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"Aurora de Chile": una comunidad de familias

Uno de los barrios más antiguos de Concepción nació y ha crecido junto al río Biobío, lugar en donde sus habitantes han dado ejemplo de perseverancia y esfuerzo para salir adelante junto a los suyos. Un ejemplo del empuje penquista.
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Uno de los barrios antiguos, y creados a pulso por sus habitantes, es población Aurora de Chile, delimitada hoy entre la extensión de O'Higgins hacia la ribera del río Biobío, en el lugar donde estaba el puente Viejo, la línea férrea y el Biobío. Se trata de un sector que durante décadas estuvo a las espaldas de Concepción, aún cuando era una extensión de la creciente ciudad.

Aurora de Chile comienza su formación por la migración de familias que provenían de ciudades del sur, como Valdivia, Corral y Chiloé, por nombrar algunas. El apogeo industrial, principalmente, por el ferrocarril, generó la búsqueda de nuevas oportunidades y una mejor calidad de vida.

Sus primeros "colonos" arribaron, según antiguas escrituras de propiedad, en 1892, cuando comienzan a poblar las dos cuadras próximas a la línea férrea, entre la proyección de calle San Martín y Chacabuco. Desde allí, comienza a expandirse con la llegada de nuevas familias, en particular con la instalación de la Fábrica de Paños Bío Bío (1919), la que entregó trabajo, principalmente a familias que habitaban las surgentes poblaciones en la ribera norte del Biobío. Así se fueron instalando paulatinamente otras fábricas y los molinos, que fueron extendiendo el espacio industrial, generándose las primeras segregaciones, detrás de la línea hacia el río.

Los terrenos eran precarios, inundables, por ello muchos de los vecinos construyeron sus primeras viviendas como palafitos, para resguardarse de las subidas del río.

Con el terremoto de 1939, la ciudad comenzó a desechar sus escombros hacia la orilla del río. Con estos materiales, los pobladores empezaron a rellenar sus terrenos. En esa década el río llegaba hasta la antigua costanera, que abarcaba desde La Mochita al cerro Chepe, y cuando venían las crecidas, éste recobraba su terreno hasta la línea del tren.

El puente

La población fue también partícipe del desarrollo de la ciudad. Con la construcción del puente carretero sobre el río en 1942, muchos vecinos de Aurora de Chile, Pedro del Río Zañartu y Pedro de Valdivia Bajo, trabajaron en su construcción, una obra importante que dio empleo, pero que también cobró la vida de muchos de ellos.

No se contaba con agua potable domiciliaria, solo podían extraerla desde 3 pilones. Esta labor era realizada por mujeres y niños. Los habitantes más antiguos recuerdan que las filas para el agua eran una instancia para conocerse y compartir.

Con respecto a la electricidad, ésta fue gestionada por los mismos habitantes entrada la década de 1950, los vecinos se organizaron para realizar malones y juntar dinero que permitió instalar el servicio, aunque no en todas las viviendas y no en todas las habitaciones de sus casas.

Tampoco contaban con alcantarillado, y durante mucho tiempo tuvieron que vivir con pozos negros. Algunos vecinos recuerdan que, para ir al baño y sin contar con luz, improvisaban faroles confeccionados con tarros y velas.

Ya para 1960, muchas más familias habían llegado a vivir a orillas del río, producto del terremoto, lo que generó, nuevamente, más rellenos en los terrenos del sector para poder autoconstruir sus casas.

Para muchos de sus habitantes, el corazón de Aurora de Chile lo conforma su club deportivo Huracán (1939) y que un año después ya tenía su conocida cancha habilitada para los duelos de fin de semana, los que han convocado por generaciones a las familias de la población.

En 1968 llegan al sector los sacerdotes Dominicos, y crean el colegio Santa Catalina, realizando una labor social importante, dada la precariedad y pobreza que se vivía en ese tiempo. El colegio aún existe y muchos de los actuales pobladores, sus hijos y nietos se han educado en él.

Durante este mismo periodo, los pobladores decidieron trabajar en conjunto y medir sus terrenos, para lo cual contrataron a un abogado para este proceso y urbanizar. Se les ofreció tener casetas sanitarias en los '70 y al mismo tiempo llevar un control de los terrenos. Muchos vecinos pagaron por años contribuciones al municipio y aún guardan sus talonarios.

Problemas legales

Con el retorno de la democracia, comenzaron los problemas, ya que una fracción de sus terrenos pasaron a manos del Serviu y otra parte a Bienes Nacionales. Los vecinos trataron de lograr que se reconociera todo el trabajo que venían realizando para regularizar parte del sector, ya que muchos poseen las escrituras de compra de terrenos por parte de sus padres y abuelos, no obstante, las nuevas autoridades designaron a la población como una toma, desconociendo toda su historia y generando un estigma que los persigue.

Con el nacimiento del proyecto Ribera Norte (2002), surgió la idea de que la población Aurora de Chile desapareciera. Esa fue la primera vez que comenzaron a sacar gente de la población, la que contaba con 1.600 familias.

Las grandes lluvias de 2006, hicieron crecer el río y la población se inundó. Todas las casas que estaban bajo nivel sufrieron la subida del alcantarillado en sus baños, colapsando las viviendas. Por esta, y otras situaciones, hubo algunos vecinos que decidieron aceptar las reubicaciones propuestas, aunque la gran mayoría decide quedarse y buscar una solución con las autoridades que no signifique renunciar a sus terrenos.

Algunas familias se trasladaron a los departamentos del plan Ribera Norte; otras 68, por ejemplo, se movieron al proyecto CNT Angol.

Ya en 2019, se trasladan otras 206 familias a la llamada Nueva Aurora de Chile, en el paño colindante al parque y aledaño a la Aurora histórica.

La junta de vecinos ha sido clave en los procesos de radicación de los pobladores, así como en lograr que se les reconozca como un barrio que forma parte de la ciudad, y conseguir que se respeten los procesos del plan maestro presentado a los vecinos, el que considera que les construyan viviendas dentro de sus mismos terrenos.

Dentro de la historia que la población ha ido reconstituyendo para dar a conocer sus orígenes y compartirlo con la comunidad penquista, destaca la recopilación realizada por los habitantes para construir el proyecto "Retrato de Aurora", que busca difundir el patrimonio de este barrio.

A minutos del centro, Aurora de Chile posee colegios, cesfam, incluso el mall Mirador Biobío. Sus vecinos acceden a una buena conexión hacia la ciudad de la que son parte, lo que sus residentes actuales consideran un privilegio. Habitar un lugar donde han echado raíces, donde sus abuelos hicieron de los terrenos un lugar habitable, ganándole espacio al río y donde buscan seguir formando comunidad.