Cerveceros artesanales cuentan cómo se las arreglan en pandemia
Los cerveceros artesanales de la región del Biobío acusa un fuerte golpe asociado a la pandemia, ya que sus principales compradores eran los locales de comida y pubs, los que no han podido funcionar de manera habitual desde marzo. Es por eso que han debido rediseñar sus estrategias para mantener vivo el negocio a la espera de la reapertura de los locales gastronómicos.
Desde la cervecería Estero Valle Nonguén, su dueño Moisés Venegas cuenta que desde el estallido social sintió una baja en sus ventas "porque muchos pubs están para el lado de la Universidad de Concepción y con la pandemia se cerró completamente y no se pudo seguir vendiendo al por mayor a bares y restaurantes".
Ante ello dice que se las han arreglado vendiendo botellas y haciendo ofertas, "entregando a domicilio, ya que hemos bajado un 95% las ventas, tampoco se pueden hacer eventos como fiestas de la cerveza y ese nicho también quedó detenido".
Diego Serrano, de cervecería Indomable, agrega que "es una industria de colaboración, porque estamos todos luchando por hacer crecer el mercado, entonces hacemos iniciativas en conjunto y eso le gusta a la gente".
Sobre su producción cuente que hace 15 días empezaron a retomar la fabricación, porque se quedaron con todo el stock que tenían en marzo, "donde veníamos con proyecciones de crecimiento, estábamos muy motivados y con una gran cantidad de stock del que empezamos a salir. Nuestra fábrica tiene una capacidad de producir 4 mil litros al mes, pero estuvimos cuatro meses sin producción".
Reinventarse
Una situación similar es la que narró Jonathan Varas, de cervecería Maestro Vikingo, quien dijo que pasó de producir en barriles a botellas de un litro. La decisión según explicó tiene relación con "una mirada un poco más abierta, donde había previsto que en algún momento tuviéramos que dejar de vender en el formato de barril, pensando en dos formatos, uno en lata y otro en el de litro, en el que la gente no busca tanto como un growler (2 litros), busca la botella chica o el litro, para hacerlo más accesible".
Señala que para esto empezó a reciclar botellas de litro, porque no se vende en ese formato para el cervecero artesanal. "Solo en grandes cantidades, así que empecé a reutilizar y vender a los conocidos". Aseguró que su meta era vender un barril a la semana y "se ha podido hacer, vendiendo cuatro javas más o menos".
De cervecería Luthier, Carlos Carrasco comenta que la estrategia va ligada a potenciar el concepto de lo artesanal, "volver a eso, volver a lo nuestro, producir nuestras propias cosas, que todo lo que nosotros hacemos y le podemos ofrecer al público sea desde una perspectiva de lo artesanal", comentó.
Agregó que Luthier logró tras un trabajo de varios meses ingresar en una importante cadena de supermercados, aunque por el momento se encuentran solo en Los Ángeles, a la espera de que se apruebe prontamente su comercialización en las sucursales en Concepción. Para ello, añadió, deben asegurar un stock permanente, materia en la que se encuentran trabajando.
95 por ciento de baja en las ventas señalan algunos cerveceros por el cierre de pubs y locales.