Investigador detalla hallazgo de roedor prehistórico en el Biobío
Andrés Solórzano cursa su doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad de Concepción, cuya investigación dio con este ejemplar que habitó hace más de 16 millones de años en la Laguna del Laja.
Los primeros 20 días de investigación fueron frustrantes, confiesa el geólogo venezolano Andrés Solórzano, quien cursa el doctorado de Ciencias Biológicas en la Universidad de Concepción. Sin embargo, tras un golpe de suerte, la estadía en el sector Cura-Mallín, distante a pocos kilómetros de la Laguna del Laja, tuvo sus frutos con la recolección de fósiles de roedores que dan cuenta de una nueva especie prehistórica.
"Estaba pensando casi en cambiarme de tesis, porque no conseguíamos nada. Fue súper frustrante, pero conseguimos el sitio. Luego de conseguir el primer ratoncito, que irónicamente es el Luantus sompallewei, reafinamos el logos y nos dimos cuenta de cómo se veían los fósiles en este sitio", relata el académico, quien en su natal Venezuela estudiaba fósiles de cocodrilos de 18 millones de años.
El descubrimiento hoy está reafirmado con el artículo "Late early Miocene caviomorph rodents from Laguna del Laja (~37° S), Cura-Mallín Formation, south-central Chile", el cual fue publicado en la prestigiosa revista Journal of South American Earth Sciences. Este fue co-escrito por Solórzano y un equipo de colaboradores nacional e internacional, incluyendo su director de tesis, el académico del Departamento de Ciencias de la Tierra de la UdeC, Dr. Alfonso Encinas; Alejandro Kramarz, del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (Argentina); Gabriel Carrasco, de Servicios Científicos Educativos y Turismo Científico (Chile); Germán Montoya-Sanhueza, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica); y René Bobe, de la Escuela de Antropología de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
El inicio
Hace más de tres años, el geólogo llegó desde Venezuela a Concepción. Desde ese momento, su trabajo ha sido fructífero, pues previamente al hallazgo del Luantus Sompallewei, logró dar cuenta de una nueva especie tras analizar unos fósiles recolectados en los años 90 y que se encuentran en el Museo Nacional de Historia Natural en Santiago, la Protypotherium concepcionensis, un animal prehistórico, parecido al conejo.
"La idea era estudiar una fauna de mamíferos que haya sido reportada previamente. A finales de los 90 reportaron las primeras, y en 2008 las últimas. Estos son de un período de tiempo que llamamos el mioceno, que abarca entre 20 millones de años y 8 millones, que es lo más joven que puede conseguirse en esta formación geológica que se llama Cura-Mallín, que es el foco de mi trabajo doctoral, estudiar los mamíferos de esta formación", explica.
Tras descubrir el Protypotherium concepcionensis, cuenta, "el siguiente paso de mi trabajo era estudiar la fauna en la Laguna del Laja. Luego de pasar más 20 días ahí tuvimos la suerte. Hemos conseguido un montón de cosas, estuvimos dos veranos haciendo nuestras actividades en terreno en esa zona. Hemos pasado 30 días, 35 días allá".
Agrega que "entre las cosas que conseguimos están cinco ratones al menos, que son los que describimos en este trabajo. Son géneros de ratones, extintos hoy en día, y resulta que este que podemos clasificar con un género luantus. En Chile ya se habían reportado pero más al sur, en Aysén, algo parecido. Lo que hice fue comparar. Las fotos que circulan son de una mandíbula con un dientecito. El ratoncito cuando murió no había alcanzado a ser un adulto completamente, uno de los dientes estaba erosionando. Tenemos la suerte de que este es el cuarto premolar, perfectamente preservado. Justo esa característica de ese diente es el que nos permitió hipotetizar que es una nueva especie".
Fue bastante trabajo y fuerte, dice. Es que Solórzano no estaba acostumbrado a las condiciones de la cordillera. "En Venezuela no hay montañas tan altas como en Los Andes. Los sitios paleontológicos que estaban acostumbrados era una lomita con 20 a 50 metros de desnivel. Allá hay un calor de 45 grados de temperatura; pero acá es totalmente diferente: es la megamontaña y el sitio de dónde acampábamos a donde conseguíamos los fósiles había 400 metros de desnivel. Había que subir y bajar todos los días. Era buen ejercicio, pero al principio me costó muchísimo, no estaba para nada acostumbrado. Pero luego de 30 días te resignas que son un par de idas y vueltas de 400 metros", relata.
Resultados
Para Solórzano, buscar fósiles en sí mismo es todo un arte. "No es llegar a la montaña y conseguir algo, no es tan simple, menos cuando consigues ese ratoncito que puede tener 3, 4 centímetros a lo sumo, súper pequeñito. Era ese color, como negro y ahí lo pudimos distinguir de una roca que no era tan negra. Casi que nos sentamos en el piso y lo vimos. Desde que conseguimos el ratoncito hasta la publicación han pasado dos años", comenta.
Luego de conseguir el diente, vinieron los estudios. Esto demoró porque no estaba enfocado solamente en estudiar esa especie de la Laguna del Laja, sino que ver todo lo que hay en el lugar. "Hay por lo menos unas 14 a 16 especies y es lo que estoy trabajando para el futuro, desde ahora", apunta.
Sobre el fósil, detalla que duró varios meses en su gabinete hasta que se propuso ver qué era. "Mi experticia no es ratones, sino que mamíferos en general. Me tocó aprender la morfología de los dientes de los caviomorfos. El grupo de ratones que estudié son los caviomorfos, incluidos los ratones como el carpincho, el coipo, ratones grandes y no los pequeños como el colilargo, que tiene otra historia evolutiva distinta en Sudamérica. Esa es una diferencia grande, a pesar de que toda la gente piense que los ratones son iguales, no lo son. Estos (caviomorfos) tienen una línea de 25 millones de años en Sudamérica, mientras que los colilarga tienen 5 millones de años", detalla.
Solórzano, con su mirada foránea, indica que la idea del proyecto "no es que no haya paleontólogos en Chile, sino que faltan más estudios paleontológicos. En Argentina hay cientos, hay una tradición. Ellos tienen una parte desértica que es genial para buscar fósiles pues no hay plantas que te tapen la vista. En Chile, tenemos estos sitios en que está expuesta la roca como en la Laguna del Laja, donde aprovechamos e intentamos hacer es incrementar el conocimiento sobre la paleodiversidad de mamíferos en Chile. Este es un granito de arena".
Por ahora, seguirá investigando y se propone ir una vez al año, en particular en verano, luego de que la nieve haga lo suyo para dejar ver los "tesoros" a la vista.
"Queremos incrementar el conocimiento sobre la paleodiversidad de mamíferos en Chile".
Andrés Solórzano, investigador UdeC
16 millones a 18 millones de años datan los roedores caviomorfos que habitaron el sector.