Bióloga describe cómo actúan las células cuando comemos
Experta explica por qué el comportamiento alimenticio puede diferir de las señales que entregan los tanacitos.
Comer sin tener hambre ha sido una de las tendencias que más aumentado durante la pandemia, lo que ha significado mayores índices de obesidad y sedentarismo, de acuerdo con expertos.
Sin embargo, ¿es posible explicar desde la neurobiología por qué las personas comen más sin tener hambre? La investigadora del Departamento de Biología Celular de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, María de los Ángeles García, sí lo hizo.
En su artículo logró explicar de qué forma las celulas comunican a las neuronas sobre el estado del organismo, siendo intermediarias en la respuesta del hambre y la saciedad. Es decir, que logran comunicar el momento en que uno siente hambre o saciedad.
Estas células se llaman tanicitos y forman parte de una red de células que colaboran con las neuronas en esta entrega de información, según la investigadora.
"Esta función se debe a que los tanicitos están en una posición estratégica, por lo que contactan en el cerebro tanto con el líquido cefalorraquídeo como con la sangre, a través de capilares permeables. Además, funcionan como una especie de "célula madre", capaz de generar más tanicitos y nuevas neuronas que controlan la ingesta de alimentos", señaló.
La experta ahondó en que "estas neuronas se contactan con el cerebro y otros órganos periféricos que comunican que necesitamos alimentarnos o, al contrario, que no lo hagamos más. Sin embargo, esto es súper complejo porque a veces no tenemos hambre y comemos, así como a veces tenemos hambre pero no comemos", dijo.
Investigar este fenómeno fue de interés para la académica, especialmente en pandemia. "Subí tres kilos y a muchos nos ha pasado. En este tiempo hay más obesidad no porque tengamos hambre, sino porque la comida es más accesible al tener la cocina al alcance. Me preguntaba por qué comes si no tienes hambre. Yo quería profundizar en esto desde la perspectiva de la biología celular", indicó.
García lleva estudiando los tanicitos hace 20 años y, junto con una alumna de doctorado, vieron que los estos son capaces de detectar cambios de acuerdo con los alimentos presentes y que tienen la capacidad de dividirse.
"Entonces, cuando estamos comiendo en estas situaciones de pandemia, la parte del cerebro llamada hipotálamo es muy sabia, ya que hace que los tanicitos se dividan y den origen a neuronas que comunican saciedad para que dejemos de comer y bajemos de peso", dijo.
Sin embargo, ¿por qué eso no es suficiente para que las personas dejen de comer aunque no tengan hambre? La experta explicó que "esto ocurre porque las neuronas están conectadas con varias regiones, como con aquellas que producen estrés y ansiedad, que dan una respuesta equivocada".
Lo que develó la investigación de García fue que la división de tanicitos pueden responder a factores de la dieta, aumentando su división. "Ahora estamos en el proceso de demostrar que esta división puede dar origen a las neuronas, lo que aún no demostramos, pero es el proyecto al que postularemos".
Reflexión
La experta señaló que esta información puede ser muy valiosa para mejorar las políticas con el objetivo de disminuir la obesidad.
"Nosotros somos lo que comemos porque, de acuerdo con los alimentos que consumamos, vamos a generar más factores de hambre o de saciedad. Si solo comemos alimentos ricos en grasas, en sacarosa y, sobre todo, bebidas, llevará a que la existencia de más mecanismos moleculares que generarán más neuronas que nos inducirán a comer más, lo que genera un círculo viososo que no afecta solo a la persona, sino también a las generaciones", expresó la académica.