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Las mil batallas de un "primera línea" contra el temido virus

El auxiliar de Enfermería del Hospital Regional, Juan Benítez, se contagió, pero se recupera. Quedó con secuelas.
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Karen Loreto Retamal

Juan de Dios Benítez ha estado en varias batallas: como militar en la crisis entre Chile y Argentina, en 1978; pasando como auxiliar de enfermería en el servicio de Urgencias del Hospital Regional Guillermo Grant Benavente durante el brote de influenza H1N1 en 2009 y también durante el terremoto de 2010, hasta hoy, su más difícil enfrentamiento que lo tiene luego de más de seis meses tratando de recuperarse del covid-19, que lo afectó en junio pasado.

Su esposa, Eliana Albornoz, también funcionaria del recinto de salud (al igual que su hijo que trabaja en Farmacia), es quien relata cómo la enfermedad afectó de tal manera a Benítez, quien era una persona 100% sana. Quedó con diversas secuelas, desde hipertensión, hasta desorientación, problemas de memoria y perdió la capacidad de comunicarse verbalmente. Lo peor, dice entre lágrimas, "dejó de sonreír".

"Él tiene 62 años y cuando partió la pandemia, arrancó toda la gente del hospital por miedo, quedaron solo los más jóvenes. Mi marido era el más mayor entre pura juventud. Tuvo que capacitarlos a todos", relata.

Él, con la experiencia de la influenza en 2009, se cuidó al máximo. En su hogar, separaron las camas para evitar contagiar a su señora. "Trabajaba con puros covid, mañana, tarde, noche. Pero siempre con protección, se bañaba siempre", cuenta, añadiendo que aún no saben cómo se contagió.

El 22 de junio del año pasado, Juan de Dios presentó dolor de espalda. Luego escalofríos y dolor de cabeza. Tras hacerle el PCR, salió positivo. Fue el único de su hogar en contraer el temido virus.

Recuperación

Fue trasladado a una residencia sanitaria, donde permaneció diez días. "Sufrió dolor de cabeza todos los días. El último, vino un médico y lo mandó al hospital a tomarse la presión. Partimos para allá y mientras se hacía exámenes le dio un microinfarto cerebral producto del covid. Si lo hubiesen visto antes en la residencia, quizás esto no le hubiese pasado", relata, indicando que su sobrina, Madelyn Albornoz la ayudó en todo este proceso.

A los dos meses pudo acceder a las terapias de recuperación con kinesiólogos, pues estuvo dos meses con neumonía (aunque aún mantiene manchas en sus pulmones). Además, tiene siquiatra y neurólogo, por lo menos durante dos años. Hoy, a él le cuesta hablar y juntar las palabras, "pero cada día ha ido mejor". Añade que "antes no se podía mover bien, incluso se me caía en la calle. Jamás pensé que le iba a dar tan fuerte… a veces se le olvidan las cosas. Gracias a Dios, se nos han abierto las puertas en el hospital, donde él es muy querido".

"Mi marido es un auxiliar no más de enfermería, pero él siempre tomó todas las precauciones. Ellos sí son realmente la primera línea, están todo el día con los enfermos de covid", comenta Eliana.

Pese a que aún batalla contra el coronavirus, su esposa expresa que él espera retornar a su labor en urgencias. "Me dice que tiene el deseo de terminar jubilado en la primera línea donde empezó".

Hoy, Eliana Albornoz lanza un mensaje: "Esta es una enfermedad terrible, es como tener a mi marido al lado, pero es otra persona. Él era muy alegre, siempre sonriendo. Pero tras esta enfermedad, nunca más volvió a sonreír. Ojalá la gente pueda entender eso, es triste cuando le toca a un familiar".

"Me dice que tiene el deseo de terminar jubilado en la primera línea donde él empezó.

Eliana Albornoz, esposa

Refuerzan medidas sanitarias en las obras de construcción en cuarentena

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Con el objetivo de reforzar el compromiso sanitario del sector construcción para enfrentar la cuarentena, la Cámara Chilena de la Construcción realizó una jornada de reflexión llamada "Sentémonos a Conversar", en la obra San Andrés del Valle, de Aitue, ubicada en el sector de Parques de Carriel.

"No fue fácil que nos categorizaran como industria segura, pero lo logramos con el compromiso de ustedes, los trabajadores, empresas y autoridades. Hoy es fundamental continuar reforzando las normas de cuidado sanitario y prevención, ya que son cientos las familias que dependen de esta industria", enfatizó la presidenta del gremio local, Helen Martin.

"Muchas familias necesitan que la construcción y otras actividades económicas puedan seguir desempeñándose para tener trabajo. Por eso es importante que esa industria siga siendo una actividad segura. No es posible avanzar en reactivación si la construcción está detenida", añadió el seremi de Vivienda, Sebastián Abudoj.

"Al inicio había miedo e incertidumbre por parte de los trabajadores, pero la empresa logró resolver ese temor implementando normas de seguridad como la toma de test PCR, entre otras. Así nos dio la seguridad de trabajar en un ambiente libre de contagios", dijo Maher Arancibia, jefe de terreno de Aitue.