Experto analiza polémica que generó mural de Mon Laferte
Doctor en Historia del Arte, comenta el debate en torno a la obra que la cantante nacional pintó en Valparaíso.
Marcela Küpfer C.
Desde que el pasado 5 de febrero Mon Laferte terminara el mural "Día uno", pintado en una propiedad de calle Galos con Capilla, en Cerro Alegre, no se habla de otra cosa en Valparaíso.
La polémica ha sido avivada por diversas fuentes, partiendo por la seremi de las Culturas, Constance Harvey, quien calificó la acción como "individualista" y "egoísta" y anticipó la idea de que la artista fuese multada por pintar sin permiso en el casco histórico de la ciudad. Le siguieron el Consejo de Monumentos Nacionales, que "invitó" a Mon a regularizar la obra, que efectivamente no cuenta con permisos; el alcalde Jorge Sharp quien, a pesar de ser el administrador del sitio patrimonial, celebró la obra y se fotografió frente a ella; y una largo listado de columnistas, panelistas y comentaristas que abogaron a favor y en contra de la pintura, así como cientos de usuarios en redeso sociales.
Lo que le ha faltado a esta discusión, más allá de si nos gusta o no el mural, ha sido una discusión acerca de la relación entre este tipo de manifestaciones artísticas y la conservación del patrimonio que, en Valparaíso, se encuentra protegido tanto por la declaratoria internacional de la Unesco como por las normativas locales.
Al respecto reflexiona José de Nordenflycht, académico de la Universidad de Playa Ancha, con un vasto currículo en ambos temas:arte y patrimonio. Doctor en Historia del Arte y autor de artículos y libros, De Nordenflycht fue secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales y es, además, vecino de Valparaíso.
Arte y patrimonio
Desde su receso de verano, observa con detalle lo ocurrido en torno al mural de Mon Laferte y concluye: "Me escandalizan mucho más las mansardas, las terrazas, las techumbres y las puertas truchas en el Cerro Alegre, que una pintura sobre una pared que se puede volver a pintar".
"La gran polémica en realidad no es la que hay en las redes sociales o entre la gente que puede opinar mil cosas distintas; lo que llama más la atención es que desde la institucionalidad pública se hayan levantados dos bandos. Me refiero a quien está a cargo, la autoridad sectorial de Cultura en la región, es decir, la seremi, y el administrador del sitio, en este caso, el alcalde", señala.
Mientras la seremi de las Culturas criticó abiertamente la elaboración del mural en la zona patrimonial, sin las autorizaciones y condiciones que exige la ley, el alcalde celebraba a quienes "quieran aportar al arte, cultura y patrimonio de nuestra ciudad".
"El gran problema aquí es que se confunde arte con patrimonio. Esa es la raíz incluso en la construcción de estas dos argumentaciones, de la seremi y del alcalde, que circunstancialmente tienen una conveniencia política para lado y lado, según como ellos lo usen. Si yo uso o abuso del concepto de arte, lo mismo que si uso o abuso del concepto de patrimonio, como si estuviera comparando peras con peras o manzanas con manzanas, en realidad estoy comparando peras con manzanas. Y lo primero que uno tendría que distinguir es que el arte no sabemos si va a ser patrimonio (…) En ese sentido, el arte es abierto e indeterminado. En cambio, el patrimonio es una construcción social, porque es un acuerdo de una valoración, nos ponemos de acuerdo a través de las instituciones y decimos esta estatua, este edificio, este evento arqueológico tiene valor y hay que cuidarlo y hay que transmitir ese valor y no distorsionarlo o modificarlo. El arte es algo que no puedes parar, no podemos saber en este momento si lo que pinta Mon Laferte va a ser patrimonio en 50 años más", explica el especialista
Cambios reversibles
Para De Nordenflycht, existe un consenso transversal, entre quienes se dedican al tema del patrimonio, acerca de que la ley de Monumentos Nacionales "está totalmente desactualizada" y que urge una modificación que permita abordar, con mejores criterios, las situaciones que se generan en torno al patrimonio nacional.
"No quiero decir que el proyecto que tiene ahora el gobierno entre manos va a ser mágico y todo esto se va a solucionar, pero sí introduce una fuerte descentralización en la toma de decisiones y que va un poco en la línea del rol de las comunidades en esto. Dentro de las múltiples dificultades que tiene la implementación y aplicación de la ley de monumentos nacionales, es que para fiscalizar de manera efectiva y proactiva tú tienes que tener un despliegue en los territorios que en este momento la institución no tiene y que muy difícilmente lo pueda llegar a tener", explica el experto.
No obstante, más allá de las necesarias modificaciones a la normativa de monumentos nacionales, De Nordenflycht apunta a la valoración de los criterios para cuestionar, sancionar o autorizar una intervención en zonas protegidas.
"Llama la atención que la autoridad regional sectorial se haya enconado tanto con una pintura en circunstancias de que una pintura, desde el punto de vista técnico, es reversible. Uno puede bajarle la angustia al asunto y decir que tarde o temprano los edificios se pintan, se repintan… Es súper desagradable que te hagan un tag o un graffiti en la puerta de tu casa, pero es bastante más desagradable que al lado de tu casa te hagan un edificio de 20 pisos que te tape la luz para siempre", sostiene.