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Un aporte al desarrollo nacional

A través de normativa se reconoce el valor de estos trabajadores en el país

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La conmemoración del Día del Maestro Obrero Constructor se vincula a la figura de San José Obrero, quien es el patrono de los trabajadores de este sector. Celebrar este oficio es una tradición que proviene de la época colonial, cuando estas personas se dedicaban a levantar las iglesias y edificios religiosos, labor muy reconocida en esos años.

La evolución natural de este rubro incluyó a quienes se dedican a la albañilería, la carpintería, incluso a los arquitectos e ingenieros de las obras, por mencionar algunos.

La labor fundamental cumplida por todas estas personas convenció a los legisladores chilenos a tramitar una ley para conmemorar de manera formal su día, fijado el 19 de marzo de cada año, como ya era costumbre antes de la definición de esta legislación.

Durante la tramitación de la normativa se esgrimió que "los maestros constructores realizan una sacrificada e insustituible labor, la que lamentablemente no tiene el reconocimiento social ni económico que se merece, recibiendo muchas veces estos un salario que está muy por debajo de lo que significa su importante y muchas veces arriesgada labor. Por lo anterior, es que en reiteradas ocasiones las voces de malestar social y laboral surgen de este sector los cuales tienen hasta esta fecha muchas de sus demandas de justicia salarial, seguridad laboral y otros beneficios aún insatisfechas".

Se señala que en esta materia la Cámara Chilena de la Construcción siempre le ha dado un realce a la celebración, con el ánimo de dar un impulso al desarrollo y fomento de la actividad de la construcción, como un elemento importante para el desarrollo del país.

Finalmente, la ley 21.048, promulgada el 15 de noviembre de 2017 y publicada el 22 del mismo mes y año, estableció el Día del Maestro Obrero Constructor en Chile, como una manera de destacar el trabajo efectuado por estos hombres y mujeres.

Conmemoración de su día

La noble tarea que cumplen los maestros obreros constructores: los encargados de levantar las estructuras de Chile

Una enfierradora y un ayudante de bodega relatan su experiencia trabajando en este importante rubro, el cual ofrece múltiples desafíos, pero también muchas satisfacciones.
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Ya sea en las oficinas en donde se trabaja o las viviendas en las cuales se vive, estos espacios no pudieron concretarse sin la participación de los maestros obreros constructores, hombres y mujeres que se encargan de levantar las estructuras que todos ocupamos día tras día.

Si bien su importancia es clave, hasta hace pocos años no había real consciencia respecto a la trascendencia de este oficio. En 2017 se publicó en el Diario Oficial la ley que estableció el 19 de marzo como el Día del Maestro Obrero Constructor (ver nota aparte), un reconocimiento a la importante labor desarrollada por medio de este oficio.

La construcción es un ámbito amplio, el cual está compuesto por múltiples tareas. A continuación, dos personas vinculadas a esta área comentan su experiencia laborando en esta.

Los fierros

De la misma forma como ha ocurrido en otros aspectos de la vida, la participación de la mujer en obras de construcción poco a poco se está ampliando, algo de lo que puede hablar Lidia Jara, dedicada al rubro de la enfierradura.

Tal como cuenta ella, su llegada a las obras se concretó el 2019, de la mano de su marido, Bernardo Santander, contratista dedicado al mismo servicio, quien trabajaba en las fundaciones de un edificio de Concepción cuando ganó una postulación para desempeñarse en Santiago. Le preguntó a su esposa si se atrevía a encargarse de la labor, a lo que ella aceptó, con ciertas dudas.

"Siempre le cooperé a mi marido, él es independiente y le ayudaba con temas administrativos y de finanzas. Él me fue enseñando en el tiempo que le quedaba libre, yo entendía la teoría, pero nunca lo había hecho en la práctica. Llegó el minuto de estar en construcción, manejar a la gente y estar a cargo", señala.

El inicio fue difícil, afirma, por las dudas que despertaba la presencia de una mujer en un ámbito que es mayoritariamente masculino. "Llama la atención que esté una contratista mujer y si logras entrar, sientes que te están evaluando constantemente. Pero me ha pasado que luego me dicen que les ha gustado mi trabajo. Yo soy súper comprometida, responsable, sigo hasta el final, la lucho, llueva o truene", sostiene.

Hay que mencionar que la labor de enfierradura es muy importante en la construcción de cualquier estructura. Lidia Jara sostiene que es "el esqueleto de todo, es parte de lo que llamamos la 'avanzada' y va de la manito con la carpintería, la parte eléctrica y lo sanitario".

Hasta el momento, Lidia Jara ha trabajado en alrededor de 16 obras, en edificios y casas construidos en Lota, en San Pedro de la Paz, en sectores de Concepción como Palomares y Nonguén, en Talcahuano y camino a Penco. Durante los años de actividad en construcción, le ha tocado dirigir y supervisar. "La diferencia es que dirigiendo armo mis cuadrillas, me reúno en las obras y veo los programas de trabajo. En cambio, supervisar es estar in situ, enfierrando, es un rol más activo", explica Jara, de 43 años.