Lidia es la única jefa enfierradora de la "constru" en Conce
Lidia Jara encabeza uno de los trabajos claves en toda obra de construcción, y dice dejar de lado los prejuicios en torno a una labor ejercida principalmente por hombres. "He logrado demostrar que la mujer puede", comenta feliz.
Lidia Jara literalmente es "la dama de hierro" en Concepción. Y no precisamente por un tener un carácter rudo y firme, nada de eso. Dama de hierro, por liderar uno de los pasos claves en todo proceso de construcción, como es la etapa de enfierrado, donde se refuerza el hormigón y se le da forma a la estructura proyectada por la arquitectura.
Una "pega" que la penquista lleva adelante desde hace casi cinco años, y que destaca por ser la única mujer en realizar dicha tarea en la Región del Biobío y una de las pocas en el país, ejerciendo como contratista y supervisora de dicha labor.
Por eso mismo la mujer de 42 años, madre de tres hijos y abuela de 2 nietos, recibió una distinción de parte de la Cámara Chilena de la Construcción, en el marco de la campaña "En la Construcción SÍ hay mujeres… y queremos más", que fue presentada en el proyecto "New Cycle" de constructora Lagies del Grupo Ikonnex.
La presidenta nacional de la Comisión de Mujeres, Nathalie Dubois, e impulsora de la campaña, señaló que debe darse un cambio en las organizaciones para potenciar el empleo femenino en el sector. "Estos cambios deben darse además de manera colaborativa con el sector público, el privado y la comunidad. Tenemos que hacer que más mujeres se atrevan y formen parte de un sector clave para la economía del país", afirmó.
Por su parte, Bernardo Suazo, presidente de la CChC Concepción, señaló que "nos interesa integrar a más mujeres al rubro. Y no sólo en trabajos con características femeninas, sino, en cargos de mayor relevancia, como jefaturas. Ese es el desafío".
Orgullo de acero
Un reconocimiento que toma con alegría y orgullo Lidia, pero también con mucha mesura, y recordó como comenzó este camino, con el cuál ya ha formado parte de importantes proyectos en el Gran Concepción.
"Mi marido trabajaba en esto, pero a él lo llamaron del servicio público y decidió tomar ese trabajo. Entonces me pidió que me hiciera cargo. Comencé sin saber nada. De a poco fui conociendo el rubro, los mismos maestros te van enseñando algunas mañitas", expresa la oriunda de Quilpué, pero que creció y hoy se siente una penquista más.
"Es una pega más varonil, son solo varones quienes la realizan, pero ha sido una bonita experiencia, los chiquillos muy respetuosos, te apoyan mucho. Al principio me costó mucho, pero no por el maestro, sino por el ambiente hostil que se genera a nivel de jefatura. Al principio me miraban raro, ver a una mujer ahí, se preguntaban ¿se la podrá? Es un rubro pesado, pero de a poco se ha ido reconociendo el trabajo que uno hace. Muchas veces no confiaban en mi trabajo, sólo por ser mujer. Hice un camino a pulso para que pudieran creer en mi desempeño y en el de mi equipo", dice orgullosa del reconocimiento otorgado.
Lidia cuenta que ya ha trabajado como subcontratista en distintas empresas de la Región y que en muchas de ellas la han vuelto a llamar para un nuevo proyecto. De la construcción señala que "me gusta mucho esta actividad, estoy muy feliz trabajando aquí, porque es un rubro muy dinámico", expresa la supervisora y contratista, quien aterriza su labor en términos bien sencillitos: "Siempre lo digo así, la tarea de enfierrador es como armar el esqueleto de un edificio, la enfierradura, la obra gruesa. Hacemos el fierro en base a lo que define el calculista, se lleva a plano, se saca el detalle, se confecciona y se instala el material. Luego vienen las otras fases, el moldaje de carpintería, el hormigón, y va tomando forma una construcción", detalla.