Más de 100 distintos artículos se pueden comprar en la calle
Socióloga UdeC aseguró que el fenómeno es poco controlable ante las necesidades de trabajo y de consumo.
En la previa de la Navidad, el comercio ambulante se ha tomado las calles de Concepción. Si bien las quejas en su contra por parte de autoridades, y comerciantes establecidos se han multiplicado en los últimos días, lo cierto es que cientos de penquistas adquieren regalos para sus seres queridos en las calles de los paseos peatonales Aníbal Pinto y Barros Arana.
Las explicaciones son variadas, aunque según la académica de Sociología de la Universidad de Concepción, Beatriz Cid, es algo inevitable, ya que "la economía popular crece en momentos de crisis y crece la oferta, pero también la demanda, donde encuentras cosas mucho más baratas, todo es más barato en la calle".
La docente ahondó en que el comercio ilegal es algo muy común y la gente se va a ir donde evidentemente le van a comprar y eso es en el centro o de coleros en las ferias. "Puedes poner más control urbano, o distintas acciones y será bien fútil, porque la gente tiene que ganarse la vida y la gente tiene que comprar lo que necesita para su casa", sentenció la académica.
Compras en la calle
"He visto toallas, trajes de baño, sandalias y hasta piscinas para niños en la calle", cuenta Claudia Mardones, trabajadora de una céntrica galería.
Asegura que en los paseos peatonales la variedad de productos "es infinita y al final uno sabiendo que no está permitido, termina comprando igual, porque no son de tan mala calidad, son cosas que uno puede comprar a través de Internet en China, y la diferencia de valor es poca y nos ahorramos el tiempo de espera".
En el centro, son más de 100 distintos tipos de artículos los que se pueden encontrar, los que pueden ser divididos en categorías tales como vestimenta, calzado, perfumes, accesorios para celulares, lentes de sol, juguetes, billeteras, joyas y por cierto, accesorios navideños.
Maribel Bustamante, trabajadora del retail cuenta que en medio de la locura navideña compró regalos para todos sus familiares "y mucho más barato que en la tiendas. Ni con el descuento de funcionaria me acerqué a esos valores".
Dijo que lo que ha logrado ver es mucha ropa, "como de temporada, o sea poleras, sandalias, pareos, shorts y bikinis, incluso hamacas".
La guardia de seguridad, Patricia Colla, cuenta que en sus años de experiencia el comercio callejero ha ido aumentando, no sólo en cuanto a la cantidad de personas que se ubican en el centro a ofrecer productos, sino que también en la sofisticación de los objetos.
"Antes uno se daba cuenta que ciertos productos eran imitaciones, pero ahora hay que ser bien experto para darse cuenta inmediatamente que son imitaciones", señaló.
En ese sentido confesó que en más de una oportunidad ha comprado cargadores de celulares en la calle, "porque es típico que se nos rompe el cable y entre el apuro, uno compra en la calle porque son mucho más baratos que en la tienda oficial y sirven para lo mismo".
En estos días, Colla cuenta que se ha visto sorprendida por la gran cantidad de comerciantes ilegales, asegurando que "ya nos parecemos a Santiago", y dice que entiende la necesidad de trabajar de unos y de cuidar la economía familiar, pero "que se debe hacer algo para regularlo, porque es mucho, ni caminar se puede, además que siempre hay delincuencia entre medio de esto", cerró.
"La gente tiene que ganarse la vida y la gente también tiene que comprar lo que necesita para su casa".
Beatriz Cid, socióloga UdeC.