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Dichato y los apuros de su reconstrucción tras el atroz tsumani

Hoy ha región necesita entregar casas a los afectados por los incendios. Damnificados por el tsumani de hace 13 años recuerdan como fue su proceso.
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Cirstian Aguayo Venegas

La pequeña localidad de Dichato fue una de las más afectadas en aquel terremoto y tsunami que se desarrolló en 2010, el cual arrasó con gran parte de la zona.

Alrededor de mil 344 casas fueron destruidas por las olas que se esparcieron por las calles dichatinas, donde solamente el cerro no quedó tapado con agua.

Trece años después, el balneario logró ponerse de pie, es uno de los polos turísticos más importantes del Biobío, sin embargo, cada año que se acerca el famoso 27F relucen las historias sobre la reconstrucción.

Ximena Toledo, residente de Dichato y líder del sector cuatro del campamento en El Molino en aquella época señaló que "lo primero fue pasar por el tsunami, después de eso, las autoridades tomar la decisión de abrir los terrenos en El Molino, que es donde está la población Peumayén hoy en día".

"Con la ayuda del Ejército se tiraron todos los árboles, se abrió la tierra y se ordenó arreglar los terrenos y se pusieron 450 media aguas divididas en seis sectores con una sede social que puso el Hogar de Cristo al medio que sirvió para reunir a la comunidad", agregó.

Toledo complementó que "con los seis sectores se formó un comité con personalidad jurídica y se trabajó en común acuerdo con la autoridad".

Sin embargo, las condiciones que había en la comunidad de El Molino no eran buenas, a pesar de contar con media aguas.

"Yo lideré el sector número cuatro, y junto a los otros presidentes conversamos y realizamos petitorios para el bienestar de la comunidad, porque eran 450 media aguas, las cuales no son facil de llevar, más encima sin luz ni agua, en un terreno baldío, inhóspito, donde teníamos estanques de agua a dos cuadras y baños químicos, así que de esa forma empezamos metidos en el barro", detalló.

Bajo la misma línea, Toledo indicó que "desde ahí empezamos a ver cómo podíamos mejorar la situación, porque estábamos complicados, en ese momento se realizó la gran protesta debido a que la autoridad no escuchaba nuestras demandas, y no nos daba mejores soluciones que la media agua, que prácticamente era una cáscara".

"Si la gente hubiese vivido siempre en media agua, quizás no habría sido tanto el problema, pero la gente venía de vivir en casas, Dichato era un pueblo turístico, donde la gente arreglaba sus viviendas para, incluso arrendarlas, pero en las condiciones que estábamos era indigno que estuvieran viviendo en esas condiciones", sostuvo.

"Entonces, se hizo una gran protesta, donde se plantearon 15 puntos para poder solucionar, pero el gobernador de ese tiempo no nos dio una respuesta concreta, nosotros sentíamos que nos estaban tomando el pelo, incluso, a él lo sacaron y pusieron a otro, quien se reunió con nosotros, nos escuchó y nos dio soluciones más favorables", afirmó.

Asimismo, la representante de los damnificados del sector cuatro en aquellos años señaló que "hoy en día, tenemos poblaciones, departamentos y un Dichato reconstruido, y todo eso fue a raíz de la cuenta pública que hizo el señor Pérez Mackenna, que era la autoridad de vivienda en aquella época, quien dijo que se tenía un 50% de reconstrucción, cuando no había ninguna casa parada".

"Entonces, desde ahí empezamos a trabajar, se crearon mesas de trabajo y sociales, donde se tomaban los puntos de vivienda para que la gente fuera teniendo esperanzas de que esto iba a cambiar", aseguró.

-¿En qué momento comenzaron a levantarse las poblaciones?

"La primera población que salió fue la Villa Horizonte, entregada en 2013, que era un icono porque se entregaron soluciones habitacionales a casi todos en la aldea más grande del país".

"En ese momento, nosotros planteamos también que se debía trabajar en paralelo todas las poblaciones, y así se fue dando, pero eso conllevó mucho trabajo, muchas conversaciones", puntualizó.

Toledo enfatizó que "hoy tenemos un Dichato reconstruido y es todo por gracias a los vecinos, por la fuerza para pararse en la calle y gritar, si hoy la zona está reconstruida es por todos lo que estuvieron, y los que vinieron a ayudar de forma voluntaria, a ellos hay que agradecerles, quizás si no fuese por la unión en ese tiempo, todavía estaríamos sufriendo con el tema de la reconstrucción".

-¿Cómo encontraron las viviendas definitivas? ¿Tenían problemas?

"Sobre las casas definitivas, si bien se vieron algunos problemas, no fue tan malo, en el sentido de que en tan poco tiempo para construir es normal sacar una población en 7, 8 hasta 20 años, pero acá se demoraron 3 en entregar las casas".

"En ese sentido, es normal que existan algunas fallas, pero ahí es donde funcionaba la garantía de las constructoras, que fueron arreglando algunos problemas", señaló.

Al ser consultada sobre que no debería repetirse con los damnificados de los incendios en el Biobío, Toledo afirmó que "nosotros tuvimos un problema de coordinación de las autoridades, la Intendenta de la época se mandó sola, y creo que es importante el respeto".

"Debe haber un orden entre las autoridades, generar buenos catástros, hacer los balances como corresponde y desde ahí se va a ir desarrollando una mejora", aseguró.

Hay que ponerse de pie

Mariela Letelier también fue parte de un campamento tras perder su casa, la cual estaba ubicada a una cuadra y media de la playa. Hoy en día, ha podido surgir gracias a la resiliencia y el motor familiar.

-¿Cuáles fueron las incertidumbres que se te vinieron a la cabeza post terremoto?

"Lo que menos se me vino a la mente en ese minuto era en qué estado estaba mi casa o cómo la íbamos a reconstruir, yo siempre esperé y confié que iba a quedar en el mismo lugar, en el mismo terreno y que iba a poder recuperar lo poco y nada que quedaba, pero nunca me adelanté a pensar en una reconstrucción y en la ayuda del gobierno".

Letelier comentó que "yo vivía a una cuadra y media de la playa, mi mamá un poco más alejada, pero nunca pensé que ella también iba a tener su casa destruida, entonces fue una situación compleja".

"Varios días después empezamos a preocuparnos de la situación de la casa, porque antes tenía otra prioridad que era mi familia, así que cuando volvimos empezamos a recuperar lo que quedó y también con grupos sectorizados canalizaron la ayuda para limpiar y ponerse de pie nuevamente", detalló.

Pasado unos días tras el terremoto, Letelier indicó que "se realizó el tema de los campamentos en los cerros, ahí uno armó algo chico mientras llegaba la ayuda de la autoridad, la cual apareció meses después por parte del gobierno y de otras instituciones, quienes habilitaron algunas media agua hasta que el Serviu dio la solución definitiva".

"Lo bueno es que para mi el Serviu me construyó donde estaba mi casa inicialmente, incluso, ellos dieron la posibilidad de cambiarse de sector, que era hacia Villa Horizonte. Ahí se dio la posibilidad de entregar el terreno de abajo e irse pero era algo muy ambiguo", afirmó.

-¿Cuánto tuviste que esperar para tener tu casa definitiva?

"Yo soy media mala con las fechas, pero pasó bastante tiempo para tener la vivienda definitiva, yo creo que fue entre el 2012 y 2014, pero fue más de un año".

-¿Qué sentiste al entrar a tu nueva casa en aquel tiempo?

"Se sintió muy distinto, porque mi primera casa era mi esfuerzo, quizás no teníamos grandes comodidades pero me sacrifique harto. Y cuando nos entregaron la casa no había el mismo cariño, era un sentimiento extraño, obviamente, uno agradecido, pero se sentía raro, ya no estaban los recuerdos, las fotografía, los pequeños detalles no volvieron, solo quedaron en nuestra mente".

"Asimismo, después de un tiempo evidenciamos algunas fallas en la casa, incluso, hasta el día de hoy presenta problemas, por ejemplo, cuando llueve me goteo entera, tengo una fuga de agua horrible, y eso me hace pensar de que los materiales que usaron, quizás no eran de la mejor calidad, quizás abarataron costos para que hubiera más cantidad de casas", puntualizó.

-¿Qué balance se realiza sobre la reconstrucción de Dichato 13 años después?

"El balance que puedo realizar es que la ayuda fue acorde en tiempo la solución de las casas, porque entregaron muchas, pero si hay que hacer una observación faltó el tema, primero de investigar bien a quien se le brindaba el beneficio, y también preocuparse del seguimiento, de las falencias, problemas que radicaron en las casas, no hubo un seguimiento".

Agregando que "fueron mucho más las casas que se levantaron de las que se cayeron, entonces, ahí hago el hincapié de que tuvo que haber un mejor catastro, un mejor trabajo en ese sentido, y haber entregado algo con 100% de calidad, en vez de preocuparse solo por la cantidad".

Por otro lado, Letelier sostuvo que "si tu piensa trece años después, Dichato está levantado, pero hay cosas que quedaron en el tintero, por ejemplo, el tema del puente mecano, el cual solo iba a ser una solución parche, pero hasta hoy no pasa nada".

Cabe señalar que, según las autoridades de la época, casi 3 mil habitantes fueron reubicados en la zona, donde dos tipos de vivienda fueron construidas, las cuales fueron las antisísmicas y antitsunamis.

"Hoy tenemos poblaciones, departamentos y un Dichato que está reconstruido".

Ximena Toledo,, ex líder de campamento