Servicios a domicilio: cómo operan los maestros en casa
Un gásfiter, un maestro constructor y un controlador de plaga relatan las medidas de seguridad que han debido redoblar durante la contingencia sanitaria.
No hay viviendas perfectas. Todo el año surge la necesidad de realizar un arreglo. Desde un desperfecto en el calefont hasta una gotera que molesta. Claro que, en tiempos de pandemia, los servicios han cambiado. Un gásfiter, un maestro constructor y un controlador de plagas relatan cómo se han acomodado para trabajar ante el riesgo de contagio.
Dentro de casa
Alexis Bello tiene un servicio de gásfiter llamado Construgas. Para esta emergencia sanitaria, relata que "nosotros usamos mascarillas con filtro, completas. Además de guantes y nos desinfectamos tanto al entrar como al salir de vehículo con alcohol gel y Lysoform. Por ahora estamos trabajando un técnico por vehículo, porque a la gente le da temor que entre más gente a sus hogares". En tanto, los clientes, dice, al llegar les rocían cloro en los pies o les hacen ponerse bolsas en los zapatos.
Al ser un trabajo directo en el hogar, Bello confiesa que da temor, pero explica que "siempre cuando nos piden ir a un domicilio, solicitamos que haya un mínimo de personas y que usen mascarillas. Ojalá nos dejen trabajar siempre solos, manteniendo las distancias".
Por otro lado, si bien surgen siempre cosas que requieren reparación en un hogar, hoy las personas tratan de solucionarlas por ellos mismos. "En lo específico sí ha aumentado la reparación del calefón, que es necesario que esté funcionando bien en la casa", cuenta.
Por whatsapp
Maestro en obras menores es Juan Vargas, quien repara exteriores, como techumbres, goteras, intervención de estufas o instalar algo puntual. Antes de intervenir, explica que el trato con el cliente parte vía internet. "Se coordina todo por WhatsApp, se hace toda la programación, la entrega de materiales, todos los detalles que ellos tienen que considerar. Y cuando ya está listo, ahí el cliente compra los materiales y se fija el día de la intervención. Pero netamente todos nuestros trabajos son en exteriores", indica.
Hoy, confiesa, "ha estado malo el trabajo. La gente está cayendo en la histeria del coronavirus y no todos se atreven en llamar a alguien para que les venga a hacer un trabajo. Siempre hay restricciones".
A pesar de la contingencia, es en esta época donde surgen arreglos impostergables. Uno de esos es la calefacción de los hogares y también las filtraciones que surgen con la lluvia a los cuales debe acudir, siempre con la confianza de que no se contagiará, pues "depende de las familias con covid-19 avisar si están contagiados. Ahora, solo hemos ido a casas donde nos atiende el dueño de casa, afuera. Como todos nuestros trabajos son externos es difícil que entremos a una casa, a no ser que sea el baño. Obviamente los resguardos los tomamos. Andamos con mascarilla, pero hay circunstancias que no puedes usar esas cosas porque no te sirven. Cuando estás cortando un cinc con galletera, la mascarilla no sirve porque se quema", dice.
Agrega que "es complejo trabajar bajo estas condiciones. Cada familia pone sus restricciones y nosotros acatamos las reglas que tengan en sus casas".
Las plagas
En Díptero, que se preocupa de controlar las plagas, también se han preocupado de tomar más resguardos. Según cuenta Marcelo Castillo, su dueño, "ha habido medidas de seguridad extra. Antes nosotros no usábamos el cubrecalzado. Entrábamos a una casa u oficina, no había alguna exigencia al respecto, pero hoy está el sentido común y se utiliza. En las casas todos tienen un pulverizador con desinfectante para los zapatos o hacen que se los saquen. Nosotros dijimos: ahora el cubrecalzado es obligatorio. Las mascarillas, guantes, overol, mantener la distancia también lo respetamos. Antes nosotros usábamos el buzo blanco para aplicaciones o tratamientos específicos, pero ahora debemos ir con ellos para todos lados".
Ante la emergencia sanitaria, sostiene que "el temor es parte de todos. Quién no puede tenerlo ante esta situación" y que "cuando nos llaman para hacer un servicio, no preguntamos si hay covid-19. Damos por hecho que si alguien lo tiene nos va a decir".
Hoy por hoy, el trabajo ha bajado debido a que atendían restaurantes y colegios, que hoy permanecen cerrados. No obstante, confía en que en el futuro, cuando la curva se aplane, haya un repunte. "Habrá nuevas normas y exigencias sanitarias. Antes se contrataban la desratización y desinfectación. La desinfección y sanitización eran el último servicio, le hacíamos como un combo al cliente y le dábamos esto. Ahora se dio vuelta la tortilla. Esto último es lo que la gente va más a necesitar. Va a haber después más trabajo para los que nos dedicamos al control de plagas", cierra.
"Usábamos el buzo para tratamientos específicos, pero ahora debemos ir con ellos para todos lados".
Marcelo Castillo,, Díptero