Mario Vera Sepúlveda
El rubro de las peluquerías y barberías es uno de los más golpeados por el confinamiento. La prohibición de funcionamiento que pesa sobre estos negocios es algo que mantiene a los empresarios del sector en una posición extremadamente incómoda, registrándose un número importante de cierres entre los locales de la zona.
En ese sentido, Rodrigo Peñaloza, del salón que lleva su nombre aseguró que "tenemos que mostrarnos, tenemos que hacernos ver, dejar claro que los peluqueros también somos esenciales y necesitamos trabajar".
Agregó que en esa línea se han desarrollado algunas manifestaciones por parte de colegas, las que incluso han llevado a que más de uno termine detenido por parte de Carabineros.
Pese a ello insistió en la necesidad de volver a abrir las peluquerías y barberías, ya que la realidad que los afecta "es muy dura, donde he tratado de reinventarme con otras áreas y usando dineros que estaban destinados para otras cosas, por decirte algo, eran platas para construir la casa propia".
Peñaloza dijo que dentro de las cosas con las cuales ha tratado de mantenerse implementó "la venta de servicios en verde", explicando que al igual que las constructoras, él ofrece un año completo de peluquería con un descuento a quienes opten por esta alternativa. Sobre lo mismo dijo que esto le permite tener cierta tranquilidad de poder cumplir con los gastos básicos del local, vale decir arriendo, luz y agua.
Peggi Troncoso, cuenta por su parte que está buscando "una casa con patio para poder adaptarla para peluquería", explicando que es una de las alternativas que está barajando, ya que "la gente está muy miedosa, no se atreve a estar cerca en un lugar cerrado".
Añadió que la situación por la que atraviesa es muy compleja, ya que actualmente no hay trabajo posible para las peluqueras, ya que "ni siquiera la gente está queriendo que vayamos a las casas", a diferencia de lo que ocurría en cuarentenas anteriores.
Ana Aburto, trabajaba en un salón ubicado en el centro comercial Hermanos Carrera donde arrendaba un sillón. Ante el cierre de la galería, dice que "solo he sobrevivido con algunos ahorros, además del trabajo de mi marido, ya que uno vivía del día a día y ahora sin trabajar no tengo dinero para nada".
Dice que ante este contexto la noticia del tercer retiro del 10% es algo positivo, "porque entre trabajos anteriores tenía ciertos ahorros previsionales, aunque no son suficientes para cubrir los gastos de la universidad de mis hijos, ni arriendo entre otros".
En su caso, la forma de generar ingresos ha sido a través de cortes "a los clientes con más confianza", señalando que para algunas personas mantener cierto peinado es algo esencial, por lo que apunta a extremar las medidas de prevención y así dejar trabajar a peluqueros y barberos.
"Tenemos que mostrarnos, dejar claro que los peluqueros también somos esenciales".
Rodrigo Peñaloza, estilista.
5 de marzo es el último día en el que las peluquerías abrieron en el Gran Concepción.