Lomas de San Sebastián de cara a un gran futuro
Este barrio penquista es uno de los que ha experimentado uno de los crecimientos más acelerados en los últimos 20 años. Cerca de 35 mil personas residen hoy en este sector de la ciudad que tiene numerosos proyectos de desarrollo.
Los mismos vecinos que residen en el sector de Lomas de San Sebastián de Concepción, se sorprenden de la rapidez en que el terreno compuesto por dos fundos, Las Monjas y Tierra Colorada, se pobló en un lapso de alrededor de 20 años. Las antiguas vegas que dominaban el lugar dieron paso a condominios que albergan a aproximadamente 35 mil personas.
Si bien el área satisface la necesidad de vivienda de un porcentaje importante de vecinos penquistas, su origen radica en la llegada del establecimiento educacional Kingston College, el cual funcionó hasta inicios del 2000 en la esquina de las calles Orompello con San Martín. En 1998 se adquirieron los terrenos para su construcción, como una especie de continuidad de lo que era Lomas de San Andrés y dos años después empezó a funcionar.
La presencia del colegio dio un impulso especial a la construcción de los primeros condominios en esa zona por parte de la empresa Valmar, los denominados "Fray", Fray Luis, Fray Camilo, por nombrar algunos.
Posteriormente, las siguientes casas fueron responsabilidad del Consorcio Inmobiliario San Sebastián (CISS), a través de lo cual Lomas de San Sebastián se conformó como barrio, siendo Don Emilio el primer condominio construido. Las personas compraron "en verde" y llegaban a pie hasta el área donde se levantaron las casas sólo para conocer el entorno en el cual vivirían. Los primeros inmuebles empezaron a ser ocupados por sus dueños en 2002.
El acceso era todo un tema, porque en un principio no existía un camino, había que ocupar uno de tierra cercano al aeropuerto Carriel Sur para llegar, luego se logró unir a las Lomas de San Sebastián con Lomas de San Andrés con una arteria pavimentada.
Avances
Junto con la llegada de los primeros vecinos a Lomas de San Sebastián, se creó su junta de vecinos, en un principio, como contraparte de la inmobiliaria, para hacer cumplir el desarrollo urbano posterior planteado por la empresa. Esto se plasmaba, por ejemplo, en el anuncio de la llegada de un colegio, de la habilitación de una laguna o de una plaza, entre otros adelantos que eran presentados en planos.
Las calles que ordenaron el sector fueron bautizadas con números, pero gracias a la acción de las autoridades penquistas de la época, y la gestión de la junta de vecinos, las vías obtuvieron sus nombres actuales, inspirados en santos, como Santa María, Santa Teresa de los Andes y San Vicente de Paul.
Con el paso de los años, la labor de los vecinos organizados fue dando frutos, desde la habilitación de lomos de toro, pasando por la instalación de cámaras de vigilancia para la seguridad, hasta la construcción de una primera capilla, la que lleva el nombre del barrio.
Cabe mencionar que el estilo de los condominios es diferente entre ellos, pero conservan algunas características similares, ya que la idea siempre fue emular áreas habitacionales europeas. Incluso los vecinos comentan que hubo aportes de países del viejo continente, por eso hay una plaza Bélgica, por ejemplo.
Los vecinos que se fueron sumando a Lomas de San Sebastián eran personas de clase media y media baja. La mayoría solicitó créditos hipotecarios en bancos para solventar las 1.500 unidades de fomento que costaban las casas. Mucha gente adulta mayor, profesores e ingenieros arribaron al lugar. Pocos recurrieron a subsidios para adquirir su propiedad.
Dificultades
Esta circunstancia causó roces con las autoridades de ese momento, ya que al solicitar colaboración se argumentaba que el barrio estaba compuesto por personas con recursos, sin embargo, se trataba de gente trabajadora, que se esforzó para tener una casa propia. De hecho, la mayoría de los residentes se atiende en la salud municipal, en el Cesfam Santa Sabina, comentan.
La evolución de Lomas de San Sebastián requirió de más esfuerzos. Por tratarse de un sector nuevo, la locomoción pública era inexistente. Las gestiones para tal efecto se alargaron por años, pero en la actualidad los residentes cuentan con recorridos de tres líneas de colectivos y de tres de taxibuses.
El deporte también fue una prioridad para los representantes de los vecinos, de esa manera se logró construir en el borde del río Andalién un pequeño complejo deportivo con dos multicanchas y una cancha de pasto sintético. Además se cuenta con una sede vecinal y una vía por la que se puede caminar en el área circundante, en donde también se construirá una plaza entretenida. Gracias a todas estas obras se transformó un basural en un lugar de provecho para sus habitantes.
Lomas de San Sebastián cuenta con tres colegios en la actualidad y servicios varios, como supermercados, bancos, clínicas, farmacias, además de tener cerca al aeropuerto Carriel Sur y los principales centros comerciales locales, todo lo cual beneficia a la plusvalía del sector.
Los vecinos afirman que son felices en su barrio, cuentan con casas de dos o tres pisos, con espacios amplios y una construcción sólida, como pudieron comprobar en el terremoto de febrero de 2010, cuando el sismo no causó daños a los inmuebles.
En cuando a la vida comunitaria, ésta se manifiesta principalmente cuando celebran el 18 de Septiembre o la Navidad. Actividades como obras de teatro se han llevado al sector, con la entusiasta participación de las familias.
Finalmente, los vecinos anhelan que las autoridades se comprometan con la recuperación del borde del río Andalién. De la misma forma, sueñan con la posibilidad que el tren urbano llegue a su sector, aprovechando la línea férrea ya existente en el lugar. De esta manera, Lomas de San Sebastián se integrará de mejor forma con el resto de la ciudad.