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Astrónomo local estuvo detrás de sello postal alusivo al eclipse

Gustavo Orellana, además de su pasión por el universo y sus misterios, es cultor de la filatelia y tuvo un importante rol en la creación de la estampilla con que Correos Chile conmemoró el reciente fenómeno en el país.
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Karen Loreto Retamal

Hay dos cosas que apasionan a Gustavo Orellana, astrónomo, doctor en ciencias físicas miembro de la Fundación Chilena de Astronomía y académico externo de la UCSC. Una que salta a simple vista al ver su currículum, como es todo el universo y sus componentes. Otra, más personal, que es la filatelia. Es decir, afición por elementos postales como los sellos o estampillas.

Ambos gustos se vieron unidos gracias al eclipse, luego que el docente sumara sus conocimientos a la creación del sello postal de Correos de Chile para el eclipse solar 2020.

"La filatelia es un arte un poco perdido en Chile. Básicamente consiste en colección y estudiar los sellos postales que se hacen en el mundo. Llevo un poco más de 15 años coleccionando. No puedo decir que soy un filatelista de verdad, porque hay gente que estudia mucho sobre esto. A mí me gusta, los colecciono, he leído libros", relata Orellana, quien tiene unos 2 mil sellos, en particular relacionados a ciencias, astronomía, astronáutica, viaje espacial y ciencia ficción.

Sobre cómo unió ambos mundos, asegura que fue todo inesperado. "Pregunté a Correos si iban a emitir un sello (por el eclipse), porque el año pasado lo hicieron en La Serena, y justo me contactaron con Ljubica Gunther, quien es la jefa de filatelia de Correos de Chile. Ella con Hans Espinoza, que es el diseñador. Así que trabajamos muy duro con este último y logramos hacer un sello, que no sé si está bien que lo diga, pero me encantó. Fue un trabajo muy bien realizado".

Fue una tarea de dos meses para crear una estampilla única. "La exposición de los cuerpos celestes, por ejemplo, las constelaciones, los planetas. Se ve, incluso, la conjunción de Saturno y Júpiter, que fue nombrada hace un par de días. Todo eso está precisamente puesto, no es al azar. Todo esto corresponde a simulaciones, a cómo se vio el cielo en ese momento, o cómo se habría visto si no se hubiese nublado", precisa Orellana, quien no pudo apreciar el último eclipse, para cuidarse de contagios, pero sí fue la fundación a la que pertenece. "Ellos hicieron una labor increíble en toda la costa de La Araucanía", dice.

Añade que se involucró muchísimo en el proyecto del sello junto a Hans Espinoza, con múltiples reuniones, definiendo qué elementos serían interesantes.

"Si bien el trasfondo científico lo aporté yo, Hans fue el que hizo un trabajo maravilloso de poner todas estas ideas de una forma maravillosa, que fuese agradable a la vista. Hasta los colores fueron seleccionados de esa forma para que simularan un eclipse.

Largo trabajo

A diferencia del sello de 2019, el de 2020 destaca por su composición. Es que, tal como explica el astrónomo, nada fue al azar. "Se estudiaron sellos desde 1942 a la fecha, en el mundo, que estaban relacionados con eclipses. Quisimos hacer algo totalmente nuevo, original, con mucha ciencia de por medio, no solo algo bonito, sino que de verdad entregue o fomente la búsqueda más allá".

Junto a la estampilla, emitieron un sobre primer día, que contiene el sello, pero de por sí es una visión más amplia del campo del cielo. Se ven más constelaciones. Además contiene un matasello, que es el timbre, el cual evoca a La Araucanía y las fases del eclipse. También se incluye un díptico con más información correspondiente a qué es un eclipse.

Asimismo, añade, "va la visión de los pueblos originarios sobre el eclipse, que es de miedo, porque el sol se va, que es lo que les entrega todo. También algunas anécdotas como la de un eclipse que logró parar una guerra, pues era tanto el terror que provocó, que logró un acuerdo de paz entre dos reinos antiguos. O incluso cómo los eclipses, desde el punto de vista de la ciencia, nos han ayudado a confirmar la relatividad general de Einstein. Sin un eclipse, que pasó por Chile además, no se hubiese podido confirmar la teoría y él no hubiese sido tan famoso o le hubiese costado más serlo".

En detalle

Apenas salió el sello, el 14 de diciembre, Gustavo Orellana pidió el suyo, el cual hoy es el más importante de su colección.

"Es único, es bien distinto a lo que se ha hecho en la filatelia chilena. Tiene muchos detalles. En el primer sello se ven los lugares por donde se ve la totalidad del eclipse, cada una de las ciudades tiene en su centro un copihue pequeño, con excepción de Temuco que tiene un kultrun, pero no lo quisimos hacer como algo central porque para los mapuches es algo malo, la muerte del sol, no quisimos pasar a llevar a nadie. Por otro lado, incluimos la rosa de los vientos, el sol y al centro la luna, marcando la idea del eclipse. En el segundo sello está todo el sello, con la posición correcta de los cuerpos, incluso se ve la Vía Láctea. Incluimos el símbolo griego que corresponde a cada uno de los planetas", detalla.

Además, se le dio identidad de la región a través de la araucaria y el volcán Villarrica.

El sello está disponible en correos y puede ser comprado directamente en el departamento de filatelia de cualquier sucursal de Correos de Chile o bien se puede mandar a pedir a filatelia@correos.cl.