La pandemia y el regreso a clases de los estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha sido un periodo muy complejo. Por lo mismo, es necesario visibilizar estos casos para concientizar sobre esta condición y lo complejo que es para estos jóvenes y sus padres en el día a día. Más aún cuando el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo está cerca: es el 2 de abril.
Laura Vásquez, madre de Claudio (14), diagnosticado con TEA y discapacidad intelectual, detalló que durante la pandemia, "se le detectó otro diagnóstico, que fue trastorno adaptativo, lo que significa que le cuesta adaptarse a situaciones".
Asimismo, la pandemia hizo que los avances que había obtenido se disminuyeran radicalmente. "Ha habido un retroceso grande, la rutina era monótona, no quería salir ni de la casa", sostiene.
"Fue muy triste ver que retrocediera tanto, una pone un esfuerzo tremendo para que pueda avanzar, y después de ver esto se te viene el mundo abajo, pero ahora estamos más tranquilas", agregó.
La tranquilidad de Laura es debido a que "le sirvió mucho volver a clases por el tema de la socialización. Aunque no aguanta toda la jornada, está a ratos, pero lo intenta".
Asistencia
Una situación similar es la que vive Yasmín Anfossi, mamá de Luciano, niño de 13 años que, al igual que Claudio, cursa octavo básico.
Con respecto a su adaptación en el regreso a las aulas, Yasmín señaló que "le ha costado un poco acostumbrarse, pero él no tiene reacciones incómodas. Cuando se aburre toma su mochila y me sale a buscar".
Sobre su horario de clases, detalló que "entra a las 8.30 horas y sale a las 12.25, él sabe que como a esa hora la mamá va a estar ahí".
Con relación al apoyo que tiene en el establecimiento, comentó que "necesita de una asistente de aula para realizar sus actividades. Yo lo ayudé y acompañé desde prekinder a sexto básico, sin embargo, ahora, desde este viernes, comenzará a trabajar con una asistente".
"Está la presión y la preocupación, ya que no voy a seguir siendo su asistente, pero ojalá le toque una buena, que lo aprenda a conocer primero, ya que todos son diferentes", explicó.
Al hablar sobre la pandemia, Yasmín comentó que "de principio fue complicado, porque sentarse frente a un computador no era agradable, de principio fue difícil acostumbrarse. Sin embargo, trabajamos con materiales que le entregaban y después enviábamos la evidencia".
Mamá y docente
Por último, pero no menos importante, está el caso de Carolina Salazar, docente y mamá de dos muchachos con TEA, Amaro (18) y Camilo (11).
En su visión como profesora, Carolina señaló que la vuelta a clases "ha sido en varios ámbitos más negativa. Esto por el hecho de que tiene que volver a rutinas que quedaron obsoletas, volver a tomar atención, medicamentos para la concentración y conocer profesores nuevos".
Sobre su rol como docente, Salazar afirmó que "como profesora, puede que una estratégia resulte con un niño, pero con otro no, entonces, hay que dedicar mucho tiempo y cariño".
Sobre su experiencia como madre de dos jóvenes con TEA, Carolina describe que "el más grande, no es muy afable a la interacción social, pero con ganas de ir al liceo. El más chico, le cuesta más la sociabilización. Hay días que dice que no jugó con nadie, porque perdió la confianza".
Agregó que "el problema con él es que le gustaba mandar y se enojaba, pero ahora ya lo está controlando, pero no encuentra las herramientas para entablar un diálogo con los compañeros, y eso me preocupa"
Salazar comentó que "como mamá, una siempre está con el temor de que le vayan a hacer algo o que lo esté pasando mal".
No obstante, el mayor "está más ansioso de ir a clases y enfrentarse con todo esto, un mundo nuevo. Ha sido acogido por sus compañeros y profesores".
"La adaptación depende del niño o del joven, los más grandes tienen esto adquirido, pero con los niños cuesta más", finalizó.