Relación con su exnovia marca el interrogatorio a chileno en juicio
El acusado de homicidio aseguró que quiebre con su expareja fue "gradual" y que tuvieron un "bonito" reencuentro. Testigos dicen que ella le temía.
Diego Gotelli C.
"Insisto, no miento", dijo ayer el chileno Nicolás Zepeda al reiterar su inocencia de los cargos de homicidio formulados en su contra en un juicio en Francia, en que se le inculpa de asesinar y ocultar el cuerpo de su exnovia japonesa Narumi Kurosaki, desaparecida desde el 2016 tras un encuentro con él en la ciudad francesa de Besançon.
El principal sospechoso fue interrogado este jueves por los acusadores, audiencia que se centró en la relación que mantenía con la víctima tras el quiebre de su amorío.
Según aseguró, la separación entre ambos fue "gradual", y en el viaje que él hizo para ver a la chica en Francia, donde ella se mudó a estudiar lenguas, se habría producido un "bonito reencuentro" porque ambos eran "dos personas que se querían hablar".
Su versión constrasta con lo declarado antes por testigos que conocían a la víctima.
"(Ella) tenía problemas" con su exnovio, afirmó Miharu Kimura, compañera de Kurosaki durante sus estudios en Francia, quien dijo que él habría tenido "un apego muy persistente", y que a la joven le habría molestado enterarse que viajaría a verla.
Kaori Nishida, quien también estudió con la joven en aquella época, declaró que Kurosaki "tenía miedo de él" desde que se separaron, y afirmó que el acusado había "pirateado" la cuenta de Facebook de la joven japonesa.
En la víspera la policía local reveló pruebas de que dicha cuenta de Narumi tuvo actividad seis días después de su desaparición desde una dirección IP ocupada por Zepeda, y que el correo Gmail de la joven estaba sincronizado con Santiago.
Otros testigos apuntaron a que tras el encuentro con Zepeda los mensajes que enviaba Narumi habrían dejado de usar emoticones habituales en ella, e incluso a la pareja de la japonesa en entonces le había llegado un chat diciéndole que estaba con otro chico.
En el interrogatorio el chileno negó haber accedido a las redes de su exnovia. Aseguró además que en su reencuentro con Narumi pasaron 30 horas juntos sin salir de la habitación de la residencia estudiantil donde vivía, lugar en que dijo mantuvieron dos veces relaciones sexuales, actos tras los cuales afirma se ducharon. Según la Fiscalía, en la habitación no había ninguna toalla de Narumi.
La parte querellante consultó a Zepeda por qué después de ese encuentro no volvió a contactarla, teorizando que quizás era porque "no se puede llamar a un muerto". Él replicó que esperaba que ella lo hiciera, y derramó unas lágrimas en el tribunal.