La noche de Año Nuevo dejó varias mascotas perdidas
Decenas de perros y gatos arrancaron de sus casas por el ruido de fuegos artificiales ilegales en los barrios.
Bastó un pequeño descuido al abrir la puerta por la llegada de un familiar, para que el poodle de Andrea Riquelme se escabullera y saliera corriendo hacia la calle. Eso le pasó la noche del 31 de diciembre a esta joven de Hualpén, quien hasta el domingo en la tarde anduvo en busca de su regalona. "Fue minutos después de las doce cuando se escapó. Ya antes estaba inquieta, y con el ruido de algunos fuegos artificiales, que si bien no fueron muchos, igual se asustó", contó Andrea
Y la joven tuvo suerte, pues su cachorro de dos años apareció a algunas cuadras de la casa donde la encontraron unos vecinos, quienes la publicaron en redes sociales y pudieron dar con la dueña.
En el caso de Margarita Astorga, del sector Villa Perales de Talcahuano, su perrita no se escapó, pero comenzó a morderse las patitas y no había forma de que parara. "Se autolesionó, nos costó harto calmarla", relató su hijo, lamentando ver pasar ese mal rato a la mascota de su mamá, también al momento de la llegada del Año Nuevo.
Dos casos que grafican lo mal que lo pasaron las mascotas la noche del 31 de diciembre, y que hasta ahora tiene a decenas de familias buscando a sus perros o gatos que huyeron ante ruidos de la pirotecnia en distintos barrios del Gran Concepción.
Si es cosa de revisar las distintas páginas de Facebook u otras redes sociales para ver la inmensa cantidad de perritos o gatitos perdidos esa noche, lo que deja en evidencia el daño que provoca en las mascotas los fuertes estruendos de petardos, bengalas o cualquier fuego artificial lanzados en las poblaciones, a pesar de estar prohibidos.
Medidas previas
La prohibición de venta y compra de estos artículos no ha sido impedimento para que afloren en fiestas de fin de año en los barrios penquistas y de todo el país, y lo más probable es que siga ocurriendo.
"Esto es algo recurrente, ocurre todos los años y va a seguir ocurriendo. Es una situación que casi no es controlable, porque la gente de alguna forma se las arregla para tener estos fuegos artificiales", expresa Juan Pablo Moya, integrante de la agrupación animalista "Hermano Animal".
A su juicio, más que apuntar a quienes realizan este tipo de lanzamiento de pirotecnia, afirma que debe haber una mayor preocupación por los dueños de las mascotas para evitar que huyan ante los ruidos. "Firmemente creo que siendo una situación que no es controlable, parte la adopción de medidas preventivas que uno debe tomar con las mascotas, preparase para esas circunstancias, ya sea resguardarlos bien en casa, crear un ambiente agradable para ellos, tal vez poner algo de música, entrarlos, no dejarlos afuera por ese rato. Hacer una excepción, de manera de evitar que sientan ese ruido, pues ellos no saben a qué asociarlo y obviamente se asustan al tener sus sentidos más agudos", explica.
"Redes sociales está lleno de mascotas perdidas, yo digo que el 1 de enero es el día de la mascota perdida", lamenta Juan Pablo Moya, quien cuidó como hueso santo a sus cuatro perros para que no lo pasaran mal.
"Minutos después de las doce, con los ruidos se nos escapó. Por suerte la encontraron unos vecinos".
Andrea Riquelme.
"Más que apuntar a quienes lanzan fuegos artificiales, hay que adoptar medidas previas con las mascotas"
Juan Pablo Moya, animalista.