Pedro de Valdivia: la entrada a Concepción
A principios del siglo pasado, en el área se instalaron fábricas y fue residencia de familias migrantes.
En febrero de 1550, baja hacia la costa siguiendo la ruta norte de la rivera del rio Biobío, Don Pedro de Valdivia, seguido de una hueste de 150 españoles y 2000 yanaconas, dirigidos por el cacique Michimalonco. Al llegar a lo que es hoy la esquina de Victor Lamas con la intersección de Pedro de Valdivia enfrenta el valle de la Mocha, y lo atraviesa, llegando a ubicarse a espalda del actual cerro La Pólvora, para levantar allí su campamento.
No es este el artículo para hablar del conquistador Pedro de Valdivia, sino del barrio que lleva su nombre, tan sólo cabe recordar que la Avenida Pedro de Valdivia y la ruta por la rivera, fue el camino obligado de salida de la ciudad, por años.
Luego del traslado de Concepción, desde el Valle de Penco, el sector alto no inundable fue ocupado por huerteros que abastecían la ciudad, según nos relata el historiador penquista, Augusto Vivaldi, al decir que "el fortalecimiento de una clase rica en Concepción, a partir de 1850 y el avecindamiento de extranjeros y europeos, va a producir una apetencia de tierras alrededor del centro penquista, especialmente, en lo que hoy es Pedro de Valdivia".
El hecho traerá el desalojo de la posesión de estos sitios de huerteros y chacareros, para que la municipalidad los venda a los interesados, generalmente extranjeros que desean avecindarse como lo fueron alemanes, ingleses, franceses y suizos.
La puntilla
A comienzo del Siglo XX se elimina la puntilla del Cerro Caracol, que correspondía a un avance del cerro, hacia el rio. Con ello permitió la instalación de más personas y la ocupación en el lugar de industrias y fábricas de diversos productos como velas, curtiembres, fábricas de paño, jabones, ladrillos y tejas.
Hacia 1907, se instala en el lugar la Cervecería Keller, que luego se convertirá en la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU), fuera de proporcionar cerveza para toda la provincia de Concepción, la empresa desarrolla una valiosa obra social, construyendo una población para obreros y empleados de la firma, la población contó con los más altos estándares de su época, terrenos urbanizados, áreas verdes, plazas y juegos. Aún hoy podemos observar las ruinas de las antiguas bodegas de la empresa.
Avanzando por la misma calle se encuentra la Iglesia Anglicana, existente en el lugar desde 1913. Dedicada a Saint Johns, aún la podemos observar en el lugar de la Avenida Pedro de Valdivia y en ella se sigue practicando su culto.
Otra instalación que ha durado por años en el lugar es el Sanatorio Alemán, creado en 1897 con diez camas, una pequeña farmacia y algunas dependencias básicas, fue la segunda clínica alemana del país.
Siguiendo la ruta nos encontramos con el recordado Jardín Junge que fue por años, el lugar obligado de visita por los penquistas. En él se realizaron grandes manifestaciones, el lugar era una extensión de terreno ubicado en la calle Agua de las Niñas, lugar que llegó a contar con 78 hectáreas en la planicie, la avenida Agua de las Niñas, por donación de la familia Junge Koch, pasó a llamarse Pedro de Valdivia; otro donativo de Junge fue un sector del cerro Caracol, donde se levantó el Mirador Alemán, la Quinta contó en su apogeo con un zoológico, muy visitado por los penquistas. Hoy el lugar principal lo ocupa un bello e imponente edificio de la Iglesia Mormona.
Otro hecho relevante lo constituye, la implementación del servicio de carros para el transporte público, surgidos en 1886, primero con tracción animal, es decir tirado por caballos, que se le denominó "carros de sangre", y luego a partir de 1908, pasaron a ser eléctricos. El tranvía partía en la estación y corría por la avenida Pedro de Valdivia hasta el sector de Agua de las Niñas, (hoy Colegio Concepción), de allí giraba por una tornamesa, para volver a la estación e internarse por calle Comercio (hoy Barros Arana), hasta llegar a Collao y terminar en la tornamesa existente en la Escuela Agrícola, (hoy Universidad del Bío Bío). Con posterioridad la línea del tranvía se extendió hasta Talcahuano. Fue en su tiempo, un gran adelanto, para la comunidad penquista y del Puerto.
También se ubica en el barrio la iglesia católica de Nuestra Señora de Lourdes, que cuenta con gran devoción en el barrio y tiene su fiesta y procesión el día 11 de Febrero. Hoy, el barrio es un lugar bullente con colegios, supermercados, restoranes, clínicas y otros a destacar. Sus habitantes han logrado posesionar sus calles debido a las colonias existentes, de allí nombres como Avenidas Inglesa, Alemana y Francesa.
La belleza y tranquilidad del lugar lo destacan para desarrollar una excelente vida, según sus vecinos.
"El tranvía partía en la estación y corría por la avenida Pedro de Valdivia
Alejandro Mihovilovich, Profesor de Historia, Director de Extensión Biblioteca Municipal de Concepción
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