Familia chorera la rompe con lo mejor del café colombiano
Este matrimonio colombo-chileno se la jugó con "Ébano Café" hace unos meses. "Hay clientela", cuentan.
Probablemente, usted también oyó que el café colombiano es uno de los mejores -sino el mejor- del mundo. Bajo dicha premisa, el matrimonio colombo-chileno de Alejandro Farías y Ana María Rodríguez, se puso en campaña para importar, directamente a Talcahuano y el Gran Concepción, la "creme de la creme" de este preciado brebaje que da la vuelta al mundo.
"Ébano Café" se denomina este mediano negocio que desde enero de este año comenzó a funcionar con todos los requerimientos de una empresa en regla. Lo mejor, dicen los propios comerciantes, es que han logrado generar una "fiel clientela" en este último tiempo.
"Nos ha ido bien. La gente que lo ha probado se fideliza, pues se dan cuenta de que es un café diferente. Los que lo prueban lo siguen comprando. Apenas llevamos seis meses en el mercado, por lo que todavía no nos conoce mucha gente, pero estamos en ese proceso de ampliar nuestro público", dice Ana María.
Inicio
Como sucede en varios casos, esta mini empresa tiene detrás una linda historia de amor. "En abril cumplimos 10 años de casados. Nos conocimos en Concepción, pues ella venía a hacer un magíster en historia y teníamos un amigo en común. Nos enamoramos y nos fuimos a vivir a Colombia mucho rato, donde siempre pensamos en regresar a Chile, pero haciendo algo distinto", revela Alejandro, quien trabajó largos años como camarógrafo de canales de TV.
Tras ello, comenzaron en madurar la idea. "Primero quisimos montar una cafetería, pero finalmente redundó en llevar el mejor café artesanal colombiano a Chile", agrega Farías, mientras Ana afirma que "cada vez que veníamos de vacaciones a Chile, nos pedían mucho café. Ahí pensamos que era una buena idea de negocio".
Pero nunca nada fue al azar. Por ello es que también se especializaron para levantar esta empresa. "Fuimos a una expocafé en Bogotá que se hizo antes de la pandemia en 2019. A las marcas les comentábamos nuestra idea y siempre recibimos el apoyo, pues el mercado chileno estaba creciendo. Además, nos dimos cuenta de que el café industrial no es el mejor, sino que el artesanal, sí", manifiesta Ana María.
Detalla que "había muchísimas marcas de producción artesanal y trabajando muy duro en fincas, con un método más sustentable con cuidado a la tierra. Apostamos a ellas, donde no explotan a los campesinos, sino que les pagan bien por su trabajo. Ese fue nuestro punto de inicio".
El producto
Finalmente, esta familia se la jugó por cuatro marcas diferentes, siempre con la consigna de ofrecer un café de calidad artesanal. Estas son: "San Alberto", uno de los más premiados de Colombia; "Mulato"; "Pergamino" y "D'origenn", esta última con tres variedades.
"Empezamos con estas cuatro marcas, las que ofrecen experiencias diferentes (...) Por ejemplo, el San Alberto es un café de lujo, cuando uno lo prueba sabe a muchas cosas. Además, todos los cafés son producidos en distintas regiones de Colombia", comparten ambos.
Pero eso no es todo. Ellos también ofrecen chocolates directamente traídos de Colombia, de una destacada empresa, de solo mujeres, llamada "Magia Negra". "Cuando nos compran café, las personas nos encargan también una barra de chocolate artesanal", comenta Alejandro.
Sobre los precios de los productos, los emprendedores apuntan lo siguiente. "Nosotros tenemos unos drips de café que son como bolsas de té. Esos parten desde 8 mil la caja, hasta los 17 mil pesos que cuesta la bolsa de San Alberto (...) Los chocolates parten de los 5 mil y terminan en los 6 mil 200 pesos", afirman.
Finalmente, celebran haber optado a las ayudas estatales. "Nos adjudicamos el Bono Alivio, que nos servirá bastante para comprar implementos", cierran. Las redes sociales son @ebanocafechile en Instagram y la página web, ebanocafe.cl, donde se puede comprar con tarjetas de débito, crédito y transferencias.
"Las cuatro marcas que tenemos ofrecen una experiencia distinta".
Ana María Rodríguez,, dueña de Ébano Café.