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La historia de Caleta Lenga y sus habitantes

Hoy es uno de los principales puntos de atracción turística del Gran Concepción. Sus vecinos se han destacado por su esfuerzo y las ganas de salir adelante junto a sus familias. Su polo gastronómico le ha dado un nuevo y amable rostro.
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Dentro de las postales que hoy cuenta la comuna de Hualpén en su zona costera, destaca la caleta Lenga como uno de sus principales puntos de atracción turística y gastronómica, junto a caleta Chome y playas como Ramuntcho.

El sector eran terrenos pertenecientes al fundo de Samuel Price Oxley. Allí fue surgiendo un poblado de manera espontánea, cuando en 1946 comenzó a operar una cantera en la ladera Este del cerro Teta Norte, a manos de la empresa García Huidobro, quien más tarde se asociaría con Osvaldo Band. Esta buscaba extraer piedras, roca y grava para rellenar el terreno donde se construía la planta siderúrgica de Huachipato.

Esto llevó a que en el sector se instalaran casas para trabajadores, así como un casino. Dentro de las familias que llegaron en esa ápoca al lugar, destacaban los Merino, Herrera, Illanes, Sanhueza y Sepúlveda.

Al iniciarse la actividad de extracción en la cantera, ya existía un pequeño núcleo de pescadores artesanales ubicados en el sector.

Una vez instaladas las familias de canteros, se fundó el Club Deportivo Francisco Cuevas Mackenna, que era el nombre de uno de los capataces de la cantera, y el Club de Fútbol Amateur de caleta Lenga, el que fue fundado el 20 de enero de 1948.

La extracción del material pétreo de la cantera se realizaba con bulldozers, explosiones con dinamita, compresores de aire y chancadoras, desde allí se transportaba en camiones al sitio de la usina de Huachipato.

Hacia 1953 dejó de necesitarse el material pétreo y la cantera dejó de funcionar, lo que se acentúo por efecto de los sismos de mayo de 1960. Pero el poblado no desapareció, sino que se vio aumentado por personas provenientes de caleta Chome, Infiernillo y Perone. Así es como los pobladores, apremiados por necesidades de subsistencia, se dedicaron a la pesca artesanal en botes de remo y vela, destacando entre sus capturas el congrio colorado, sierra, jurel y jaibas, productos que se iban a vender al puerto pesquero artesanal de San Vicente, en Talcahuano.

La vida de estos primeros pobladores se daba en un entorno de viviendas precarias con piso de tierra, que se proveían de electricidad conectándose a la línea eléctrica que unía la usina de Huachipato con el fundo Ramuntcho, propiedad de la familia Laurent Rabal.

A principios de la década de 1980, la propiedad de la familia Price fue comprada por Serviu, y los lenguinos pudieron regularizar sus terrenos, cancelando las cuotas de sus bienes raíces en el trienio de 1983-1986.

La Escuela de Lenga

Dentro de las necesidades que los primeros habitantes anhelaban satisfacer, estaba la problemática de la educación de los niños de las familias que llegaron o que se iban formando. La primera Escuela con la que contó la caleta, se localizó en los caserones que a inicios de los años 50 albergaban a los trabajadores de la cantera. En ese icónico lugar enseñaron recordadas profesoras como Ana Rivas y Emma Guzmán.

La escuela, refundada en noviembre de 1965, contaba con una estructura de madera y poseía solo tres salas, en ellas dictaban clases de primero a sexto básico.

En 1980 se pasó a denominar Escuela G- 742 la cual fue remodelada por la Municipalidad de Talcahuano y coexistía con una guardería que dependía de Junji.

Una vez creada la nueva comuna de Hualpén y debido a su baja matrícula, en 2013 dejó de funcionar. Allí el Daem de Hualpén habilitó sus dependencias como Centro de Práctica de los alumnos de la Especialidad de Gastronomía del Liceo A- 87 "Pedro del Río Zañartu".

Ciclos de subsistencia

En su historia caleta Lenga fue evolucionado desde el inicio de las extracciones de material pétreo de su cantera, que se inició en 1946 y se extendió hasta 1960 para la puesta en marcha de Huachipato, y entre 1970 y 1973 para la extracción de material a cargo de la empresa Sigdo Koppers para la construcción del puerto comercial de San Vicente y la ampliación del muelle de la siderúrgica de Huachipato.

Junto a ello, fue desarrollando un periodo de pesca artesanal que paulatinamente fue bajando durante las décadas de 1980 y 1990 en su volumen de desembarque. Allí los pescadores capturaban crustáceos emblemáticos como la jaiba remadora y el chanchito de mar. Otra explotación de la que hicieron uso los lenguinos, fue la extracción de "pelillo" o "gracilaria chilensis", la que comenzó en 1965 y se mantuvo hasta fines del siglo XX.

El éxito de este cultivo se debió al buen precio que alcanzaba en los mercados internacionales y se convirtió en el principal ingreso de los pobladores. Es así que la explotación indiscriminada de las praderas naturales incentivó el cultivo artificial de esta alga, donde la actividad extractiva se efectuaba en verano. En la década de 1990 los precios internacionales bajaron, y la actividad pelillera no prosperó, a esto se sumó la contaminación de las aguas y la sobreexplotación del recurso.

Lenga y su polo gastronómico

En el segundo quinquenio de los años 60 existían en caleta lenga "quioscos" emplazados en la costanera con vistas al mar donde se vendían productos marinos frescos y cocidos. En 1972, durante el gobierno del Presidente Allende, se inauguraron instalaciones frente a la playa de Lenga para el disfrute de la población y los veraneantes.

Tras la crisis del pelillo y de la pesca, se sumó la contaminación causada por el varamiento del petrolero "Cabo Tamar" en julio de 1978, así como de la industria petroquímica y siderúrgica aledaña a la bahía de San Vicente.

En estas condiciones es que los habitantes de caleta Lenga debieron pensar en una reconversión económica. Es así que el rubro de las cocinerías fue la alternativa viable. En un principio se vio dificultado por la falta de alcantarillado y baja calidad del aprovisionamiento de agua potable, pero a pesar de ello, lograron habilitarse las primeras cocinerías en el sector. En 1997 se otorgó la primera patente comercial, y con ayuda de Corfo se logró inaugurar el resto de los restaurantes de comida marina, que es un sello que distingue a caleta Lenga hasta el día de hoy.