"La Veneno" transformó la plaza de los Tribunales en un escenario
Camilo Aqueveque está detrás de la voz que encanta al público que transita por el centro penquista.
No es un show cualquiera el que monta afuera de los Tribunales de Concepción, por Barros Arana. Al contrario, con músicos y una performance 100% cuidada, Camilo Aqueveque se transforma en "La Veneno" y encanta con su voz y puesta en escena a ese público flotante que transita por el lugar. No son pocos los que se sientan y se dejan llevar por los sonidos soul que salen de su boca. Otros amenizan sus conversaciones con la música del artista. Otro tanto, lo espera hasta que termine su función en el escenario.
Camilo Aqueveque es penquista. Fue en Concepción donde partió su formación musical, en el Centro Artístico Cultural, donde estudió violín, teatro y artes escénicas desde pequeño. "Toda mi vida he hecho arte", señala.
"Fueron varios años de hacer otras cosas antes de volver a la calle", asegura antes de explica que la Plaza de Tribunales no fue su debut en las arterias penquistas, pues siendo un estudiante tocaba el violín en Barros Arana para financiarse sus gustos.
"Tras eso, empecé a hacer transformismo, ya más grande, a los 19-20 años. Tuve un inicio de carrera muy bonita", relata.
Se volcó a la televisión y participó en la primera temporada de "The Switch", de Mega. "Tuvo un alto rating y nos fue súper bien. Después de estar en televisión y recorrer Chile un par de veces, con giras, en varios locales, discoteques y teatros, volví a Concepción y acá, luego de un proceso medio depre, donde me pasó de todo, tenía un parlante, un par de lucas en el bolsillo, me metí a un cibercafé, descargué música y me fui a la calle, pues tenía que hacer dinero para sobrevivir", resume.
La música es lo suyo y decidió hacerlo donde quisiera hacerlo. "Siempre me he sentido parte de la ciudad, por todas las cosas que he hecho desde chico, decidí tirarme al centro, primero a cantar de civil. Sin maquillaje, sin producirme ni nada, pero me fue súper bien. La gente enganchó con la voz, porque tengo un repertorio poco común: hago soul, blues y jazz. Después de eso, un día dije: 'Ya, vamos a tener que sacar a La Veneno a la calle', porque la gente me preguntaba siempre si yo era el de la tele, que si yo era el transformista, que por qué no venía así un día, que sería entretenido verme. La entrada a las discoteques es cara, y no todo el mundo las puede pagar. Me dio ese cuestionamiento social, de mostrar este espectáculo que es apto para todo público, a pesar de ser transformismo, pues es muy cuidado", relata.
En escena, el artista trata de cuidar todos los aspectos estéticos, tanto cómo se mueve, habla, baila y se sienta, "para que las mujeres se sientan bien y se sientan homenajeadas", apunta.
Desde ahí, La Veneno no se fue más de la calle. Eso sí, asegura que si bien trabajó un año fluidamente y sin problemas, el estallido social y la pandemia afectaron sus presentaciones. "Hoy estoy recuperando terreno de a poco, yendo una o dos veces a la semana a trabajar", señala.
Escenario ideal
En un Concepción lleno de contrastes, la voz de La Veneno emerge como un bálsamo que le da frescura al centro. Para ella, el sector de los Tribunales es el lugar perfecto, que se acomodó con escenario y butacas para el público. Es más, cuenta que "esos tres escalones me han dado una alegría".
"A la gente le gusta mucho. A las personas que trabajan ahí siempre les preguntan cuándo voy a ir a cantar, o por qué no estoy. Pero ya estoy de vuelta, con nueva producción y viendo una banda nueva para volver a tocar con una, pues con la pandemia se disolvió", añade.
Para él, esto también cumple un rol social, ya que "es la primera vez que un transformista se puede parar en el centro de Concepción a hacer un espectáculo sin que le griten tonteras. Estos años han sido de ganarme el respeto y el cariño de la gente a punta de trabajo y espectáculo".
"Ha pasado mucha gente, que recuerdo por sus caras cuando nos gritaban barbaridades, que hoy aplauden y dejan un billetito en la caja. Eso significa que se ha dado un espacio para un cambio de mentalidad a través del espectáculo con las personas. Hay muchos que lo toman así, muchos jóvenes LGBT+ cuando se sienten mal acuden al show y se liberan, luego me cuentan lo que les ocurre. A diferencia de la televisión, acá estoy yo, y la gente puede hablarme. Es un proceso súper sanador", añade.
Es por ello que la calle lo llena completamente, con un público diferente en cada ocasión y con el clima actuando. "A veces estoy en la mitad del show y empieza a llover. Es súper lindo", dice.
Proyectos
No solo cautiva como La Veneno con su voz, sino que también desarrolla otro proyecto. Según cuenta, "desde la semana pasada coincidimos justo con Samantha Price, que es una ícono drag de Concepción y Sabrina O'Donnell, que actualmente está participando en Got Talent, y nos juntamos acá y fuimos a hacer un pasacalle por Barros Arana hasta Paicavi, pasamos por todos los locales del carrete y dejamos la embarrada. Dado el éxito de aquello vamos a trabajar todos los fines de semana con diferentes drag queen para llevar el espectáculo a los locales por fuera", adelanta.
Sobre el motivo, señala que "Conce estaba medio opaco. Es una ciudad tan linda, llena de todo, pero está tan fome, gris, que había que ponerle brillo, glamour y pluma a la cosa".
Por eso está realizando un programa llamado "Veneno a la vena", en el canal Círculo Delta, donde le ha ido muy bien. "Estuve conduciendo el Club de Balloom que tiene varios años y a raíz de esto me pasaron al especio y tengo mi programa con entrevistas a la gente de la televisión para darle a Conce un toque más de farándula", cierra.