La "Lagos de Chile" le ganó a las dificultades
Los vecinos del sector trabajaron intensamente para lograr construir sus viviendas y luchar en contra del constante barro. Una constante en los años cincuenta y sesenta. Hoy están gestionando una serie de adelantos para el sector.
La vida no ha sido fácil para los vecinos de la población Lagos de Chile. Sus primeros moradores tuvieron que construir un barrio de la nada, además de enfrentar las consecuencias de las lluvias e inundaciones. Pese a todo, muchos prefirieron mantenerse viviendo en este barrio del sector Collao, sacrificios que, a la larga, brindaron frutos.
La historia parte con la conformación de una asociación que dio vida a una cooperativa, con la finalidad de adquirir terrenos donde vivir. "Cooperativa Cerro Chepe" se llamó.
El proyecto partió con 400 casas, en un área plana en la que no había pavimento ni servicios de ningún tipo, además de estar dominado por el barro. Los primeros vecinos llegaron entre 1958 y 1959. Los mismos pobladores trabajaron para sacar tierra del cerro cercano.
La población es delimitada por las calles Lago Ranco, callejón Puchacay y Collao. Su principal calle es Lago Villarrica. El nombre de la población surgió a raíz de que todas las arterias principales del lugar llevan nombres de lagos, algo definido por la cooperativa.
El terremoto de 1960 interrumpió las aspiraciones de los recién llegados. Las prioridades del Estado en ese momento se enfocaron en la catástrofe, por lo que los vecinos decidieron comenzar el camino de la auto construcción, cada uno de acuerdo a sus medios. El alcantarillado llegó muchos años después, por lo que los inmuebles partieron con pozos negros.
Las familias que llegaron en un principio ejercían oficios variados. Muchos vecinos eran carpinteros, suplementeros, y también laboraban en salud, en consultorios y hospitales. Se suman comerciantes y trabajadores de la construcción. En la cercanía operaban fábricas de ladrillos, las que brindaban empleo a varios. Como dato curioso, se puede mencionar que en las áreas circundantes se sacaban camarones, en un sector de vegas, hoy ocupado por Villa Huáscar.
La organización de los vecinos dentro de la cooperativa duró muchos años y pasó a ser mutual antes de transformarse en junta de vecinos, recién en 2000.
ESCUELA
No transcurrieron muchos años antes que comenzara a funcionar un recinto de educación básica en la población. En 1963 se logró concretar este anhelo. La Escuela Lagos de Chile F-541 comenzó a funcionar de manera oficial en 1965. Luego de 30 años, el terreno fue entregado sin costo a la municipalidad.
Los vecinos afirman que durante muchos años el Regimiento Guías apadrinó al establecimiento y los niños de los militares llegaban a la escuela. En la década de los '80 registró una matrícula de 620 estudiantes, no obstante, una vez que la unidad militar se trasladó a Los Ángeles, la cantidad de niños bajó.
El problema del barro en las décadas del '50 y '60 era parte del diario vivir de los pobladores. Los jóvenes que estudiaban o salían a trabajar, debían hacerlo con dos pares de zapatos, siempre corriendo el riesgo de perder un calzado en medio del barro, el que podía llegar hasta las rodillas.
Los más antiguos del lugar recuerdan que se organizaban eventos en los que participaban quienes residían en el cerro, en el plano y en el centro. Se desarrollaban competencias y fiestas, sobre todo para el aniversario de la población, durante la primavera. Se trataba de una vida humilde y sacrificada, pero más entretenida y con más vida, aseguran.
La junta de vecinos se esfuerza para mantener a flote la historia de la población, en honor a los padres y abuelos que se sacrificaron por tener un lugar para vivir, para lo cual fomenta experiencias como la obra teatral "los pata e´ barro", conformada por personas de la población. Se trata de actividades que los vecinos buscan potenciar e incentivar, por un tema de esparcimiento e identidad.
LA VIDA ACTUAL
Hoy la población posee buenos servicios y buena conectividad, se encuentra cerca de supermercados, universidades, terminal de buses, y se trabaja mano a mano con otros sectores, carabineros y municipio en temas de seguridad pública y aseo y ornato, para cuidar todo lo que se ha logrado.
Hay una capilla católica en la población, "María Auxiliadora", que está desde comienzos de la década de los '80, en un terreno que donó un matrimonio del sector. También funcionan dos iglesias evangélicas.
Uno de los aspectos que más destacan los vecinos es su cercanía con áreas verdes y la naturaleza proporcionada por el cerro. Aún hay vecinos que mantienen la vida de comunidad, lo que se acrecentó producto del terremoto de 2010, de la pandemia, y situaciones como las inundaciones del 2006, a causa de la cual muchos albergaron a damnificados o personas que quedaron aisladas. Por causa del sismo de hace 12 años, mucha gente llegó de otros sectores para buscar un lugar en altura, como el que posee la población. Esos momentos volvieron a conectar al barrio de manera estrecha, con un sentimiento de unión más fresco.
Los vecinos aspiran hoy a lograr acondicionar su sede para las actividades comunitarias, ya que es una construcción antigua. También conformar un club de adulto mayor, para los "originales" del barrio. Y seguir con talleres que ya funcionan, como los de ejercicios, así como los operativos de salud que asisten a la comunidad.