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"SocialPan": Donde se amasa el pan más solidario de Conce

Panadería solidaria es única en Chile y desde hace un año y medio ofrece su delicioso pan a un "precio solidario", beneficiando a quienes requieren esa manito de ayuda en tiempos de crisis.
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Manuel Muñoz González

El objetivo de Marcela Martínez y Francisco Ríos, era crear un emprendimiento que apuntara a algo más que la simple venta de productos. Darle ese valor agregado, que pudiera tender una manito a quienes más lo necesitan.

Esa fue la premisa que dio inicio a una particular iniciativa en Concepción, donde el concepto de "solidaridad" es el que predomina, así como el exquisito sabor de algo que no puede faltar en ningún hogar: el crujiente y rico pan.

Así nació SocialPan, la primera panadería solidaria en Chile, la que desde hace más de un año no sólo ofrece las más crujientes marraquetas, hallullas calentitas y diversa clase de pan, sino que lo hace a un precio muy por debajo del común de las panaderías, especialmente a aquellas personas que pertenecen al sector más vulnerable de la población.

"Siempre quisimos tener un emprendimiento que fuera más que un simple intercambio comercial, y así surgió esta idea. Nos sentíamos más realizados y respondiendo a quienes nos rodean si le dábamos un sentido y un giro al negocio. Buscamos la forma de hacerlo, y de que fuera algo permanente, que la solidaridad estuviera involucrada en el día a día", cuenta Marcela, periodista de profesión, quien junto a su marido Francisco, ingeniero civil industrial, se la jugó por este novedoso proyecto con fines comerciales y benéficos.

"Hoy nos definimos como una panadería solidaria, porque en nuestro modelo de negocio incorporamos la solidaridad de una forma permanente", recalca.

Y este último concepto lo plasman en la rebaja en el valor del pan, para personas de menores recursos. "Para el kilo de pan, tenemos un precio diferenciado para aquellas personas que pertenezcan al tramo del 50 por ciento más bajo según la ficha social", detalla la dueña de la panadería, cuyo local se ubica en pleno centro de la capital penquista, en Avenida Los Carrera 726. Para ello, los beneficiarios deben acercarse a la tienda, llevar impreso su copia de la ficha social (Registro Social de Hogares) y registrarse en la panadería. De ahí en adelante, sólo con el carnet la persona puede acceder al beneficio.

A modo de ejemplo, el kilo de marraquetas, sin descuento, cuesta $1.250, mientras que con el beneficio cuesta solo $750, el valor más bajo, por lejos, a nivel nacional.

"Es bastante la diferencia, en este caso, quinientos pesos menos. Y lo bueno es que no hay restricciones en la cantidad de pan, de días, del tipo de pan. Incluso en otros productos que tenemos en el local. En el tiempo de cuarentenas llegaba poca gente, y basicamente llegaba la gente que accedía al beneficio, de esa forma nos dimos cuenta de lo importante que éramos como panadería para el presupuesto de un montón de familias", explica Martínez.

Todos aportan

Acá la idea es que llegue todo público a buscar su pan para el desayuno y la once, tanto quienes requieren el beneficio, como quienes pueden pagar el valor total por el rico pan.

Esa es precisamente la gracia que permite echar adelante el modelo de negocio solidario en este emprendimiento. "Ahí se manifiesta el espíritu social, porque el valor solidario se mantiene gracias a las compras de las personas que pagan el precio normal, entonces acá reunimos a quienes ayudan y a quienes requiere ser ayudados, creamos un círculo de solidaridad", dice la dueña de SocialPan.

Un proyecto que ha tenido una excelente recepción, tanto en quienes reciben el beneficio, como en quienes no lo requieren. "Hemos tenido una muy buena recepción, la gente agradece mucho, no sólo quienes compran a precio solidario, sino en quienes compran a precio normal. Se ha generado mucha confianza. Una vez un cliente dejó pagado un kilo de pan para quien lo necesite. Y pasó que con la cuarentena, hicimos un llamado a hacer donaciones, luego reunimos esas donaciones y las llevamos a ollas comunes", cuenta Martínez, dando cuenta del sello solidario en todo sentido en este lugar, con el que esperan seguir creciendo y lograr abrir otros locales en las comunas aledañas. "Queremos expandirnos, estamos buscando el momento adecuado, porque de esa forma podremos llegar a más familias", recalca con entusiasmo.

"Acá reunimos a quienes ayudan y a quienes requieren ser ayudados, es un círculo de solidaridad, con un producto tan noble como el pan".

Marcela Martínez,, dueña SocialPan.