Contramaestre del Huáscar cuida tesoro naval de Chile
El sargento Guido Ortiz cumple una función trascendental para la mantención, la seguridad y la limpieza del buque torreta que participó en la Guerra del Pacífico y que hoy es museo flotante.
U na vida dedicada al mar no solo ofrece la posibilidad de conocer paisajes y diversas culturas, sino también cumplir sueños y en formar parte de la historia marítima del país.
El sargento Guido Ortiz ha dedicado 25 años de su vida a la Armada y hace un año se convirtió en el contramaestre del Huáscar. "Siempre me llamó la atención la historia y este buque desde que era joven. Cuando era pequeño me decía que ojalá sea marino para estar ahí. Gracias al destino y a Dios, estoy aquí", señaló.
Como anécdota, contó que "aquí aprendí que Arturo Prat en realidad se llama Agustín Arturo Prat, pero le decían Arturo porque su padre también se llamaba Agustín, así se los diferenciaba".
El sargento describió las labores que debe realizar como contramaestre. "Soy el encargado de la seguridad, la limpieza y del resguardo de las muestras museológicas que están a bordo del Monitor Huáscar. Somos cuatro personas a bordo: contramaestre, sargento segundo, cabo primero y marino".
Si bien es su primer año como contramaestre, ya tenía cinco años como parte de la dotación. "Debemos mantener la seguridad de los objetos a partir del trabajo en altura y hay que tener precaución para no provocar accidentes con los elementos que están en altura, además de mantener la seguridad del museo y de las visitas que lleguen".
¿Cuánto tiempo se trabaja y se dedica a esta labor? El sargento Ortiz respondió que "tengo que estar siempre que el buque lo requiera. En promedio son ocho horas diarias manteniendo el buque y afinando los detalles de la última reparación. Lo estamos preparando para, ojalá, tener una pronta apertura del museo, con las medidas sanitarias correspondientes y el visto bueno de la autoridad sanitaria".
El contramaestre reconoció que sin los visitantes existe un vacío, pero que el espíritu sigue en pie. "Muchos colegios, estudiantes y civiles preguntan cuándo podrán volver. Lo que más recalcamos a la gente es que el Huáscar es un santuario dedicado a los caídos de la Guerra del Pacífico porque recordamos a los oficiales chilenos y también peruanos, especialmente a los comandantes Arturo Prat, Miguel Grau y Manuel Thomson, quienes son los más importantes que ha tenido este buque".
Sobre el estado del Huáscar, señaló que "está en las mismas condiciones, pero con un cambio en la madera de cubierta que lo deja con un alto nivel de presentación gracias al trabajo realizado".
La labor llevada a cabo llena de alegría al contramaestre. "Es un orgullo estar a bordo de un buque que participo con nuestra corbeta Esmeralda en momentos clave de nuestro país. Ya en sus tiempos tenía tecnología avanzada al contar con un espolón y la Torre Coles, que significaba un arma letal para esa época. Mucha gente entregó su vida".
Para el sargento es imposible separar el mar y su vida con el movimiento del mundo.
"El mundo marítimo es muy relevante. Estar aquí me ha permitido viajar a otros países, conocer diferentes culturas, tener nuevos conocimientos y saber de historia de una manera cercana. Asimismo, esto ha servido para incentivar a la gente nueva que entra a la Armada para incentivarlos a seguir el camino y a interesarse por conocer mucho más", reflexionó el contramaestre del Huáscar.
Por último, el contramaestre recalcó el entusiasmo por volver a recibir público. "Esperamos la apertura, estamos muy entusiasmados para mostrar a nuestro país como va a ser el nuevo uniforme que el buque va a vestir", finalizó el oficial.
"Muchos colegios, estudiantes y civiles han preguntado cuándo reabrirá el museo".
sargento Guido Ortiz
"El Huáscar es un santuario dedicado a los caídos en la Guerra del Pacífico".
sargento Guido Ortiz