Crisis y cansancio hacen bajar la cantidad de ollas comunes
Extensión de la pandemia, menos aportes y agotamiento, son algunos factores que han mermando estas iniciativas.
No se trata de que ya no sean necesarias, al contrario, la crisis que afecta a miles de familias ha hecho de las ollas comunes un verdadero "alivio" para quienes atraviesan días complejos en lo económico. Sin embargo, muchas de estas iniciativas han ido bajando sus cortinas en el último tiempo.
¿La razón? Varias. Cansancio de quienes participan y falta de apoyo, son algunos de los factores que han atentado contra estas obras sociales, muchas de las que emergieron entre los propios vecinos en los barrios, pero que ha costado mantener en este año de pandemia.
"En nuestro caso paramos en diciembre, por dos razones principalmente: no teníamos recursos para mantener la olla, y había un desgaste de muchos de quienes estábamos trabajando", comentó Óscar Ayelef, quien lideraba una olla común en el sector Lobos Viejos de Talcahuano.
"Igual nos quedaron algunos alimentos no perecibles, así que en caso de poder vamos a levantar la olla de nuevo, porque la situación sigue crítica", expuso.
Otro caso se advierte en Coronel, donde la olla común que funcionaba en el Centro Comunitario de la Población Camilo Olavarría, también debió apagar el fogón. "Hasta enero funcionó de lunes a viernes, en febrero una vez por semana, y ya ahora dejó de hacerlo. La falta de ayuda, de productos como carne, pollo, entonces no se pudo seguir. El comedor recibía ayuda de la Municipalidad, pero obviamente los recursos no son ilimitados, aunque el grueso estaba en la ayuda de la gente, particulares", explicó Cristian Lefimil, quien participaba de dicha actividad.
Y el factor agotamiento, acá también pasó la cuenta. "Igual la gente se empezó a cansar, porque era la misma la que estuvo durante casi todo el año pasado, había un desgaste, y se entiende, eso influyó también", añadió Cristian.
De hecho en Coronel, según comentaron desde la Dirección de Desarrollo Comunitario, no hay registro de ollas comunes activas en la comuna. Lo mismo ocurre en Chiguayante y Conce.
Sobreviven
Sin embargo aún hay quienes logran mantener a flote dichas obras solidarias.
En Talcahuano, por ejemplo, según información de la municipalidad chorera, existen seis iniciativas que siguen vigente, atendiendo a un total de 650 vecinos. "El apoyo que se ha hecho desde el municipio consiste en el aporte de alimentos no perecibles, además de la gestión de salvoconductos de los voluntarios con Carabineros", indicaron.
En San Pedro de la Paz, en tanto, la casa edilicia da cuenta de nueve iniciativas de las que han tenido registro, a las que se ha apoyado de la misma forma que en la comuna puerto. Ello, al margen de otras ollas comunes que puedan existir.
De hecho una de ellas es el Comedor Popular La Dignidad que funciona desde el año pasado en el sector Michaihue. "Seguimos entregando almuerzo a 80 personas, los días lunes, miércoles y viernes, pero cuesta, llega casi nada de ayuda, de hecho entre los vecinos estamos parando la olla en estos momentos", comentó Mariela Muñoz, una de las organizadoras.
Mientras que el Hualpén, la comunidad de la Parroquia San Miguel y la capilla Espíritu Santo mantiene a firme su trabajo, pese las dificultades. "Hay un comedor solidario que funciona desde antes de la pandemia, se preparan almuerzos de lunes a viernes, para entre 70 u 80 personas", expresó el párroco Carlos Huenupi, donde por el contrario, el apoyo no ha faltado, logrando incluso armar canastas familiares para entregar en el sector.
"Somos los vecinos los que estamos parando la olla en estos momentos, llega muy poca ayuda".
Mariela Muñoz, Michaihue
"Debimos parar por dos factores; falta de apoyo y agotamiento".
Óscar Ayelef, Talcahuano