Que los estudios no se transformen en sufrimiento
Como cada fin de año miles de jóvenes viven un gran momento de presión y stress por los procesos de selección universitaria, sumado al agotamiento por un año complejo debido a las clases híbridas, cambios en su vida cotidiana y procesos de aprendizajes, la exigencia de las notas para lograr tener una mejor posición en la carrera a la que se postula, además de decidir qué es lo que quieren hacer "por el resto de la vida".
Datos para Chile y América Latina indican que en promedio el 50% de los jóvenes abandona sus estudios por problemas académicos, económicos y de adaptación a la vida universitaria, entre otros. Entonces, ¿para qué sumarles más presión a los jóvenes? ¿cómo prepararnos para dar la PTU?.
Lo primero es la autoconfianza. Si logran prepararse con tiempo y ser rigurosos con un plan de trabajo permanente, hay que confiar en ese proceso. Se debe propiciar el que tengan un autodiálogo positivo que les permita ser cariñosos consigo mismo, más aún cuando sabemos que el 90% de las conversaciones son internas y solo el 10 % restante se verbaliza con otros. Asimismo, es necesario no sufrir por la presión social del qué dirán.
Asimismo, es necesaria una preparación previa en no sólo en términos mentales, sino que también físicos, pero por sobre todo en lo emocional, es decir, dedicar un par de minutos al día para hacer algún deporte, salir a caminar o realizar ejercicios de respiración. El mundo emocional puede ser un gran factor de éxito o fracaso, por lo que es necesario fomentar en los jóvenes el equilibrio, la calma, la tranquilidad y el sosiego al momento de la prueba.
Finalmente, es vital apoyarlos en el reconocimiento de su mundo emocional de manera tal que puedan ponerles nombre a sus emociones, validarlas y legitimarlas, más aún al momento de rendir la prueba, instancia que de por sí es sumamente tensa y frente a la cual es muy posible que los jóvenes le envíen una señal de amenaza a su cuerpo debido a su estado de alerta. Si esa emoción del miedo está muy presente, la mente les jugará en contra.
El que a nuestros hijos les vaya bien o mal en la PTU no es garantía de nada. La vida es un tránsito largo que necesita muchas más herramientas y aprendizajes que memorizar fechas o resolver problemas matemáticos, lo cual no quiere decir que las ciencias y las matemáticas, no sean importantes, al contrario, lo son, pero en su justa medida. Lo primordial es su felicidad, bienestar y formación como una persona íntegra, y para eso la educación emocional es fundamental.
Columna
Arnaldo Canales, Director ejecutivo, Fundación Liderazgo Chile