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Crónica policial: el paso por el norte de Chile de Sundance Kid

Según escriben los investigadores, el famoso forajido estadounidense, bajo el alias de Frank Boyd, dio muerte a un policía en Antofagasta.
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Andre Malebrán / Redacción

De desconocida puede no tener mucho, pero de curiosa bastante. La historia del famoso pistolero estadounidense Sundance Kid disparando a quemarropa en el centro de Antofagasta es, además, tan sorprendente como real.

Antecedentes publicados por la asociación de investigación "Wild West History Association Journal", según consigna Ex-Ante, dan cuenta de que el mencionado extranjero se encontraba en el norte de Chile en agosto de 1905, posiblemente acompañado de Butch Cassidy, su compañero de crímenes en el país norteamericano, con el que fueron inmortalizados en el filme "Dos hombres y un destino" ("Butch Cassidy ans Sundance Kid", 1969).

A través de otros registros ya se ha intentado consignar la presencia del famoso asesino que en Antofagasta merodeó escondido por sus crímenes bajo el nombre de Frank Boyd, tal como lo redacta el desaparecido diario El Industrial.

"Es un capítulo desconocido en sus vidas", dijo Anne Meadows al diario The Guardian. La abogada, junto a su marido Daniel Buck, siguió los pasos del asaltante del Viejo Oeste, que en la famosa película fue interpretado por Robert Redford pero que en la vida realmente se llamaba Harry Alonzo Longabaugh. "Ocurrió en el período entre Argentina y Bolivia donde nadie sabe realmente en qué andaban", señala Anne.

El alias "Frank Boyd", describen Buck y Meadows, aparecía en artículos publicados por el diario El Industrial, donde lo mencionaban como el presunto autor de un homicidio ocurrido el 21 de agosto de 1905 en el restaurante Universo, cercano a la Plaza Sotomayor.

En aquel local del centro de Antofagasta, "un caballero estadounidense, bien vestido y que no hablaba español, comía esa madrugada, acompañado. A las 4.30 am entró al local un policía, quien dijo al dueño que no tenía autorización para funcionar a esa hora. El dueño pidió a los comensales que se fueran, lo que habría parecido mal al ciudadano estadounidense. Molesto, habría desenfundado su revólver y amenazado al policía. Entonces habría entrado en escena un segundo policía, identificado como Arturo González, de 24 años, quien intentó detenerlo. El estadounidense le disparó a poca distancia, matándolo instantáneamente […] Luego huyó".

Crimen

Harry se hospedaba en el Gran Hotel Colón, donde lo detuvieron más tarde cuando intentaba arrendar un carruaje para fugarse a Caleta Coloso.

En la comisaría y con la ayuda de un intérprete, el individuo señaló que era de Pensilvania, mismo lugar del conocido Sundance Kid, apodo que ya tenía desde los 15 años, cuando fue enviado a prisión por robo de caballos.

"Parece que el criminal, confundido por las declaraciones de los numerosos testigos que comprobaban su culpabilidad, ha confesado plenamente su delito. Boyd, según se nos dice, está un poco enfermo y se le nota muy abatido, cabizbajo. Al hablar de su crimen dice que ha sido solamente una desgracia, a que lo llevó el licor", indica una crónica del 30 de agosto de 1905 de El Industrial, que los investigadores rescatan de un archivo de la Biblioteca Nacional.

Lo que probablemente ocurrió -según escriben los investigadores- fue que Boyd se encontraba comiendo en el restaurante con varias personas, posiblemente dos dueños de prostíbulos, una prostituta, un oficial de Ejército chileno y un ciudadano peruano que hablaba inglés. Luego, Boyd intervino en una discusión que tenía lugar en otra mesa, lo que llevó a que golpeara o abofeteara a una persona identificada como Carlos Legreze.

Después, el sargento de policía José Reyes cerró el restaurante por superar la hora permitida, y los comensales salieron. En la calle Boyd continuó la discusión con Legreze, lo que dio paso a una disputa con la policía. Boyd sacó su revólver, lo movió de un lado a otro y disparó. Arturo González, quien habría estado a una distancia de entre un metro y medio y 20 metros, cayó muerto de inmediato.

Casi un mes más tarde, el fiscal Joaquín Elizalde presentó su acusación basada en la confesión de Boyd, por el delito de homicidio simple. Recomendó 4 años de cárcel, pero semanas después Boyd presentó una moción. Así, las áridas tierras de Antofagasta se despidieron del forajido cuando el vicecónsul estadounidense, Frank D. Aller, intervino. El diplomático firmó la moción y se hizo garante de la fianza que ascendía a 5.000 pesos.

¿Qué pasó después? El vicecónsul escribió en 1909 a sus pares estadounidenses en La Paz contando que Frank Boyd era buscado en Antofagasta. En la oportunidad habría escuchado que Boyd y su compañero habían muerto en la localidad de San Vicente y habían sido enterrados como "desconocidos". Dicha muerte fue recreada en la famosa película de 1969, ganadora de 4 premios Oscar, y dirigida por George Roy Hill.