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Laguna Grande, paraíso natural para proteger

El rico patrimonio lacustre que la naturaleza le otorga a San Pedro de la Paz y que incluye el sistema de humedales presente en ella, debe ser cuidado para todas las generaciones futuras.
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La Laguna Grande de San Pedro de la Paz se ubica en la parte noroccidental de la cordillera de Nahuelbuta, al sur del río Biobío. Su cuenca abarca 12,7 kilómetros cuadrados con un área de superficie de agua de 1,55 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 13,5 metros.

Está conectada al sistema lacustre de San Pedro de la Paz, el que está compuesto por la cuenca de la Laguna Chica, los cerros que la alimentan -ya sea con el agua superficial que escurre cuando llueve o por las napas subterráneas que alimentan la laguna durante el año- y el gran Estero y Humedal Los Batros que conectan este sistema con el río Biobío. Está rodeada por su lado oriental por un cordón montañoso que alcanza una altura aproximada de 350 metros y del cual se desprenden pequeños valles y quebradas que descienden hacia el cuerpo de agua. En su lado occidental se encuentra una extensa llanura que actúa como una represa natural. Gran parte de ella ocupada por la Villa San Pedro, población que comenzó a ser construida en 1962 hasta 1967.

Los efectos de la urbanización sobre las lagunas de San Pedro de la Paz son conocidos ya desde la década de 1980, con estudios que muestran como la presión del desarrollo urbano ocasionó el proceso de eutrofización causada por la acción del ser humano en ambos cuerpos de agua. Las lagunas están interconectadas y son parte del sistema de lagos nahuelbutanos localizados en el ramal montañoso occidental de la Cordillera de Nahuelbuta. Cuando los eventos de lluvia son muy intensos, la Laguna Chica sube su nivel y estas aguas se liberan hacia la Laguna Grande por antiguos humedales que fueron canalizados a través del canal Michimalonco.

No existen dudas de que una de las causas de la eutrofización en la Laguna Grande fue el aporte de nutrientes que provinieron de los desagües de aguas servidas permanentes o intermitentes que se evacuaban directamente en ella, cosa que nunca debió ocurrir, pero que, sin embargo, sucedió y hay varias causas consideradas como posibles generadoras de su contaminación, como lo son la evacuación de las aguas lluvias hacia la laguna, las que arrastran desechos naturales desde las calles, rebalses de sistemas públicos o privados en mal estado, detergentes, la existencia de posibles conexiones clandestinas de alcantarillado al canal de desagüe de la Laguna Chica de San Pedro, el que posteriormente evacúa a la Laguna Grande de San Pedro.

Además, debemos considerar que el daño en el ecosistema natural de sus laderas y valles viene generado de forma gradual desde el siglo XIX y comienzos del XX, cuando se instalan en el llano sitios de labranza, que van eliminando la flora nativa del lugar como boldos, arrayanes y helechos, por nombrar algunos, para dar espacio a zonas de cultivo que permitirán surtir de hortalizas y productos del huerto a los sectores aledaños. Ya en la década de 1970, comienza en toda la zona de la cordillera de Nahuelbuta un proceso de introducción de especies como el pino y el eucalipto, con el impulso dado a la industria forestal, la que aún mantiene una gran ocupación de cerros en la Región.

La gran cantidad de viviendas que se ubican en los cerros de la Laguna Chica, las urbanizaciones ubicadas en los costados del humedal Los Batros y el crecimiento desbordante de Andalué y el Venado, han invadido las cuencas naturales que drenan hacia ambas lagunas. Esta suma de procesos desarrollados por décadas ha modificado la cubierta vegetal de los cerros y provocado una disminución de su fauna como insectos, reptiles, anfibios, mamíferos y aves, así como la homogeneización de la flora, destruyendo la esponja minero-vegetal por la gran cantidad de erosión, perdiendo la capacidad de almacenar agua en las napas subterráneas y eliminando los filtros naturales que aseguraban la gran calidad de agua de ambas lagunas.

El rico patrimonio lacustre que la naturaleza le otorga a San Pedro de la Paz y que incluye el sistema de humedales presente en ella, debe ser cuidado para todas las generaciones futuras. En enero de 2020 se declararon 3,34 kilómetros cuadrados como Santuario de la Naturaleza en la comuna, estos incluyen la Laguna Grande y parte del Humedal Los Batros. La medida requiere habilitar acciones en el ordenamiento territorial que permitan la recuperación del ciclo de agua dulce, donde las lagunas y el humedal son actores principales, y no quedarse tan solo con una vista turística de ello. Es una tarea colectiva entre los vecinos de la comuna y todas las instituciones que profitan de este maravilloso entorno, el resguardar el medio ambiente y la calidad de vida de la población que habita en este espacio privilegiado, que le otorga un sello identitario a San Pedro de la Paz.

"En enero de 2020 se declararon 3,34 kilómetros cuadrados como Santuario de la Naturaleza ".

Alejandro Mihovilovich

"Villa San Pedro, población que comenzó a ser construida en 1962 hasta 1967

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