Ñublense es campeón de la B y vuelve al fútbol de honor
Conjunto de Chillán goleó a Copiapó y logró su segundo título en la categoría, faltando dos fechas para el término de la fase regular del campeonato.
L. Valenzuela / J.P. Ríos
En una jornada que quedará escrita en su historia, Ñublense hizo una de sus mejoras diabluras en 104 años de historia y, tras derrotar el sábado por 5-0 a Copiapó, se alzaron como flamantes campeones de Primera B y, con ello, sellaron su retorno a la máxima categoría del fútbol chileno.
Con aún dos fechas por jugarse, los Diablos Rojos ingresaron al Nelson Oyarzún para disputar su duelo pendiente con los nortinos. Y lo hicieron bajo un silencio que la ocasión no ameritaba, con el público ausente como ha sido la tónica en pandemia, pero con miles de chillanejos con la mente y el corazón puestos en el partido.
Tres goles en apenas diez minutos comenzaron a alistar la tarea del cuadro dirigido por Jaime García. Mathías Pinto (20' y 29') y David Escalante (25') pusieron en ventaja al conjunto local, mientras que en la segunda mitad Óscar Ortega sentenció el duelo con un doblete (48' y 53') para cerrar la goleada.
Llegado el pitazo final, vinieron los festejos y las lágrimas en Ñublense. Y cómo no, si el Rojo era campeón, 44 años después de su primer título en la categoría. Uno a uno pasaron al estrado, retiraron su medalla y luego fue el capitán Nicolás Vargas junto al portero Miguel Jiménez, quienes levantaron la anhelada copa.
"Fue un año bien complicado, por el tema del covid. Tuvimos una para grande, nunca dejamos de entrenar, lo hicimos en Zoom y después cuando volvimos nos comimos unos kilómetros enormes, siempre teniendo en mente ir por el título. Nos convencimos desde un principio y gracias a Dios se nos dio", señaló Vargas
Por su parte, y sin ocultar su orgullo por el logro, el técnico Jaime García recordó su paso por el hospital tras contagiarse con covid-19 y dedicó el título "a toda la gente que está enferma en Chillán y a los profesionales de la salud, quienes están en primera línea y se arriesgan por los demás. Gracias por salvarme la vida", exclamó. "No sé lo que estoy viviendo, estuve a punto de irme para el otro lado", confesó.
Sobre su futuro en el club, el DT agregó que "cuando llegué aquí estaba sin pega, Ñublense me rescató de las cenizas. Estoy agradecido. Yo pienso en terminar el 17 (de enero) y de ahí para adelante se verá. Pero tampoco me voy a agrandar. Me quedan dos partidos y los cumpliré como se debe".
Unión San Felipe, este miércoles en Chillán, y San Marcos de Arica, de visita el domingo, serán las últimas estaciones de Ñublense para cerrar su paso por la B y sumarse al fútbol de Primera A.
49 puntos sumó el Rojo en la tabla, inalcanzables para sus perseguidores a dos fechas del término.