En estos días en que es necesario quedarse en casa, niños y adolescentes no sólo ven restringida su libertad de desplazamiento, sino que también deben cumplir con sus actividades escolares. Sin embargo, no todas las casas están acondicionadas para que los estudiantes realicen estas actividades ya sea de manera online o en papel. Asimismo, no todas las familias están preparadas para guiarlos.
En lo práctico se sugiere, en la medida de lo posible, disponer de un espacio cómodo, luminoso, aireado y carente de distracciones (difícil en estos momentos en que muchos estamos en casa). Se aconseja ir intercalando momentos de estudio con otras actividades como manualidades, deporte, cocina, labores de apoyo en la casa y de juego. La clave es que no todo sea estudio. En este momento el mensaje para los escolares debería ser que avancen, de acuerdo con sus posibilidades, en los contenidos del plan de estudio.
Se sugiere que sea en lo posible en el mismo espacio, en igual horario y solo de lunes a viernes. Las rutinas generan estabilidad y la estabilidad a su vez genera seguridad, tan necesaria en estos momentos sobre todo para los niños y adolescentes.
Evite controlar en exceso, dé espacio a los errores y corrija, no castigue. Lo ideal es elaborar las rutinas con él o ella y tener siempre presente no perder la calma. Hay que recordar que la incertidumbre, así como el estrés, no favorecen el aprendizaje significativo. Por lo tanto, como adultos debemos adecuar nuestras expectativas en cuanto a los aprendizajes, escuchar empáticamente las necesidades de nuestros hijos, evitar las críticas, mucho menos las destructivas, contener y consolar cuando sea necesario. Buenas estrategias son usar el humor y predicar con el ejemplo.
Columna
Paula Medina Lema, Psicóloga y coordinadora clínica, de Psicología CSUSS