Dos penquistas cuentan cómo es su trabajo de "personal shopper"
Mientras se encuentran en Miami, Patricia Silva y Josefa Oporto van de compras por otros chilenos.
Josefa Oporto (26) y Patricia Silva (28) tienen varias cosas en común: ambas son penquistas, de casi la misma edad, aman la vida sana e ir de compras. Por cosas de la vida, ambas coincidieron en Estados Unidos, desde donde -cada una por separado- se la jugaron por un emprendimiento que cada vez gana más adeptos entre los jóvenes.
La forma de operar de los "personal shopper" es bastante sencillo: quienes se encuentran en Estados Unidos (en este caso Josefa y Patricia) se dirigen a las tiendas de las marcas más exclusivas del mundo, que poseen precios considerablemente más accesibles en relación a Chile.
Una vez que el cliente cancela una suma determinada y ellas concluyen la compra, envían los paquetes al país, quedándose con una comisión cercana al quince por ciento.
"A mí siempre me ha gustado emprender y vender todo lo que se me ocurre. Desde que llegué acá, a fines de 2019, conocí a una chilena (Patricia) y llegamos al tema del personal shopper. Me interesó, porque había escuchado de eso. Lo publiqué en Instagram y tuve buena aceptación, así que me lancé", relata Josefa.
Sobre su experiencia, no le quedan dudas de que fue una positiva elección. "Ha sido súper buena, porque aparte de que me encanta vitrinear, ver ofertas y tener contactos con personas, la gente compra bastante. Es un ingreso extra", detalla la joven, que vivió en el Valle San Eugenio de Talcahuano.
Ganancias
Por su parte, Patricia comparte con lo planteado anteriormente. "Empecé con esto para tener un dinero complementario, ya que es difícil conseguir un trabajo que no sea por el mínimo. Uno se puede hacer entre 400 a 500 dólares a la semana", cuenta la coronelina que lleva un año y tres meses viviendo en el estado de Florida.
Respecto a su forma de trabajar, Patricia precisa que "depende de cuántos clientes tenga en la semana. Yo trato de tener al menos cuatro a cinco, porque esto lo hago sola. Acá la movilización es muy cara. Me ocupa más de tres horas cada comprador, ya que ellos son los que eligen su mercadería".
En esa línea, Josefa destaca que muchas tiendas online se han sumado como potenciales clientes ante esta nueva modalidad de obtener productos a un buen precio.
"La gente de Chile compra bastante, sobre todo quienes hacen negocios. El gancho es que acá uno lo hace con los valores de Estados Unidos, para que salga más barato", revela, mientras detalla que "lo que más se pide son carteras, poleras, polerones y zapatillas, de las mejores marcas del mundo".
Envíos
Si bien puede sonar bonito, lo cierto es que también hay un leve punto complicado: los envíos y las exigencias de las aduanas. Según comenta Patricia, al momento de enviar los productos a Chile se debe tener un cuidado único al elegir la empresa de transporte, principalmente para ahorrarse malos ratos. "Siempre se debe averiguar bien sobre los transportistas, porque si no se declara como corresponde, la Aduana retiene la mercadería. Ahí pierde el vendedor y el comprador, ese ha sido el único problema", advierte.
Sobre esto último, Josefa añade que "tengo experiencias buenas y malas. Trabajé con tres empresas y me quedo con una, que es de un chileno que trabaja en Estados Unidos. Además, se debe saber en qué productos se paga impuesto o no, para no desembolsar más dinero. Otra cosa es que la persona debe guardar siempre la boleta".
Finalmente, ambas coinciden en que "si está la oportunidad de emprender, hay que hacerlo. Aparte, para esto solo se necesita la confianza de las personas".
"Lo que más piden son carteras, poleras, polerones y zapatillas de las mejores marcas".
Josefa Oporto,, personal shopper en Miami