Paula lidera invernadero de las algueras de Tubul
Con una tradición familiar ligada al mar, Paula Urrutia apostó a diversificar el trabajo, liderando hoy el grupo de mujeres denominado "Agrupación de Algueras Meraki".
Si se hiciera una línea de tiempo de su vida y se retrocediera en ella, el mar sería uno de los protagonistas importantes. Paula Urrutia no solo es hija de hombre ligado a la pesca, sino que también nieta. Su familia ha vivido del Océano Pacífico siempre.
"Mis papás y abuelos eran socios. Antes acá el pelillo era harto. Por ser hijo de socio, las mujeres tienen derecho a trabajar. Antes eran re pocas mujeres, porque operaba el machismo también", cuenta.
Ella, a los 18 años, comenzó a trabajar como alguera en la caleta Tubul, en la Provincia de Arauco. "Este era el trabajo en Tubul, el alga, ahora es desconchar", dice. Sin embargo, para el terremoto de 2010, las cosas comenzaron a complicarse en el mal. "Plantábamos pelillo y no salía. Lo intentamos varias veces y no pasó nada", relata.
El año pasado, con 14 mujeres, pertenecientes a la Asociación Gremial de Pescadores Artesanales, Buzos Mariscadores y Algueros de Caleta Tubul, se diversificaron y se enfocaron en las hortalizas. "Acá no habían verduras", relata. Fue así como pensaron en un invernadero. Surgieron muchas ideas, se constituyeron como Agrupación de Algueras Meraki" y en 2020 comenzaron el trabajo gracias a programas de Gobierno.
Con experiencia de toda la vida en el mar, pero poca en lo agrícola, empezaron a trabajar en la producción tras recibir unos invernaderos. Hoy ya llevan un año trabajando y con éxito. Además, sus raíces no pueden ser dejadas de lado. Al contrario, para complementar, la agrupación de mujeres estableció una alianza estratégica con la UdeC, específicamente con el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR) para recibir capacitación en la reutilización del agua proveniente de la crianza de truchas arcoíris -insertas en un proyecto financiado con recursos de la Subpesca- para el riego de hortalizas.
"Estoy contenta con lo que hemos hecho. Hemos aprendido harto y seguimos aprendiendo", dice, agregando que con la UdeC "hemos trabajado en los talleres que van traer con las truchas. El mar lo seguimos utilizando. Un invernadero lo vamos a regar con el desecho del agua de las truchas. Queremos que sea algo circular, que no se pierda el agua ni nada. Estamos en eso".
Incluso, aparte de las hortalizas orgánicas y libres de químicos, está la idea de incorporar más productos adelante, sobre todo lo que le entrega el mar.
Además, señala que "quiero aprender más para enseñarle a otras socias. La idea es avanzar".
Si bien hoy trabaja lejos del mar, en la tierra, Paula Navarrete extraña el mar. "Cuando uno trabajaba, era más independiente. Si querías ir a mariscar, ibas. Uno iba con los tíos, de ayudante. De repente salgo con un tío", señala.
Agrega que "la mayoría de las chiquillas de acá van a desconcharlos mariscos. Hay aún trabajo en el mar".
"Un invernadero lo vamos a regar con el desecho del agua de las truchas. Que no se pierda el agua".
Paula Urrutia
"Plantábamos pelillo y no salía. Lo intentamos varias veces y no pasó nada".
Paula Urrutia