Escuela tomecina crece gracias al cariño de sus profesores y comunidad
Actualmente, el recinto educacional tiene 38 alumnos que cursan desde prekínder a sexto básico. Las clases se desarrollan en cursos combinados.
La Escuela Básica G-437 Millahue (Tomé) es el núcleo de su comunidad. El año 1.900 inicia sus funciones en forma ambulatoria, y en 1947, tras solicitud de los vecinos del sector Rafael, se iniciaron las gestiones para establecerse.
"En los años 90, desde Concepción a Millahue uno se demoraba 2 horas y media por Tomé. No existían caminos. Vivíamos aislados, ocupábamos carretas para trasladarnos, sabíamos que al menos cuatro meses quedaríamos desconectados de la ciudad a causa de las lluvias y el crecimiento de los cursos de agua que destruían los puentes que nosotros mismos hacíamos. Imagínese que mi mamá (María Alicia Ascencio, fundadora), en su época, juntaba a ocho a diez niños, los bajaba y hacía todo el trámite para que los inscribieran en el Registro civil. Estábamos tan alejados que nadie sabía si nacía o moría alguien, sólo nosotros, los vecinos", dijo señaló el director de la escuela, Miguel Mella.
"De acuerdo a la Agencia de la Calidad de la Educación, nuestra escuela está en categoría Alta. De los egresados de esta escuela, el 45% termina una carrera profesional, otro 15% carreras técnicas o ingresan a las Fuerzas Armadas y eso, para nosotros, es un tremendo logro", añadió.
Desde 2002, la Escuela Millahue tiene su espacio propio. Los alumnos ya no deben caminar largos caminos rurales para llegar a su colegio. Hoy cuentan con un móvil de acercamiento que evita el sol en verano y las lluvias en invierno. Miguel reconoce que el tiempo pasa para todos. Él en unos dos años jubilará; pero no sin antes lograr un nuevo objetivo, que es incluir a más comunidades.
Incendios
Este año la escuela Millahue revivió la angustia de los incendios forestales. En 2017 fue la primera experiencia y este año, hubo momentos en que lo pasaron mal. "Tratamos entre todos de apagar focos, pero llegó un momento en que el humo era tanto que no se veían ni los pies, tuvimos que dejar las labores preventivas e irnos con la angustia de no saber qué iba a pasar con nuestras casas, animales y del destino de la escuela, como no se veía, pensamos en que había pasado lo peor", recordó
Volvieron. El panorama con el que se encontraron era desolador, muchas casas fueron consumidas, animales y el trabajo de años destruido; la luz de esperanza fue ver que la escuela estaba intacta.
Miguel ha tenido las puertas abiertas del colegio a todos los que quieren aportar a la comunidad. Así lo hizo con el operativo de salud Misión Chile USS - Camanchaca, iniciativa que buscaba acercar salud a quienes vivieron en primera persona las consecuencias de los incendios ocurridos este verano en Tomé. "Nosotros felices de que hayan pensado en nosotros, en la comunidad rural. Atención bucal, psicosocial y veterinaria son áreas que encajaron muy bien con las necesidades de los vecinos. La verdad es que el operativo ha funcionado muy bien", sostuvo.
El operativo que comenta Miguel se trató de una intervención de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud que se radicó por más de dos meses en un terreno que cedió el colegio y que concretó la atención de más de 600 personas de manera directa.
La historia de la Escuela Millahue se basa en el esfuerzo, corazón y mucha vocación. Seguir siendo el centro de operaciones de este sector rural de Tomé no es casual, tampoco lo es que Miguel Mella Ascencio siga apostando por conseguir más espacios para la comunidad. "Donde exista una oportunidad que aporte a Millahue, ahí estaremos".
38 alumnos, de prekinder a sexto básico es la matrícula del establecimiento.
2002 fue el año en que la escuela logra tener su espacio propio para el desarrollo de su misión.