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Con charros celebran "Bodas de Titanio" a matrimonio de Collao

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Una historia de esas que son cada vez más escasas es la que protagonizan Graciela Contreras y Bernardo Constanzo, de 91 y 90 años de edad respectivamente. Ellos cumplieron ayer 70 años de casados, un número que se queda corto al lado del amor que se profesan.

Los más de 25 mil días de cariño que han pasado juntos los ha llevado a vivir altos y bajos, según declaró Bernardo en medio de los festejos, los que a raíz de la pandemia fueron mucho más moderados.

"Fue hermosa la sorpresa que me hicieron mis nietos, somos una familia larga que se ha ido extendiendo con los años. Tenemos seis hijos y nos casamos muy jóvenes, a los 20 años y ya estamos en los 91. Hemos pasado de todo en la vida, con altos y bajos, como es la vida y hemos salido adelante siempre", sostiene desde su casa en el sector Collao.

Cuenta que la historia de amor nació a mediados de la década del 40, cuando Graciela trabajaba en el restaurante familiar como cajera, lugar hasta el que llegó Bernardo, transformándose en un cliente habitual del lugar. Todo, asegura, con la clara intención de conquistar el corazón de Graciela, que soñaba con trabajar en el área de la salud, pese a la oposición de sus padres, pero que tras la realización de varios cursos de especialización logró conseguir un lugar en el Hospital Regional donde estuvo por 27 años en un cargo que hoy sería de técnico paramédico.

Desde ahí en más las anécdotas se sucedieron y tras múltiples paseos por el Parque Ecuador, donde debían mantener la distancia, se fueron enamorando y en este icónico lugar llegó ese primer beso, el que tras más de 70 años juntos no han dejado de repetir, según dice su nieta Javiera.

Sobre las claves para mantener una relación tan duradera, Constanzo dice que es difícil entregar un consejo, pero que un factor clave es "buscar el entendimiento, mantener el respeto mutuo y el cariño, buscar por todos lados que la vida sea llevadera, que es lo importante y transmitirle este ejemplo a los hijos", concluyó.

25 mil días juntos ha pasado esta pareja que celebró sus "Bodas de Titanio".

Micreros de Coronel y Lota llegan a Santiago

Ayer por la tarde sostuvieron una reunión con el subsecretario de Transportes. No obtuvieron lo que pedían en torno a apoyos monetarios.
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Mario Vera Sepúlveda

En un dramático relato, los conductores de las micros Lota-Coronel narraron la reunión sostenida anoche con el subsecretario de Transportes, José Luis Domínguez, oportunidad en la que le hicieron llegar una carta en la que exponen la precaria situación por la que atraviesan y que los llevó a viajar hasta Santiago.

En palabras de Sergio Levancini, vocero del Sindicato de Conductores Interempresas, le plantearon a la autoridad las complicaciones que tuvieron para llegar hasta la capital. "Con cuatro máquinas en pana de combustible, y a punta de sacrificio y donaciones logramos llegar hasta acá, así que le pedimos que por favor se sensibilizara y nos diera combustible, e inyectara recursos para poder pagar los peajes y volver a la zona minera. Nos dijo que no tenía, que está gestionando otras instancias".

Dificultades

El dirigente agregó que la intención de la caravana era plantear las necesidades que tienen como gremio en la zona del carbón, con una actividad que se ha visto fuertemente mermada por el coronavirus, reduciendo sus ingresos en casi un 90%. Esta situación, aseguró, se vio reflejada incluso en el tortuoso viaje que realizaron hasta la Región Metropolitana, debiendo levantar las barreras de algunos peajes por la imposibilidad de pagarlos.

"Para poder llegar acá fue indigno, en todos los pórticos los colegas levantaban las barreras para que pudieran pasar las máquinas y nos quedábamos al otro lado tratando de dar una explicación y esa no era la intención. Le decíamos que queríamos pagar, pero nos convertimos en unos delincuentes y ahora no queremos hacer lo mismo para volver, pero acá (en Santiago) estamos varados, durmiendo en las máquinas que son unos verdaderos congeladores con ruedas", aseguró Levancini.

Durante el viaje, estas situaciones les llevo a tener problemas con Carabineros de la Región de O'Higgins, quienes detuvieron algunos conductores, y otros recibieron multas, pero tras una larga y tensa conversación en Rancagua lograron avanzar hasta la capital. Esta caravana compuesta por nueve taxibuses y 37 conductores pernoctó en el peaje de Angostura, a la espera de poder retornar hasta el Biobío lo más pronto posible.

Gobierno

Consultado por este viaje, el seremi de Transportes de la Región del Biobío, Jaime Aravena, comentó que los conductores "están en su derecho de poder manifestarse, de poder exponer sus inquietudes. Mantenemos constante comunicación con ellos y todas aquellas materias que tienen que ver con el Ministerio de Transportes hemos tratado de subsanarla trabajando con ellos y con los representantes legales".

Pese a ello, Aravena aclaró que existen materias que escapan a la cartera y "por lo tanto no tenemos las herramientas para poder ayudar o llegar a lo que ellos están planteando", concluyó.

"Estamos varados, durmiendo en las máquinas que son unos verdaderos congeladores"

Sergio Levancini

37 conductores de la locomoción colectiva participaron en la manifestación.