Karen Loreto Retamal
Los efectos colaterales del covid-19 no solo afectan en lo económico y social, sino que también en el sueño. Tras la llegada de la pandemia al país y al Biobío, a muchos les ha costado conciliar el sueño. De ser crónico, podría afectar mayormente la salud de las personas.
La psiquiatra Carmen Gloria Betancur, docente de la UdeC y directora del Centro Sepya, se adentra en esta problemática que afecta a muchos chilenos. En su consulta, indica, ha recibido pacientes con trastornos ansiosos del ánimo, todos ellos con insomnio. En ese sentido, indica que "para que podamos dormir bien, tenemos que tener una cierta regulación de nuestro ciclo sueño-vigilia, que depende no solo de factores internos, sino que también ambientales. Cuando se nos cambia la rutina, de la manera que se ha hecho ahora, que hemos tenido que cambiar drásticamente a un sistema de estar trabajando desde casa, que era algo que antes no nos había sucedido, sin saber cómo cumplir con esos deberes que adquirimos. Todo eso genera un desorden en nuestra planificación mental".
Agrega que lo que hace este "desorden" es impactar en la cronoregulación de cada persona. "En el fondo, en cómo nuestro reloj interno se coordina con la actividad ambiental y social. Los encuentros sociales, que son marcadores para nuestro reloj interno, están medio perdidos, porque esto nunca nos había pasado. Por ejemplo, a veces los viernes uno se planificaba para hacer algo con la familia o carrete con la familia. Hoy, eso puede ser cualquier día o que no sea", apunta.
De igual modo, indica que el trabajo en casa ha sido un factor. "Muchos me han comentado que trabajan mucho más desde casa, porque sentimos que hay tiempo para todo. Como no hemos vivido esto antes, no sabemos cuándo decir que no", añade.
A esto se suma la incertidumbre sanitaria, de no saber si se contagiará o no la persona, o alguien de la familia. "La incertidumbre, en psicología, es lo que más angustia a la mente humana", dice.
Cómo combatirla
Unas de las maneras que mejorarían la regulación del sueño es hacer una rutina. "A la gente les cuesta asumir como algo bueno. Creen que tener rutinas es fome. La verdad es que tener actividades regulares, nos ayuda a tener nuestro reloj interno regulado, pero además ayuda a reducir la incertidumbre, porque sé lo que tengo que hacer mañana. Por eso la incertidumbre ataca tanto al ser humano, tengo que ponerme en tantos escenarios que la mente trabaja y trabaja. Finalmente eso incide en no dormir bien", explica la especialista.
Un calendario de actividades, sin que lo imponga el jefe o el colegio, es importante para mantener un sueño regulado. "La mente se relaja, porque no tiene que pensar a qué hora me tengo que levantar mañana, sino que tener marcados los tiempos. Igual uno puede darse permisos, pues no puede estar todo planificado", agrega.
"Ya tenemos demasiado incertidumbre mundial, económica, más la nacional, luego del estallido social, ahora viene esto, que aumenta nuestra incertidumbre sobre el contagio, sobre el trabajo, los sueldos. Son demasiadas cosas. Lo que hay que hacer es bajar la incertidumbre manteniendo el control sobre lo que nosotros podemos controlar, con rutinas diarias", aporta.
De igual modo, indica que la actividad física es vital para que el sueño se active. "Es necesario que el cuerpo se agote un poco y genere una sustancia que se llama adenosina para que el sueño llegue con facilidad. Si no hacemos deporte, si no caminamos un poco, no se acumula la adenosina y cuesta más dormir".
Efectos
Los efectos de no dormir pueden ser distintos, dependiendo de qué tan intenso, profundo o agudo o crónico sea. Si es leve, al día siguiente no se funciona bien. Si se mantiene, es posible que el cuerpo reaccione.
"Si es crónico, esas personas tienden a desarrollar otras patologías como cardiovasculares, metabólicas, obesidad, hipertensión arterial, problemas endocrinológicos y también psiquiátricos como trastornos ansiosos, depresivos y adicciones", dice,
Agrega que "alguien que tiene trastornos de sueño crónicos es propensa a tener adicciones, porque tienden a automedicarse para dormir o funcionar bien. Se automedican con alcohol o marihuana o benzodiacepina parar dormir; o con tabaco u otra sustancia para funcionar bien durante el día", asegura la directora del centro Sepya.
"La incertidumbre, en psicología, es lo que más angustia a la mente humana".
Dra. Carmen Gloria Betancur
7 a 9 horas diarias se sugiere para dormir. No menos de seis, ni más de 10 u 11 horas.