Cesantía y bajos sueldos revelan el aumento de la morosidad penquista
La mayoría de las deudas en mora están en el área de la banca y de las tiendas del retail. Por montos, las más grandes son los créditos hipotecarios.
Sergio es un joven trabajador penquista que si bien recibe sueldo a fin de mes dice que se le hace poco y a la primera semana se le esfuma en el pedido del supermercado. Poca cintura le queda entonces para pagar una tarjeta del retail que le permite financiar el resto del mes, de ese modo su deuda va creciendo. "No te queda otra que aguantar insistentes llamados, correos, etcétera. No te la perdonan", dijo.
María, en cambio, a causa de la pandemia, perdió dos de las tres pegas que tenía, lo cual impactó negativamente en la posibilidad de seguir pagando los compromisos comerciales con la responsabilidad que lo hacía. "Al no estar dentro de los grupos más vulnerables de la sociedad, no recibo ningún tipo de apoyo estatal, mientras mis deudas crecen y crecen", indica la profesional universitaria.
Razones
Son, precisamente, la falta de empleo y los bajos sueldos las causas que generan la morosidad entre los penquistas, de acuerdo a un estudio presentado ayer por la Universidad San Sebastián en base a datos proporcionados por Equifax entre enero y marzo de este año. "Siempre van a existir distintas situaciones o condiciones que son particulares a cada persona. Esos factores van desde la pérdida del empleo, que es el más importante (...) otro punto importante a considerar es la calidad de los empleos donde tenemos salarios que son bastante bajos, del orden de los $440.000 promedio en la región, provocando en muchos casos, la imposibilidad de responder a los compromisos", sostiene Luis Felipe Slier, director de Ingeniería Comercial y programas Advance de la Facultad de Economía y Negocios de la USS Concepción.
Slier explicó que el retail y la banca representan los sectores que concentran la mayor cantidad de deudas en mora en esta zona, con un 70% entre ambos ítems. En cuanto al monto de las deudas, el mayor porcentaje lo tiene la banca (52%) y el retail (21%) y dentro del primer ítem el mayor volumen corresponde a créditos hipotecarios, luego están los créditos de consumo.
Otra de las cifras más destacadas del estudio dice relación con el número de personas morosas en la región, que alcanzan a 444.563 en el Biobío, número que representa un alza de un 1,9% en comparación a marzo de 2019. En relación a la mora promedio, esta se elevó de $1.501.403 en 2019 a $1.601.224, con una tasa de crecimiento del 3,8%.
Sexos y edades
De acuerdo a lo señalado por los profesionales de la USS, las mujeres adeudan, en promedio, $ 1.151.474, mientras que la mora en hombres alcanza $2.090.643. En porcentajes el 52% de las deudas morosas corresponde a mujeres y el 48% a hombres.
"Si asumimos que la morosidad se debe al consumo de bienes y servicios, las diferencias pueden estar asociadas al nivel de ingresos de la región, es decir, acá los sueldos son más bajos, por ende, la capacidad de endeudamiento y de caer luego en morosidad, también es menor en comparación a Santiago o a algunas regiones mineras del norte", complementó Gonzalo Chávez, académico de Ingeniería Comercial de la U. San Sebastián.
Slier lamentó esta realidad y sostuvo que los efectos de la crisis social y la pandemia generarán un aumento considerable de estas cifras. "Muchas personas por el momento han logrado reprogramar sus deudas, pero si la situación se extiende por mucho más tiempo los morosos de todas las edades se dispararán. Las personas, al perder su empleo, buscarán trabajos por cuenta propia, situación que es más precaria que los empleos asalariados y que básicamente obliga a quienes ostentan esta condición a usar estos escasos recursos en solventar gastos básicos, cesando en sus compromisos financieros".
Prioridades
Javier, un profesor penquista, sostiene que sus ingresos se vieron disminuidos a causa la pandemia. "Mi cantidad de horas (académicas) obviamente se redujeron y por cierto mis ingresos. En este tiempo los gastos no han sido menores. Con mi familia estamos todo el día en la casa, comemos todos acá, por lo tanto, hemos tenido que priorizar qué cosas ir pagar y qué no", sostuvo.
"Las cuentas de la luz también subieron y el agua también subió, porque estamos más tiempo en la casa. En un periodo normal esas cuentas estaba reducidas en unos 10 mil pesos cada una. Entonces todo eso va sumando y la plata a fin de mes no cuadra como antes", añadió.
"Las cosas de primera necesidad están antes que todo y he tenido que ir priorizándolas por sobre el pago de mi crédito universitario por ejemplo. Con las tajetas de crédito, no me da para pagar el monto facturado a fin de mes, por lo que pago el mínimo para no caer en mora. La verdad es que ha sido súper compleja esta situación", cerró el profesional.
40 por ciento de los mayores de 18 años en la Región del Biobío tienen deuda en mora.
3 meses comprendió el tiempo en que se estudiaron las deudas en mora, en la región.