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Camino a Patagual fue escenario de batallas

En el Siglo XVI, durante el período de la Conquista, este sector que conecta el camino a San Juana con Coronel fue escenario de enfrentamientos bélicos entre las fuerzas castellanas y mapuches.
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Este camino, que figura en la memoria de nuestra región desde los tiempos de la Conquista, corresponde al antiguo camino al sur por el llamado "vado de Talcamávida" hasta Santa Juana de Guadalcázar. Desde ahí, era la ruta que se tomaba hacia el sur, por los llamados pajonales. Su valor era estratégico, y en ello radicaba la razón por la cual tanto mapuches como españoles, instalaron tambos y fuertes, para proteger el camino desde ambos bandos durante ese período.

En aquella época, la ruta, que aún pasa por el valle de Catirai, se bifurcaba, por un lado, hacia el fuerte de Coronel y por otro, hacia fuerte de Tucapel, dando así una salida al camino de la frontera que conectaba Concepción con la conquista española hacia el sur.

En el valle de Catirai, los mapuches instalaron una empalizada como fortificación para defenderse de la amenaza española en la zona. En este lugar se llevaron a cabo dos enfrentamientos, ambos ganados por los mapuches y que van a llevar a la fortificación de la línea de la frontera.

Primera batalla de Catirai

La guerra en la zona había tomado mayores proporciones al sur del Biobío desde el principio de la primavera de 1562. Las serranías de la cordillera de la Costa o Mareguano, como le decían los mapuches, eran el centro de las hostilidades desde Tucapel hasta las orillas del Biobío. Desde allí atacaban a los destacamentos españoles. Los conquistadores desalentados, culpaban al achacoso gobernador, enfermo de gota, de ser la causa de las desgracias. No lograban atemorizar a los mapuches, y lejos de ellos, éstos se habían reconcentrado en fortificarse en el lugar del Mareguano llamado Catirai.

El gobernador Villagrán llegó a Concepción durante los primeros días de diciembre de 1562. Reunió las fuerzas disponibles, y por su salud, no podía salir personalmente, así que las puso bajo las órdenes de su hijo Pedro de Villagrán y de su yerno Arias Pardo de Maldonado, haciéndolos marchar para destruir el campo fortificado en que se reunían los mapuches cerca del Biobío. Estos últimos, habían construido formidables palizadas, abriendo en los alrededores fosos para que cayeran los caballos de los españoles. El 8 de diciembre llegaron los españoles frente a las posiciones enemigas; desmontando y emprendiendo el asalto a pie de aquellas trincheras. Los castellanos lucharon, hasta que los mapuches se retiraron.

Los españoles salieron heridos casi en su totalidad y la batalla les costó la vida de muchos soldados y pérdida de caballos arrebatados por los mapuches que ya comenzaban a usar estos animales con destreza.

Los mapuches se reunían otra vez en las cercanías, y aunque los españoles creyeron lograr dialogar, los naturales habían formado otro fuerte en Catirai. El gobernador, desde Arauco, en enero de 1563, ordenó atacar a los mapuches en sus posiciones. Pedro de Villagrán, el hijo del gobernador recibió la orden de reunirse en terreno con 90 soldados, en su mayor parte jóvenes y poco experimentados. Los soldados, junto con 500 indios auxiliares, salieron de Arauco y subieron la cordillera de la Costa.

Los araucanos poseían espías y sabían del avance de los españoles. Los dejaron avanzar, hasta que los caballos comenzaron a caer en los fosos. Solo ahí llovieron sobre los jinetes flechas y golpes. Los mapuches salieron de sus trincheras, y masacraron a los españoles. Más de 40 peninsulares, capitanes y soldados de gran reputación, sucumbieron en aquella lucha. Los que pudieron, huyeron a caballo, buscando unos el camino de Concepción y otros el de Angol, porque el que conducía a Arauco, a través de la cordillera de la Costa, estaba cerrado por los vencedores. En esta batalla, los españoles perdieron, no solo su vida y un gran número de yanaconas, sino que también caballos y armas, que cayeron en manos de los mapuches.

Segunda batalla de Catirai

El 7 de enero de 1569 las fuerzas expedicionarias se pusieron en movimiento. Los españoles, divididos en cuadrillas, iniciaron un ataque, trepando el cerro y dirigiendo sobre el enemigo a fuegos de arcabuz. Cuando llegaron cerca del fuerte mapuche, cayó sobre ellos una verdadera lluvia de piedras que los desconcertó y lesionó a un gran número de ellos. Cuando los soldados que lograban llegar a las alturas, que se les había mandado ocupar, ya estaban perdidos. Las condiciones del terreno como pendientes y laderas empinadas, más el calor y el polvo, estaban en contra de los españoles.

El descalabro de los conquistadores fue completo. En total 44 hombres, soldados y capitanes encontraron su tumba en Catirai, uno de los mayores desastres que hasta entonces hubieran experimentado los invasores en aquella prolongada guerra.

El camino hoy

En la actualidad, la ruta aún existe, y sirve a la industria forestal para el paso de camiones que de alguna manera aliviana el tráfico que se ejecuta por el centro de San Pedro.

El camino de Patagual representó en una primera instancia, el único camino hacia la frontera, ya que, por la costa, teníamos y aún tenemos, las antiguas lagunas y lagunillas, que abarcaban el lugar que hoy tiene el camino por la costa a Coronel, y que impedían el paso hasta 1835, cuando el terremoto del 20 de febrero de ese año levantó la costa y fue desecando algunas lagunillas del sector, permitiendo así el paso por tierra por la planicie costera.