación intradomiciliaria como ventilar las habitaciones diariamente, no exponer a los niños y adultos mayores al humo del tabaco, evitar uso de calefacción contaminante como leña, carbón o parafina, prefiriendo la calefacción más limpia, si esto no es posible no usarla en espacios cerrados", agregó.

"Mantener alimentación saludable, con aporte de frutas y verduras variadas, las cuales tienen abundantes antioxidantes, evitar alimentos azucarados y procesados, aumentar la actividad física, todo esto ayuda a disminuir la inflamación celular, lo que favorece el sistema inmune", cerró.

Complicaciones graves

"Es importante considerar que, por ejemplo, la Influenza podría llevar a la hospitalización e incluso, la muerte. Asimismo, otras complicaciones graves son la neumonía y la bronquitis severa", afirmó Barriga.

"Hay que aclarar que todos somos susceptibles de contagiarnos con estas enfermedades, más aún cuando aumenta la circulación viral, sin embargo, en grupos vulnerables como los mencionados, hay mayor posibilidad de cuadros respiratorios agudos que pueden pasar a graves muy rápido", concluyó Pinilla.

"Es importante considerar que, por ejemplo, la influenza podría llevar a la hospitalización y a la muerte".

Daniela Barriga, enfermera

Virus respiratorios y crisis sanitaria: ¿una historia de nunca acabar?

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Estos últimos años han sido especiales en muchos aspectos. Del punto de vista sanitario, estuvimos a merced del covid-19 casi por 3 años. Nuestro estilo de vida se vio afectado rotundamente y tuvimos que aprender nuevos hábitos, nuevas formas de relacionarnos, de aprender, de trabajar, así como también incorporamos una serie de rituales antisépticos, de uso de elementos de protección personal y la higiene de manos (por mencionar algunos).

Con el fin de la pandemia vimos la luz al final del túnel y pudimos volver a relacionarnos de la forma en que solíamos hacerlo. Fue un alivio, de eso no hay duda. Sin embargo, iniciando el otoño de este año, un nuevo problema de salud nos comenzó a afectar, pero la percepción del problema fue variable: lamentablemente al inicio de la crisis sanitaria infantil, ésta no parecía algo relevante ni inesperado, afectaba sólo al sur del país y fue prácticamente imperceptible más al norte. No obstante, lo que partió como algo "para nada fuera de lo común", terminó por afectar a todo el territorio, constituyendo una de las mayores catástrofes vividas en los últimos años en Pediatría. Ahora son nuestros niños y niñas quienes se están enfermando a "gran escala", muchos de ellos con requerimientos de atención hospitalaria por insuficiencia respiratoria, incluyendo una mayor necesidad de usar dispositivos de avanzada y de hospitalizaciones en unidades de paciente crítico comparado a años anteriores.

Si bien es cierto, los pediatras estábamos acostumbrados a tener periodos invernales con aumento de infecciones respiratorias en los niños y contábamos con preparación a nivel hospitalario y a nivel central para enfrentar la famosa campaña de invierno. Sin embargo, este año nos vimos "sorprendidos" ante el número de población consultante y por la gravedad de los cuadros clínicos observados. Si bien el enemigo sigue siendo el mismo villano de siempre, el nunca bienvenido virus respiratorio sincicial, el problema es que es el hospedero quien cambió y probablemente ha sido uno de los causantes de esta situación.


María Eugenia Castro