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Las restricciones por una segunda ola complicaría cosecha de uvas y cerezas

El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela Trebilcock, alerta por dificultades en la producción si aumentan las cuarentenas en el país, pero descarta desabastecimiento.
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Diego Gotelli C.

El alza de pacientes con coronavirus en la zona central del país y el retroceso completo de la Región Metropolitana a Fase 2 a partir de mañana aumenta la percepción de que la prevista segunda ola de contagios en el país se acerca, un escenario que comienzan a ver con preocupación en la agricultura.

"Si una segunda ola de este virus llega con fuerza suficiente en enero como para generar nuevas cuarentenas duras en regiones y ciudades, en lo operativo se verán muchas complicaciones", anticipa el presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), Jorge Valenzuela Trebilcock.

El líder gremial, que ha manifestado recientemente la inquietud en foros con actores del sector, explica que la inquietud se basa en que esta vez las restricciones coincidirían con el peak de las cosechas, dificultando toda la parte logística de la producción.

-¿Qué tipo de dificultades tendrían con los encierros?

-Principalmente el transporte de la fruta, desde las centrales frutícolas hasta los puertos. Se verían retrasos con un producto que, a diferencia de los no perecibles, tienen sus propios tiempos.

-¿Qué fruta podría verse más afectada?

-En este momento nos encontramos con el fuerte de las cosechas de cereza en toda la zona central. Tenemos el desafío de sacar adelante cerca de 50 millones de cajas. Las uvas también están partiendo sus trabajos de cosecha en Atacama, y muy pronto se empezarán en Coquimbo y el Valle del Aconcagua. En enero estaremos en el punto álgido de la temporada, incluyendo otras frutas como carozos y berries. Diciembre, enero, febrero y marzo son los meses en que se concentran las cosechas.

-¿Cambia el escenario actual respecto al que tuvieron que enfrentar al inicio de la pandemia?

-Este año tras la declaración de estado de catástrofe faltaba un tercio de las cosechas. Ahora, en cambio, nos tocará lidiar con mucho más volumen en verano. Y tenemos complicación en la disponibilidad de trabajadores, fenómeno que ya estamos viendo en el norte con las labores para la uva de mesa.

-¿Problemas de qué tipo?

-Las restricciones por la pandemia no han hecho posible que personas de otros países, como Bolivia o Perú, puedan venir a trabajar, y eso se ha notado. Se trata de trabajadores con experiencia en estas labores, y lo que debemos hacer ahora es traer a personas de otros lugares dentro de nuestro país, capacitarlas rápidamente para que puedan suplir la falta de experiencia en cosas particulares, y coordinar la movilización con todas las medidas necesarias de cuidado. Naturalmente esto significa un alza en costos.

-¿Y todas estas complicaciones podrían derivar en una escasez de frutas?

-No creemos que vaya a afectar la disponibilidad de fruta. Hemos trabajado para asegurarnos que los productos agrícolas lleguen a la mesa de las personas. Se vienen volúmenes importantes de fruta, de nuevas variedades que son más resistentes en cuanto a postcosecha y que estarán disponibles para el mercado interno, como lo ha sido siempre en cada temporada estival. Seguimos siendo optimistas por la presente temporada. Tuvimos un clima este año que ha favorecido la calidad de la fruta, hay volúmenes y demanda importantes y nos hemos preparado durante meses para este panorama de cosechas en pandemia.

Adultos mayores de la capital son hospitalizados en su casa

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Desde su cama, rodeado por familiares, Armando Guzmán está ad portas de cumplir tres meses de hospitalización. El paciente de 88 años debió ser internado el 18 de septiembre por problemas de salud, tiempo en que ha permanecido recluido en su hogar gracias a un servicio que le permite mantener los cuidados médicos sin tener que ir a un centro asistencial.

El sistema de hospitalización domiciliaria para adultos mayores lo viene desarrollando el Servicio Metropolitano de Salud Occidente para reducir los ingresos de este grupo etario a hospitales, donde se arriesgan a contagiarse con otras infecciones, resguardos que se vuelven aún más relevantes en pandemia.

"Me ha parecido súper bien, estoy feliz porque prefiero tenerlo acá. Han venido a verlo todos los días y varios especialistas", comenta Leonor Guzmán, sobrina y tutora responsable de Armando, uno de los 147 pacientes geriátricos que han sido atendidos con este método, inédito en la red de salud pública.

Sus promotores afirman que el sistema también agiliza la recuperación del paciente al mejorar la calidad de relación el adulto mayor y el equipo de salud a cargo de su tratamiento. "Con este trabajo los pacientes pueden recuperarse acompañados de su familia y sus seres queridos evitando patologías como el Delirium", añadió la jefa del programa, Patricia Guajardo.

Los beneficiarios de este programa son los residentes de Quinta Normal, Cerro Navia, Lo Prado, Renca y Pudahuel, quienes son derivados desde los Cesfam y hogares de ancianos. El programa cuenta con 30 cupos diarios.