Aviación Naval: Un siglo vigilando el mar desde los cielos
Hace cien años, el compromiso personal y la perseverancia de los Tenientes Pedro Luco Cristie, Dagoberto Godoy Fuentealba y Manuel Franklin Mariotti, impulsaron la formación de la Aviación Naval.
Esta fuerza orgánica de la Armada de Chile, creada el 16 de marzo 1923 por Decreto Supremo, bajo el Gobierno del Presidente Arturo Alessandri Palma, en la actualidad constituye un instrumento más del poder naval, destinado a contribuir a la defensa, al resguardo de los intereses marítimos de Chile y al apoyo para la comunidad.
En la jurisdicción de la Segunda Zona Naval, la Aviación Naval está presente de forma permanente desde 1993, cuando el Capitán de Corbeta Renato Kirsinger del Barrio tuvo la misión de conformar el Destacamento de Talcahuano, con un helicóptero Bölkow, un piloto y dos mecánicos de aviación. Pero la historia nos indica que la comuna de Talcahuano tiene trascendencia en su desarrollo mucho antes de su creación oficial.
En julio de 1919, en su bitácora se rememora una de las primeras operaciones aéreas de aviones navales chilenos, como fue el histórico sobrevuelo de los hidroaviones Sopwith baby, por la bahía de Concepción.
Con el paso de los años su orgánica ha evolucionado y hoy constituyen un equipo multidisciplinario integrado por mecánicos, enfermeros especialistas en Aviación Naval, nadadores de rescate y pilotos, son parte de la dotación del Grupo Aeronaval Talcahuano, quienes operan y mantienen un helicóptero Dauphin HH-65 y un avión P-68 "Observer 2", para realizar entrenamiento y operaciones en conjunto con otras fuerzas operativas de la institución. Asimismo, cumplen un importante rol en el ámbito de la exploración aeromarítima, como es reforzar las misiones de búsqueda y rescate, las operaciones de vigilancia en las playas durante la temporada estival, incrementan las misiones de control del tráfico marítimo, realizan las aeroevacuaciones médicas y los rescates de emergencia.
Las dotaciones de las aeronaves de la Armada de Chile también han cumplido un importante rol de apoyo en la región del Biobío durante los Estados de Excepción Constitucional, ejecutando tareas de detección, control y monitoreo de incendios forestales y apoyando las labores de patrullaje, disuasión y vigilancia, dispuestas por el Jefe de la Defensa Nacional.
Tras un siglo de historia, quienes en la actualidad llevan en sus pechos los albatros dorados han construido su vocación de servicio aprendiendo de las enseñanzas y las experiencias de sus predecesores. De ellos también han sabido conservar el mismo profesionalismo, la dedicación y el compromiso para continuar siendo, de forma permanente, un aporte al quehacer de las fuerzas operativas de la institución, de las Gobernaciones Marítimas y un apoyo para la ciudadanía en la jurisdicción de la Segunda Zona Naval. Así las dotaciones de la Aviación Naval al final de cada vuelo, aterrizan sus modernas aeronaves con la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de salvar vidas, enalteciendo el nombre de la Armada de Chile.