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El halterista de Coronel que busca llegar a un mundial

A sus 26 años y desarrollando su oficio de operador de grúa en Camanchaca, se traza objetivos.
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En febrero pasado, Luis Vargas Ortiz participó en el campeonato nacional de halterofilia juvenil-adulto, realizado en Santiago, donde obtuvo el cuarto lugar. Después de esta competencia, alcanzó dos primeros lugares en campeonatos regionales, uno realizado en Chillán y otro en Bulnes, en la categoría 102 kilos.

Con vistas al próximo campeonato nacional 2023 en Santiago, el deportista se encuentra entrenando y participando en competiciones regionales, interregionales y preparatorios, que le permitan pelear el podio y salir del cuarto lugar que obtuvo en el nacional anterior.

Inicios en el deporte

Desde que su hermano le presentó el halterismo a los 13 años, Luis comenzó el entrenamiento profesional de levantamiento de pesas en el Liceo Industrial Metodista de Coronel, donde guiado por su profesor, Rodrigo Ríos, alcanzó las primeras marcas que un año más tarde lo llevarían a participar de su primer panamericano de halterismo en 2011.

En esta competencia logró romper sus propias marcas levantando 186 kilos en total olímpico y 86 en el arranque. "Después clasifiqué a otros panamericanos juveniles en Viña del Mar, ahí me lesioné la espalda y no contaba con el apoyo de nadie que me ayudara, tampoco tenía plata para ir al kinesiólogo, así que dejé de entrenar", comenta.

Fueron cinco meses de pausa, en los que debió recuperarse hasta que volvió a entrenar y participó en un nuevo campeonato nacional en el que sacó primer lugar, lo que lo clasificó nuevamente a una competencia panamericana de la que debió restarse por una lesión.

"Tuve dos hernias discales, entonces hubo un momento en el que mi carrera deportiva se paró porque yo estaba en mi casa, no podía ni caminar, no sentía mi pierna derecha, además del dolor propio de las hernias", cuenta.

En ese momento, comenzó a generar dinero trabajando como conductor de camiones con lo que logró reunir lo suficiente para tratar las lesiones que, producto del trabajo, empeoraron.

Cuando todo parecía ir mejor, a sus 16 años debió parar nuevamente producto de una hemorragia interna con infección, que lo mantuvo cinco meses hospitalizado y un año en tratamiento para drenar y mejorar las lesiones.

Ya a los 18, Luis pudo volver a entrenar, romper nuevas marcas e incluso fue campeón regional. Sin embargo, producto de una nueva lesión, pasó por un periodo de desmotivación en el que los entrenamientos eran cada vez más intermitentes pues su cuerpo ya no rendía igual.

En este tiempo se fue a vivir a la comuna de Talcahuano donde uno de sus primos, durante el 2021, lo motivó a practicar rugby hasta que, "un día pasando por la Tortuga le pregunté al profe de halterofilia si me podía quedar a entrenar y levanté 110 kilos después de no haber entrenado por tres años", cuenta.

Más fuerte y motivado

"Hoy me siento más fuerte y motivado que antes, con el apoyo económico que tengo de Camanchaca, empresa donde trabajo, puedo tratarme con los médicos que necesito y mantener una alimentación saludable compatibilizando el trabajo y el deporte", añade. "Con lo que gano en mi trabajo le ayudo a mis hijos, a mi mamá y lo que me aportan como deportista es solo para lo que tenga que ver con deporte. Hay días en los que quiero tirar la toalla porque duermo 5 horas y mi cuerpo no me da, pero al final me motivo porque tengo que cumplir", explica. Actualmente es parte del club de halterismo Cielo Tronador, equipo en el que ha logrado batir su récord levantando 110 kilos en arranque y 140 en peso olímpico. Con estas marcas, ha representado al club y a su auspiciador, Camanchaca, en los últimos torneos. El apoyo y la motivación mantienen vivo el sueño de Luis que, con 26 años, mira hacia las próximas competencias regionales, nacionales y sueña con ir a un mundial.