Relatan cómo es la labor de la primera línea frente al Covid-19
Profesionales de la salud contaron sus vivencias, logros y dificultades en el tratamiento y comunicación con pacientes contagiados con coronavirus.
Una nueva experiencia con un significativo esfuerzo es lo que ha causado la pandemia de Covid-19 en los profesionales de la salud que atienden a quienes están contagiados. Un desgaste físico y psicológico, ver muy poco a sus familiares directos y la incertidumbre de no saber cuándo acabará la emergencia sanitaria son aspectos que han preocupado a los trabajadores.
No obstante, la alegría de ver la recuperación de algunos pacientes, el buen trabajo en equipo y la satisfacción de aplicar todo el conocimiento adquirido para ayudar a las personas forman parte de los aspectos positivos.
Mariela Sanhueza trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Guillermo Grant Benavente hace 15 años como técnico paramédico. "Es la segunda pandemia que vivimos. La primera fue el H1N1, pero en ningún momento sentí la incertidumbre y el miedo que se siente ahora, ya que no sabemos cuándo esto terminará", describió la profesional.
Sanhueza indicó que el tratamiento a los pacientes de Covid-19 no es muy diferente en cuanto a las técnicas. "La UCI tiene 14 camas con ventilación y 22 camas UTI, las que se convirtieron para recibir a pacientes".
Ella atiende a personas en estado grave, señalando que "estar en el proceso cuando despiertan es súper complicado porque han estado semanas sin poder ver a sus familias. Por lo general son adultos mayores que saben de la pandemia pero que no comprenden los protocolos".
En cuanto a lo personal, la profesional, quien trabaja en cuarto turno, dijo que "este es un desafío más, pero es parte de mi labor. Lo que sí es muy fuerte es que hemos dejado a nuestra familia de lado. Tengo tres hijos que no los veo desde hace un mes. Hay compañeros que mandan a sus niños al campo para protegerlos del virus",
Sobre quienes son dados de alta, afirmó que "siempre es una alegría. En nuestro caso, los enviamos al Hospital Traumatológico y desde ahí se les puede enviar a sus casas".
De cero
Cecilia Zapata trabaja hace 12 años en el Traumatológico. Para ella, la emergencia sanitaria significó empezar de cero. "Nosotros tratamos pacientes fracturados, problemas óseos, más que aspectos médicos. Tuvimos que aprender rápido y entender lo difícil que es esta situación".
Zapata atiende a pacientes contagiados de Covid-19. Aquellos que sufren complicaciones van a la UCI del Guillermo Grant Benavente, mientras que los que demuestran signos de mejora tienen la posibilidad de ser dados de alta.
"Cuando entro a la sala trato de ser muy prolija. Se hacen controles de signos vitales cada dos horas. Tenemos la ayuda de un médico y tenemos claro que hay que tener un ojo clínico porque hemos visto varios casos de pacientes asintomáticos", señaló.
La funcionaria contó que "a algunos les pregunto cómo se sienten y me dicen que bien. Me tocó un caso de un caballero que dijo que no tenía ningún problema, pero noté que estaba sudando mucho. Lo controlamos, el médico lo revisó a las 21.00 y a las 00.00 ya estaba en la UCI".
Respecto a quienes se han recuperado, relató que "el primer caso que hubo fue de una odontóloga. Fue emocionante verla de alta. A mí me tocó llevarla a la salida y fue gratificante, todos la aplaudieron".
La profesional penquista indicó que "mi vida ha cambiado en 180 grados. El mayor miedo es ser un foco de contagio a mi familia. Me siento orgullosísima de lo que soy".
"Algunos me han criticado porque no he estado con mis hijos, pero ellos me dicen que siga. Eso a mí me hace dar la pelea hasta el final por la salud de las personas", acotó.
Primera línea
La enfermera Paula Sagardía también forma parte del equipo del Hospital Traumatológico. "Fuimos el primer servicio que se adaptó para recibir a los pacientes de Covid-19. Mentalmente costó asumir ser parte de la primera línea, pero todos los profesionales de la salud tenemos esa vocación de servicio".
Sagardía contó que "estamos con un médico y un internista. Hay turnos de 24 horas. Tratamos de evitar el diálogo con el paciente, solo lo justo y necesario, como dar los recados de los familiares. Se nota en algunos la tristeza de no poder estar con sus familias y de no recibir nada de ellos, dado los protocolos".
Una de las principales lecciones, según la profesional, es el buen del trabajo en equipo. "No hemos tenido problemas y eso se ha notado en los resultados, al igual que la preocupación de cumplir con todas las precauciones", señaló.
"Mi vida ha cambiado en 180 grados. El mayor miedo es ser un foco de contagio a mi familia".
Cecilia Zapata,, trabajadora, Hospital Traumatológico