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Dos de cada tres personas van al baño en compañía de un smartphone

Una encuesta reveló que ver redes sociales y leer noticias son lo que más se hace con el celular en aquel íntimo momento.
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N.E.

El comediante Rodrigo Villegas abrió el miércoles su rutina en el Festival de Viña del Mar preguntando al público "¿Quién entra al baño con el teléfono?". Así, el ex Morandé con Compañía captó la atención inmediata de un público que se sintió completamente identificado.

Pese a que no es no es algo muy glamoroso de admitir, el 65% de las personas usa su teléfono móvil mientras está en el inodoro, según una encuesta hecha en 10 países por la empresa de ciberseguridad NordVPN, que consultó a nada menos que a 9.800 personas de Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Alemania, España, Países Bajos, Polonia y Lituania.

Entre las actividades más populares de hacer con el teléfono en el baño, la número uno es consultar las redes sociales. De hecho, el 53% de quienes reconocieron ir al escusado en compañía de sus smartphones dedican tiempo a dichas plataformas.

Otras faenas comunes en el cuarto de baño son leer o escuchar noticias (38%), jugar (31%), llamar o enviar mensajes (29%) y avanzar en el plano laboral, revisando correos electrónicos o usando Slack o Microsoft Teams (28%). ¿Y se ven videos, series o películas? La respuesta es sí, ya que un 26% aseguró que lo hace.

De acuerdo con el sondeo, además, quienes más usan el teléfono sentados en el W.C. son los millennials (26-41 años), seguidos por la generación Z (18-25 años).

Toda una tradición

"Incluso antes de que se utilizaran los smartphones, la gente consumía medios de comunicación en el retrete. En este contexto, suelo hablar de la función de lente del smartphone. Concentra y agrupa en un solo dispositivo muchas actividades que antes se realizaban en lugares específicos o en otros contextos, como las citas, las operaciones bancarias, las compras, los juegos, la navegación, la planificación de viajes o el aprendizaje de idiomas", manifestó Clemens Stachl, investigador del comportamiento.

El psicólogo e investigador de la adicción a internet, Hans-Jürgen Rumpf, en tanto, ve una tradición en el comportamiento actual. "Incluso en el pasado, la gente leía en el baño. Hay un estudio de hace 20 años, según el cual al menos una cuarta parte de la población leía libros o cómics en el inodoro. Este comportamiento era -y es- más común entre los hombres".

Miedo a perderse algo

Hans-Jürgen Rumpf mencionó además que el fenómeno "FOMO" (es decir, el "miedo a perderse algo") se está extendiendo, lo que puede explicar en parte lo popular que se ir al baño con el celular.

"Esta preocupación y ansiedad obsesivas pueden llevar a un uso intensivo del smartphone y ser el precursor de un uso problemático y eventualmente adictivo", afirmó.

"Es probable que el índice de personas que corren el riesgo de desarrollar esta dependencia sea mayor entre los que revisan muros y perfiles desde el baño que entre los que no tienen este hábito", añadió.

El ayuno puede afectar de mala forma al sistema inmunitario

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Saltarse las comidas desencadena una respuesta en el cerebro que perjudica a las células inmunitarias, según un estudio hecho en ratones, que constata que el ayuno puede afectar el combate de infecciones y conducir a un mayor riesgo de cardiopatías.

La investigación, centrada en el desayuno y liderada por la Facultad Icahn de Medicina de Monte Sinai (EE.UU.), se publicó en la revista Immunity.

El objetivo era comprender mejor cómo afecta el ayuno al sistema inmunitario. Para ello, los científicos analizaron dos grupos de ratones. Un grupo desayunó -con abundancia- al despertarse y el otro grupo no lo hizo.

Los investigadores recogieron muestras de sangre en ambos grupos, cuando los ratones se despertaron, cuatro horas después y ocho horas después. Al examinarlas, vieron una clara diferencia en el grupo en ayunas.

En concreto, constataron una diferencia en el número de monocitos, unos glóbulos blancos que se producen en la médula ósea y viajan por todo el cuerpo, donde desempeñan muchas funciones críticas, desde la lucha contra las infecciones hasta las enfermedades cardiacas y el cáncer.

Al inicio, todos los ratones tenían la misma cantidad de monocitos, pero al cabo de cuatro horas estos glóbulos blancos de los ratones del grupo en ayunas se veían drásticamente afectados.

Los investigadores encontraron que el 90% de estas células desaparecía del torrente sanguíneo, y el número seguía disminuyendo a las ocho horas; en cambio, los monocitos del grupo que no ayunó no se vieron afectados.