Economía colaborativa sustentable
Quizás muchos aún no han oído hablar de la economía colaborativa, pero es probable que ya hayan sido parte de ella sin haberlo sabido. Es que esta es, sin dudas, una de las formas de consumo que ha tomado mayor fuerza en la última década y se espera que para 2025 generará negocios por unos US $335.000 millones, así lo afirman los estudios de PwC una de las consultoras más grandes de Estados Unidos.
La base es simple. En vez de comprar, se arriendan o comparten los bienes, dejando atrás la idea de la propiedad en las cosas que usamos en el día a día. Es que objetos infrautilizados en nuestro poder existen en abundancia, por ejemplo, la mayoría de los automóviles permanecen inactivos el 95% del tiempo y el 80% de los artículos en nuestro hogar se usan menos de una vez al mes.
A través del consumo colaborativo las personas pueden acceder a bienes que usarán en muy pocas oportunidades sin tener que realizar el desembolso que significa la compra de una unidad nueva. De esta manera, en vez de comprar, por ejemplo, un taladro para realizar las instalaciones de muebles y cuadros cuando nos cambiamos de casa, solo lo arrendamos por las horas que lo usaremos.
Pero esta forma de consumo no solo tiene un impacto positivo en los bolsillos de quienes la practican, sino que también en el medio ambiente, al reducir significativamente los desechos de todo tipo que llegan a los vertederos, en especial aquellos electrónicos de alto impacto ecológico.
En Shanghai, el uso compartido de bicicletas redujo las emisiones de dióxido de carbono y óxido de nitrógeno en 25.000 toneladas y 64 toneladas respectivamente en 2016.
Columna
Alex Ferreira, Country Manager Tembici en Chile