El Chelsea, sin fichar, vender ni renovar
La sanción impuesta por el Gobierno británico no permitirá al Chelsea llenar su estadio, ni vender o comprar jugadores, ni renovar a futbolistas como Antonio Rüdiger, ni completar la venta del club a uno de los diez magnates que lo acechaban.
Las prisas que el ruso Roman Abramovich tenía para deshacerse del club no eran una exageración. El Reino Unido ha congelado sus activos y le impide realizar negocios con ciudadanos del país. ¿Qué implica esto? Que el Chelsea no podrá recoger beneficios de ninguna transacción.
La operación más importante que queda en el limbo es la venta del club y por la que pasa el futuro más inmediato del equipo. Abramovich había puesto como fecha límite el 15 de marzo por el temor a las sanciones, pero no le ha dado tiempo a encontrar un comprador adecuado.
Otro de los golpes a las finanzas del Chelsea llega en el estadio: no podrán vender entradas para partidos a partir de ayer. Esto tiene un impacto directo en el presupuesto de los 'Blues' porque, si ya de por sí Stamford Bridge es uno de los estadios de los grandes que menos recauda, por tener un aforo de solo 44.000 localidades, ahora solo los socios podrán acudir a los encuentros.
El equipo recibió una "licencia especial" para seguir operando en el día a día y ayer venció 3-1 al Norwich City por la Premier League.