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La escritora italiana que salvó su niñez con palabras

Andrea Marcolongo perdió a su madre cuando era niña y creció en el silencio de la lectura. Hoy es una súper ventas que acaba de pubicar "Etimologías para sobrevivir al caos" (Taurus).
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Por Cristóbal Gaete

Noventa y nueve. Ése es el número de palabras que eligió Andrea Marcolongo en el libro que acaba de publicar, "Etimologías para sobrevivir al caos" (Taurus). De cada una de estas palabras explica el significado original y cómo han ido cambiando en la historia de la humanidad hasta llegar al uso que hoy entendemos de ellas. Son palabras importantes, significativas, como "caos", "traición" o "vida". Otras agarran importancia en nuestra época, como "migrante" o "nerviosismo".

Andrea Marcolongo nació en 1987. Es italiana, creció en medio de las huellas del mundo clásico romano y eligió otra gran civilización para escribir "La lengua de los dioses", su primer libro que se convirtió en "best seller". Allí presentó las razones que tuvo para amar el griego y el mundo clásico.Posteriormente escribió "La medida de los héroes", para retomar el significado y alcance de los mitos griegos.

En "los clásicos", Marcolongo consigue consuelo. La escritora ha sido comparada con Montaigne, el escritor francés creador de lo que hoy entendemos como ensayo. Y parece adecuada esa comparación, en tanto cada palabra de las elegidas en "Etimologías para sobrevivir al caos" plantea una profunda reflexión en la que Marcolongo va tejiendo el origen de la palabra y su viaje por los siglos, pero también anécdotas históricas o personales.

Así, por ejemplo, cuando aborda la palabra "melancolía" evoca a su abuela francesa definiéndola en "pensamientos negros". Y pese a que, según la escritora, su abuela no había revisado libros para llegar a esa idea, justamente se acerca a la etimología de la palabra, a la que Marcolongo suma "bilis" en su origen griego.

Otras palabras que habitualmente creemos juntas, como "amar" y "enamoramiento", se alejan al reflexionarse desde su origen. Amar es la elección diaria, el enamoramiento es el instante. En el caso de Andrea, hay amor por las palabras. Le preguntamos por el origen del mismo: "Suelo decir que soy demasiado sensible a las palabras. Crecí como una chica italiana estudiante de francés, que estudiaba griego y latín antiguos, descubriendo conexiones cotidianas y nuevos significados en todas las palabras que aprendía. Hoy podría decir que mi amor por las palabras proviene de la constante sensación de magia que siento hacia el lenguaje humano: siempre me sorprende este recurso que todos tenemos sin distinción, este instinto natural de compartir y comunicar lo que sentimos utilizando las palabras".

Andrea hizo una pausa en sus viajes por el mundo, propios de una escritora de su nivel ahora que han vuelto los eventos con público, para responder a este medio las siguientes preguntas enviadas por correo electrónico.

-Hablas de tu abuela en un momento del libro, la que da una definición de melancolía. ¿Cuál era la relación de tu familia con las palabras?

-Si pienso en el léxico de mi familia, citando a Natalia Ginzbourg, todo lo que siento ahora es silencio. Perdí a mi madre -y con ella mi parte francesa- cuando era niña y tardé años y años en recuperar la lengua que ella pensaba y que para mí desapareció con ella. Por otro lado, pasé mi infancia leyendo libros, de nuevo una forma silenciosa de aprender palabras que venían de lejos. Ahora, de adulta, vivo en Francia hablando en francés, escribo sólo en italiano y vivo con un español, así que mi lengua privada es una especie de viaje.

- ¿Cuál de las palabras que incluiste es tu favorita? ¿Por qué?

- No tengo una palabra favorita, pero siento que algunas palabras son más sensibles para mí según las circunstancias. Hoy diría que la palabra "poesía": después de casi dos años de pandemia, tengo la impresión de que todos estamos más asustados, aislados, nerviosos que nunca; nos acostumbramos a esperar cosas malas y a que los malos datos las justifiquen. La etimología de la poesía, que viene del verbo griego "hacer", me recuerda cada día que la belleza, el encanto, la poesía, son acciones precisas a las que hay que dedicarse cada día.

-Tras la investigación que realizaste para este libro, ¿por qué transformamos tanto las palabras en su uso, alejándolas a veces de su origen?

-Toda lengua cambia a medida que cambia la forma de pensar de las personas que la hablan. Los cambios en las palabras no son malos a priori. Sin embargo, no es tan fácil: cambiar el diccionario no es suficiente para cambiar la mentalidad, por eso a veces me decepciona ver que las cosas en el papel no se corresponden con la realidad. Como toda lengua puede enseñarnos, la única manera de que una palabra evolucione es que las personas evolucionen.

-Le das espacio a las transformaciones de las palabras. ¿Podrías elegir una para contarnos "el viaje" de las palabras?

-Me encanta esta expresión, el viaje de las palabras, porque en realidad es un largo viaje de civilizaciones, países, pueblos. Tomemos la palabra "fantasía", por ejemplo, que viene del griego fanthazomai, "crear con la mente", que proviene de una raíz tan antigua del indoeuropeo, la primera lengua hablada desde Asia a la India hasta Europa. Partiendo del mismo verbo tenemos hoy, pensado en el latín y en todas las lenguas latinas, la palabra "fantasía" que expresa la creatividad y la imaginación pero también la palabra "fantasma", que expresa un miedo creado por nuestra propia mente.

- ¿Cuál es la diferencia de una intelectual femenina con una intelectual feminista?

- Tardé años y años en reconocer mi papel como escritora, y como mujer en general. Me defino como una intelectual femenina, ya que mi papel es escribir y compartir historias desde un punto de vista femenino, ya que durante siglos estas historias habían sido contadas por hombres. Tengo que admitir que mi camino no fue tan fácil, sobre todo al principio, pero ahora estoy orgullosa de inspirar a las mujeres. Como siempre digo, el género de una palabra no está escrito en sus sílabas, sino en los ojos de las personas que la utilizan.

"Toda lengua cambia a medida que cambia la forma de pensar de las personas que la hablan"

Reina en mi espíritu

"Etimologías para sobrevivir al caos"

"Andrea Marcolongo Taurus 336 páginas $ 15 mil