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Anticuerpos del covid se reducen más rápido en personas con VIH

En el informe, y tras seis meses de seguimiento, la proporción de personas con Sida bajó sus defensas contra el coronavirus versos quienes no lo tienen.
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EFE

Las personas que viven con el virus del sida VIH cuentan con una menor probabilidad de mostrar anticuerpos séricos totales detectables contra el SARS-CoV-2 que las no inmunodeprimidas debido a la pérdida de anticuerpos anti-S, los de mayor implicación en proteger contra el coronavirus.

Así lo demuestra un trabajo del área de Enfermedades Infecciosas del CIBER (CIBERINFEC), dependiente del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio español de Ciencia e Innovación), dirigido por Juan Macías, investigador en el Hospital Virgen de Valme, y que fue realizado seis meses después de que contrajesen covid-19.

Para realizar este estudio, se incluyeron todos los casos de covid-19 en personas con VIH diagnosticadas entre el 8 de marzo de 2020 y el 30 de marzo de 2021 (un total de 63) y se reclutó a un grupo paralelo de 108 controles covid-19 entre pacientes atendidos ambulatoriamente después de ingresos por coronavirus, o derivados desde Atención Primaria o Urgencias.

Según explicó Juan Macías, "hasta este momento, se disponía de datos limitados y controvertidos sobre la respuesta inmune en las personas que viven con VIH, y sobre su mortalidad, por lo que era necesario contar con datos que comparasen la cinética de los anticuerpos después de la infección natural por SARS-CoV-2 en estos pacientes y en personas sin VIH".

Después de seis meses de seguimiento, la proporción de personas que viven con el VIH (PVV) con anticuerpos séricos totales detectables contra el SARS-CoV-2 fue del 86 % y la frecuencia de los mismos para las personas de controles fue del 98 %, y se debió principalmente a una mayor tasa de serorrevisión de anticuerpos entre las PVV.

Asimismo, los títulos de anticuerpos anti-S fueron significativamente más bajos para estas personas afectadas por VIH.

Según explica el investigador del Ciberinfec, "nuestros análisis muestran que la infección por VIH se asoció de forma independiente con la persistencia de anticuerpos totales anti-SARS-COV-2 y con niveles de anticuerpos anti-S seis meses después de la covid-19".

Estos resultados podrían sugerir que las personas que conviven con VIH podrían ser más propensas a la reinfección por coronavirus porque muestran que seis meses después tienen una menor probabilidad de mostrar anticuerpos séricos totales detectables que las personas sin VIH.

Asimismo, la concentración de anticuerpos anti-S, aquellos con mayor implicación en la protección frente a la infección, es menor en estos pacientes.

A largo plazo

Al respecto, Juan A. Pineda, firmante del trabajo, sostiene que, "aunque se ha informado que la respuesta a las vacunas es similar entre las personas con VIH y las sanas a corto plazo, se requieren datos después de un seguimiento más prolongado".

El especialista añade que, "si la cinética de los anticuerpos plasmáticos después de la vacunación refleja lo que sucede en la infección natural, estos pacientes podrían tener un mayor riesgo de infección a pesar de vacunarse, por lo que se recomiendan dosis de refuerzo y un seguimiento más prolongado".

Sin embargo, se insistió en la necesidad de seguir estudiando a este segmento de la población, que según informó ONU Sida, hasta el 2020 37,7 millonesde personas vivían con el VIH en todo el mundo.

la cocina de don tinto

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Hongos para toda ocasión

Hasta casi los inicios de la década de los noventa, en el comercio nacional solo existían las callampas secas y -en menor medida- los champiñones en conserva. Por lo mismo, para consumir otros hongos comestibles había que esperar su temporada anual, que en la zona central suele darse durante los meses de invierno y primavera, dependiendo de la variedad. Así las cosas, los conocedores de este producto solían salir a los campos a recolectarlos tras las primeras lluvias. Claro está, cuando en la zona central de este país llovía. Es decir, otra época. Pero ojo, no era fácil esto de recolectar hongos porque hay muchos que son venenosos, por lo que la experiencia y conocimientos del recolector eran siempre indispensables.

Afortunadamente ahora la cosa es distinta porque muchos hongos se producen de manera industrial y así es posible encontrarlos en supermercados y otros comercios a lo largo de todo el año, salvo excepciones como los changles que se dan otoño y los digüeñes en primavera. Y justamente eso es lo que hay que tratar de hacer, disfrutar de esta variedad que nos ofrece el mercado y no quedarnos para siempre con el típico champiñón parís, que está bueno y sirve mucho para hacerlo salteado o en un revuelto o tortilla, pero hay mucho más. Están los portobellos, bien grandes, que se pueden rellenar con infinidad de cosas y luego ser llevados al horno. Están los shitake, ideales para salteados, pastas y otras preparaciones en clave asiática. También vale la pena probar los ostra -o gírgola-, muy carnosos y sabrosos, que se pueden comer perfectamente con sal y pimienta y un toque de aceite de oliva a la plancha, como si fuera un bistec. Al final, hay para todos los gustos y recetas. Y para que se hagan una idea, la receta de hoy obviamente es con hongos.

Ingredientes

(Para cuatro personas)

-2 bandejas de champiñones

-300 grs de callampas secas

- 1 bolsa de té negro

- 1 cebolla

- Sal, pimienta, aceite de oliva y ciboulette recién picado (fino)

Hidratar las callampas en una taza de té tibio por media hora. Luego, colarlas y reservar. Picar los champiñones en cuartos y reservar. Pelar la cebolla, cortarla en cuartos y reservar. En una olla calentar un poco de aceite de oliva y sofreír ahí la cebolla con los champiñones y una pizca de sal. Hacerlo lentamente y revolviendo, de manera que todo se dore sin llegar a quemarse. Después, agregar las callampas hidratadas más un toque de pimienta. Revolver y cocinar por unos minutos, hasta que su líquido se haya consumido. Finalmente agregar agua tibia a la olla hasta cubrir los hongos y tapar. Una vez que hierva, retirar la tapa y seguir cocinando hasta que los líquidos hayan reducido más o menos a la mitad. A continuación verter -con cuidado- todo a una licuadora y -también con cuidado- procesar hasta obtener una mezcla cremosa. Corregir de sal si fuese necesario y emplatar. Decorar con un poco de ciboulette y un chorrito de aceite de oliva.


Crema de hongos

por Álvaro Peralta / @dontinto