Manuel Muñoz González
Nostalgia por el pasado y preocupación por el presente. Esos son parte de los sentimientos que dicen sentir quienes llevan toda una vida habitando en el sector céntrico de Concepción, a raíz de los últimos hechos de violencia ocurridos en el corazón de la ciudad penquista.
En voz de antiguos vecinos consultados por La Estrella, se repiten conceptos como inseguridad y desorden, algo que tres o cuatro décadas atrás no sentían a la hora de caminar por la céntrica Barros Arana, o al sentarse en las bancas de la Plaza Independencia.
"Es triste lo que está pasando, pero es algo que se repite en casi todas las capitales o ciudades principales del país. Hace treinta o cuarenta años, daba gusto venir al centro, caminar por Barros Arana, y eso que pasaba la locomoción por ahí, o por Aníbal Pinto, era realmente un paseo por la ciudad, ahora eso no se puede con todo el gentío, o el comercio ambulante que se tomó las calles", apuntó Gaspar Faúndez, residente de calle Angol, de 72 años de edad, quien dice ir poco y nada a lo más central.
"A mi señora le da miedo ir, no se siente segura, y por lo mismo hemos dejado de ir a la Plaza o al Parque Ecuador, donde solíamos ir años atrás. Era más tranquilo antes, no se veían los montones de gente, no te pedían dinero en la plaza ni sentías temor de caminar por el centro", lamentó.
Feria callejera
Sentimiento similar expresó Benjamín Muñoz Osses, de 71 años, quien llegó desde Traiguén a estudiar a Concepción en 1969 y se enamoró de la ciudad, convirtiéndose en un penquista por adopción.
"Concepción me atrapó y nunca más volví a mi pueblo. Concepción atraía mucho, todo se podía hacer en el centro. Antes era más 'pueblerino', no en el sentido de retraso, sino de tranquilidad", expresa el vecino, residente del sector norte de avenida Los Carrera, y ex vecino de calle Maipú, entre Rengo y Caupolicán.
"Antes era una ciudad muy segura, lo más malo que se podía ver, a lo mucho, era un lanzazo. Las Tulipas tan lindas que se pusieron, nunca se han podido lucir, porque son cobijo para el comercio ambulante. Hoy Barros Arana entre Castellón y Colo Colo es una feria comercial, el otro lado de la feria está por Barros entre Colo Colo y Aníbal Pinto, y la otra feria entre Barros Arana y Freire por Aníbal Pinto. Antes se podía caminar libremente, había que mandar a buscar un carabinero para encontrarse con alguien en las calles, era muy tranquilo y seguro", reitera.
"Mi señora estaba justo en ese lugar donde ocurrió la muerte de un adolescente hace unos días. Le tocó vivir esa experiencia muy desagradable, cosas como esas no ocurrían décadas atrás. Incluso el comercio antes, en fechas previas al 18 de Septiembre, Navidad y Año Nuevo, cerraba a las 11 de la noche, las tiendas abiertas y todos trabajaban tranquilos, seguros. Nunca pensé en ver las tiendas todas enrrejadas, llenas de fierros como ocurre ahora, lo que viene desde el estallido social ya hace algunos años", añadió Osses, quien se desempeña como secretario del Concejo Local de Desarrollo de Salud del Cesfam O'Higgins, consultivo del Servicio de Salud y del Concejo Consultivo del Hospital Traumatológico de Concepción, y quien espera que los penquistas "recobren su identidad", en beneficio de la ciudad, tal como ocurría cuando el "se enamoró" de esta ciudad del Biobío.
"Antes se podía caminar por calle Barros Arana. Hoy está convertida en una feria comercial".
Benjamín Muñoz Osses.