Mascotas como regalo de Navidad
En Navidad siempre queremos sorprender a nuestros seres queridos con regalos inesperados, que los hagan felices, y muchas veces la opción es obsequiar una mascota.
Sin embargo, antes de tomar esta gran decisión y más allá de la alegría que puede significar para niños y adultos, es esencial evaluarla y dimensionar el valor y la responsabilidad permanente que con ello estamos asumiendo como familia.
Una mascota es un ser vivo, sintiente, por lo que tenerla debe ser siempre una elección consensuada y consciente. Con ella contraemos un compromiso ineludible, pues necesitará cuidados sanitarios de por vida, como vacunas, antiparasitarios, visitas al veterinario, alimentación y mucho cariño, entre muchos otros requerimientos y deberes que nos exige la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía.
Por lo tanto, la elección de una mascota debe nacer dentro del seno familiar, una opción tomada entre todos y donde en conjunto participen en elegirla y traerla a casa en Navidad, como una fecha significativa en la que se comprometen a entregarle siempre los cuidados que requerirá el nuevo integrante del hogar. Ya pasó el tiempo donde las mascotas estaban confinadas a estar lejos de sus tutores, a ser tratados como un objeto, ahora es común convivir con ellos, aceptarlos y amarlos siendo conscientes de que son parte del núcleo familiar.
Una mascota siempre es un regalo maravilloso, pero desde la perspectiva de hacernos cargo de otro ser vivo, de ser responsables de su cuidado en todos los aspectos, de brindarles un hogar, amor y bienestar durante toda su vida.
Columna
Francisco Arias, Director de Carrera de Medicina Veterinaria, Universidad de Las Américas